Encontrar al legitimo cuerpo del Señor del Inframundo es el principal objetivo de las estrellas malignas, pero más aún de la designada por el destino ha tal función… Pandora. Sólo ella posee la capacidad de escoger el alma más pura de este mundo para dotarla con el poder más grande del universo.

Meses atrás…

-El mundo poco a poco se consume en la más profunda oscuridad… sin embargo nada de esto tiene sentido si nuestro señor no nos encabeza. Sólo él tiene el derecho divino de guiar a las estrellas malignas y dar la última estocada a este mundo corrompido por los pecados del hombre-

Son así las palabras que dictamina entre tajantes pensamientos la Heraldo del Inframundo mientras recorre el gran pasillo principal que antecede a los jardines del castillo. Bella como la noche, es únicamente el camuflaje para el veneno letal que recorre por sus venas. La mujer con el carácter y poder de hacer sumir a los más temibles guerreros del mundo.

-Las estrellas aún están despertando y lentamente el ejército retoma su legítimo poder. Por otro lado está Aiacos, comandando a las fuerzas. Nunca he tenido confianza en ese saco de altanería sin embargo su participación es vital en mis planes…-

La pausa del monologo se da a lugar cuando el gran portón trasero del castillo se abre revelando un sublime y extenso jardín, cuya extensión se sobrepone en el horizonte perdiéndose en el gran bosque. La tierra es el jardín de esta gran bestia de piedra.

-Aún no siento la fuerza de quien servirá como recipiente del alma de mi Señor… El tiempo aún es joven pero no por ello me dedicare a desperdiciarlo…- misteriosos vocablos que revolotean la bífida lengua de Pandora mientras acaricia entre sus manos un pentagrama de ébano y plata y en cuyo cuerpo están talladas bajo una corona de olivo las palabras “Yours Ever”.

-Aún el resplandor de luz es muy grande para ver con claridad… Si tan sólo pudiese acelerar el derrumbar de esta era y quebrar el escudo de luz con una estocada de oscuridad…-

Y cuando el deseo ruin se hace presente en la corrompida alma de Pandora, un brillo particular de violáceo espectro se hace brotar del pentagrama el cual absorbe por completo la solitaria efigie de Pandora en un vacío de oscuridad. Ya no parecía estar en la tierra si no en lo más profundo del universo en donde imágenes borrosas empiezan a relatar la historia del inicio del fin.

Entre sombras de cuerpo nebuloso y ojos de estrellas el pasado se relata a carne viva.

El martillar de un herrero. Trabajando arduamente entre la agonía y la corrupción. Trabajando bajo una fuerte presión donde los demonios parecen no dejarlo en paz. Sin embargo una luz venida desde los cielos tal relámpago, corroe a los demonios quienes aprisionados con cadenas de luz parecen ser retenidos momentáneamente permitiéndole al herrero culminar su obra, una caja. La gran caja devora y encierra a los demonios en su interior para luego ser arrojada hacia donde la vista pierde sentido. Es así cómo la visión culmina y todo parece retornar a la realidad entre los jardines del Castillo Heinstein.

-Estamos destinados a ganar esta guerra… mis plegarias han sido escuchadas y pronto el mundo caerá en la ruina, donde el único gobernante legítimo será el Gran Emperador del Inframundo!-

Determinación absoluta que encamina la eufórica voluntad de Pandora a una odisea para la cual ha sido escogida, sin percatarse de que su visión no sólo ha sido percibida por ella sino por un ente que oculto entre las sombras, se encontraba en el momento y lugar indicado…