Un combate que prometía bastante, pretendió mucho y lamentablemente no llegó a ningún lado definido.

Ambos, Saga y Radamanthys, forman parte del pequeño grupo (hasta ahora) de privilegiados con el poder de una armadura. Un símbolo de alta jerarquía que marca el fin de una etapa y da pie al inicio de otra.

Tenían todas las herramientas para lograr un combate de sublime espectáculo, y sin embargo sus turnos se interpretan como constantes suspiros apresurados para finiquitar a su enemigo y alzarse con la victoria, dejando muy de lado lo que realmente importa, la creación de una historia, un espectáculo que ambos se comprometieron, como rolers y participantes de SC, a dar por sobre cualquier circunstancia.

Técnica tras otra fue ejecutada sin respiro, saturando turnos de acciones y consumiendo su riqueza interpretativa y emotiva.

Se vuelve a presentar el problema de las velocidades, que aún a pesar de las reiteradas explicaciones, sigue siendo un factor que pasa de por menos. Cada Nivel está directamente ligado a una velocidad límite y ciertamente ninguno se encuentra en dicho nivel de dominio del séptimo sentido y la velocidad de la luz.

Recuerden que aún aunque estén todavía en un camino de aprendizaje, estos factores ya deben haber sido captados y comprendidos en totalidad; Ya que la mayoría pueden considerarse errores fundamentales o básicos. Digamos que esta fue la excepción por ser el primer combate formal con Armadura, técnicas y habilidades totalmente desarrolladas, siendo la adrenalina la que los hizo tropezar.

No obstante por los detalles plasmados, se tomarán las siguientes consideraciones:

• Madrid sigue siendo territorio neutro, libre de cualquier poderío ya sea del Santuario o el Inframundo.
• No hay vencedor en este combate.
• Su única recompensa será de 2 PE c/u.
• Ambos regresarán a sus respectivos reinos y cumplirán de manera obligatoria con su correspondiente Reparación de Armadura.