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General: Niño mío
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Cisneplateado3  (Mensaje original) Enviado: 04/03/2010 04:44
NIÑO MIO






“...sí, el sentimiento es un niño; la razón, casi siempre, una seca ancianidad. Uno es libertad y comunión absoluta con el Bien vivido, con el Bien hecho expresión empírica del Ser. La otra, es selección, análisis, enemiga consuetudinaria de la espontaneidad, prisionera a cadena perpetua de la cárcel estrecha de la lógica y sus leyes estereotipadas.

Sabido es que en la niñez, el sentimiento reina soberanamente,
la niñez es el momento cumbre para la enseñanza de los valores dignos del ser humano.

Reformemos los programas, abramos las puertas de nuestras aulas, salgamos al campo,
abandonemos pupitres y pizarrones, libros y reglamentos, y llevemos a nuestros niños a dialogar con la rosa que se abre,
el fruto que se prodiga, el arroyo que entrega parte de sí mismo para que se realice el milagro de jardines y vergeles.

¡Que de esa visión extraigan sus conceptos de bondad, ayuda y fraternidad totales!
¡Basta de leerlos en paginas impresas, sintamos su latido en el corazón palpitante de la Vida Universal!

¡Basta de esperar para formar el alma de nuestros pequeños! El tiempo es Hoy y Hoy se morirá inexorablemente mañana... Hoy es la hora del Amor...,
y uno se pregunta si entre tanto programa a desarrollar, libros de temas que cubrir, inspectores que conformar, Ministerios que acatar..., uno se pregunta... ¡Oh, Dios!, uno se pregunta, sino habrá dejado pasar esa hora, ese momento, si no habrá traicionado la esperanza que la Humanidad tiene puesta en cada niño, por haberse hecho eco de sistemas y metodologías de educación, con las que muchas veces el alma no concuerda ni de los cuales participa.

¡Tanta premura por enseñar al niño a leer y escribir las caligrafías artificiales de los idiomas humanos!
¿Y el corazón?
¿Quién enseñará al corazón a leer en la lección del inegoísmo?
Por que el corazón es el verdadero alumno a cuidar, no la mente.

La educación –la idea, mejor dicho, que tenemos de educación y de “qué” educar, qué hacer-educir en nuestros niños-
tiene que realizar un giro de ciento ochenta grados.
Estamos construyendo catedrales de cibernéticas...,
pero no son ellas las encargadas de otorgar la paz y el entendimiento entre los hombres.
Ninguna máquina de “confort”, perdona, comprende, ama; sin embargo, a ellas, a su manufactura,
se hallan dedicadas las energías casi totales del ser humano.
No se piensa en serio qué es esto de la educación, qué debemos educar –educir- en el niño:
lo serio ahora se ha trasladado a la fabricación de cohetes y relojes digitales, nuestros juguetes de “adultos”...

Es menester pues que, de este “hombre capullo”,
podamos extraer la sagrada Mariposa,
esa que respeta las flores de la Vida y las acaricia sin agredirlas...

(Extracto del libro "El Maestro de Grado")


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