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General: Comitan Chiapas Y La Masoneria En Tiempo De Constitución de 1857
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: amero nwo  (Mensaje original) Enviado: 14/01/2011 21:19
Una Nota Muy especial Mi antepasado Fue Gobernador Y General por esas epocas se llama 'miguel utrilla trujillo'
 
Córdova

México empezaba a gozar de las prerrogativas y derechos otorgados por la Constitución de 1857 y sus sabias Leyes de Reforma, afianzadas en definitiva por el ultimo triunfo obtenido en San Miguel Calpulalpan, en donde el general en jefe del ejercito Constitucionalista don Jesús González Ortega, derrotó de manera contundente al ultimo residuo virreinal comandado por Miguel Miramón, quien huyó al extranjero desde donde siguió confabulando al lado del clero romano, de quien recibió apoyo incondicional, cometiendo como todos sabemos, porque la historia así nos lo cuenta, el más grande crimen de lesa Patria.

Chiapas no estaba exento de este terrible mal que representaba el poder económico y político en manos del clero católico, era un porcentaje muy bajo de población el que gozaba de los privilegios y favores dados por un gobierno de origen centralista, quienes desde luego no querían un gobierno democrático por la afección que esto representaba para sus bastardos intereses.

La masonería fue piedra fundamental en la lucha por hacer prevalecer el derecho de todos y las ideas de superación; teniendo como principio inalienable, que no se padezca hambre, que nadie sude sangre para que otro viva mejor, que el trabajo que dignifica y ennoblece de a cada quien lo que merece, desarraigar de la mente del mexicano los temores oscurantistas que hacen al pueblo miserable y abandonado a su propia suerte.

En Chiapas, poco a poco la semilla liberal fue dando sus frutos, sus hijos se aferraron a la guía del gran masón don Benito Juárez García y decidieron por voluntad propia seguir empuñando las armas en forma gallarda y viril en contra de los eternos enemigos de las libertades humanas; que en su mayoría y desde antaño desparramaron su veneno en San Cristóbal de las Casas, catequizados y controlados por el clero romano dirigidos hábilmente por el obispo Carlos María Colina y Rubio, mismo que fue expulsado del país por su contumaz rebeldía para no cumplir los mandatos de la Carta Magna y bajo la pena de excomunión mayor castigaba desde larga distancia a quienes siguieran las leyes de desamortización y nacionalización de bienes eclesiásticos, la exclaustración de religiosos, la secularización de cementerios, etc. El púlpito seguía siendo tribuna incendiaria, los monasterios eran centros de conspiración, había una bien organizada red de informaciones secretas guiadas desde el alto clero de la capital de la república.

Chiapas contaba con la espada del reaccionario clerical de Juan Ortega, originario de Guatemala Centroamérica, asociado con el fraile Víctor Antonio Chanona; hombres de valor reconocido, pero lamentablemente puestos al servicio de la monarquía. El lado liberal estaba representado por el patriota Angel Albino Corzo, fiel representativo del ideario de Juárez; era enérgico, contundente y muy claro en sus ideas y de los amplios derroteros del progreso, porque sabía de los cruentos sacrificios experimentados a lo largo de tres años de guerra fratricida.

Estamos hablando del año de 1861, fecha en que el Supremo Consejo del Estado expidió un decreto, en el que se estipulaba que todo varón de 16 a 50 años debería inscribirse en la Guardia Nacional de su respectiva municipalidad, pues el contingente de sangre que se le había asignado a Chiapas era de 1,000 hombres armados y equipados para hacer frente a la inminente invasión francesa, Comitán aportó el más alto contingente de patriotas, 524, de los cuales uno era jefe, 24 oficiales y 499 de tropa; hijos dignos de Chiapas, dispuestos a mezclar su sangre con la de sus hermanos del norte en la sublime epopeya del sitio de Puebla de Zaragoza, este batallón estuvo al mando del enérgico jefe don José Pantaleón Domínguez, quien ascendió el 12 de septiembre de 1862 a teniente coronel, por propuesta directa del general don Ignacio Zaragoza. El comandante Domínguez emprendió el penoso recorrido a fines del mes de mayo de 1862 y para el mes de agosto ya se encontraba guarneciendo un determinado sector en previsión a probables ataques del ejercito intervencionista. A este batallón le tocó hacer la guardia de honor al cadáver del infortunado general Zaragoza, acaecido en Puebla el 8 de septiembre del mismo año. El batallón Chiapas como se le nombró, dio muestras de su arrojo y bizarría durante los 63 días que duró el asedio, ocupó el lugar 15 entre los batallones del ejercito de oriente, formando parte como el 3o. de la 2da. brigada, al mando del coronel Mariano Escobedo, constituido entonces por el 1ro. de Chiapas, el 1ro. de Aguascalientes, el 1ro. de San Luis Potosí. Esta brigada a su vez formaba parte de la 2da. división del cuerpo de ejército, cuyo jefe era el general de brigada don Miguel Negrete.

Recordemos como un homenaje a ellos, algunos nombres de los chiapanecos que dieron su vida en esta justa nacional, cayeron muertos en el cumplimiento de su deber, los soldados Francisco Peña, Francisco Maldonado, Ruperto Anguiano, Estanislao Castellanos y uno de apellido Flores Hernández. Heridos: Comandante Juan Guerrero, Sargento Andrés Martínez, Cabo Donato Vera, Soldados Gil Arce, Marcos de la Cruz, Mauricio Tetumo, Máximo Aguilar, José Pérez, Miguel Pérez Efrén Lazos, Tomás Rodríguez, Agustín Vera, Ramón Villanueva y Toribio Morales. Prisioneros de guerra: Teniente Coronel José Pantaleón Domínguez, comandante Juan Guerrero, pagador Miguel Flores, segundo ayudante Zacarías Avendaño, capitanes Crescencio Rosas, Juan Coronel (único fusilado, siendo prisionero, por haber abofeteado a un oficial francés), Francisco Arrellano, Adolfo Faugier, Vicente López y Miguel Utrilla. Tenientes Felix Monterrosa, Manuel Villafuerte, Waldo salazar, Benito Solís, Dionisio Martínez y José‚ Peralta. Subteniente Saturnino Aguilar.

Para sufragar los gastos de esta campaña, Chiapas aportó la suma de $3,000.00 pesos, de los cuales Comitán contribuyó con $336.00, sólo superado por Pichucalco que entregó $368.00 pesos.

Así como esto sucedía en el centro del país, en Chiapas también seguían las luchas internas entre conservadores y liberales. El infatigable Juan Ortega, quien ya mencionamos al principio, aprovechándose de la situación continuaba su insurrección empezada en el año de 1855, apareció como siempre por Comitán "lugar elegido para sus fechorías" dispuesto a sostener la bandera del imperio apoyado descaradamente por el gobierno de Guatemala, quien soñaba con recuperar el territorio chiapaneco, que sentía le fue arrebatado, situación que se agravó por la expulsión del ministro de relaciones exteriores del país centroaméricano, pues México le acusaba de que su gobierno apoyaba a los reaccionarios, esto hizo que Ortega aprovechara la tirante situación entre los dos países y con fecha 5 de abril de 1863 pronunció en las cumbres de Yalmutz (lugar situado en el municipio de las margaritas cerca de la frontera con Guatemala) un plan por el cual se desconocían los principios de nuestra Carta Magna y se rechazaba toda ley que estuviese en contra de la religión católica, apostólica y romana, se autonombró general en jefe de las fuerzas salvadoras de Chiapas (por no extenderme mucho, no menciono el texto del manifiesto Orteguista) este guerrero conservador y sus partidarios comprendieron que necesitaban dinero, hombres y pertrechos, por eso atacaron a la Capital del Estado San Cristóbal de las Casas, en combinación con algunos rebeldes llegados de Pichucalco. Como la batalla era encarnizada y n o había señales de agotamiento por parte de los defensores, el sanguinario fraile Chanona tuvo la brillante idea de incendiar la casa consistorial, lugar donde se fortificaron los defensores e hizo que se rindieran los valientes coletos. Desde allí se persiguió con lujo de crueldad a liberales connotados como Nicolás Ruiz e Isidoro Domínguez Robles. El pillaje fue inmediato, se saquearon todas las cajas recaudadoras por dos días seguidos, hasta que llegó la noticia de que una columna al mando de don Angel Albino Corzo se aproximaba con la finalidad de batirlos es que emprendieron la huida hacia San Bartolomé de los Llanos, pero teniendo como verdadero objetivo la plaza de Comitán, lugar al que se presentaron el día 14 de mayo a las 4 de la tarde, pidiendo a los republicanos que se rindieran, cosa que no sucedió, pues se decidió defender la ciudad a costa de las vidas que fueran.

El C. Jefe político Francisco de Jesús Castellanos y su hermano Matías, este ultimo informó en su parte de acciones lo siguiente: "Comandancia Militar del Departamento de Comitán. Viva la Independencia! El día 14 como a las 4 de la tarde, habiendo precedido de dos intimidaciones de rendición, una en pos de la otra, hechas a esta plaza por el faccioso Ortega que a la sazón se hallaba tomando posiciones con sus tropas para batirla, y a que no se quiso dar contestación porque as¡ se degradaba el jefe que la defendía, comenzó el combate haciendo fuego por todas direcciones sobre la torre y fortificación, de donde se le contestaba de la misma manera con bastante energía a la vez que se conservaba el mayor orden".

"Continuó el combate por todo el resto de la tarde y la noche entera, sin que el enemigo hubiese podido alcanzar ventaja alguna que le hiciese concebir esperanzas de un triunfo. Mas en la mañana del día siguiente habiendo redoblado esfuerzos, como a la una del día ocupó la torre, después de haberse dispersado algunos y caídos otros".

"La ocupación de este punto bastante ventajoso, proporcionó al enemigo posiciones más inmediatas a la fortificación, al grado de podernos batir casi a pecho descubierto, como que tuvimos la desgracia de que nos hubieran matado al que mandaba la fortaleza, que era el jefe político, Ciudadano Francisco de Jesús Castellanos, incidente tan lamentable al mismo tiempo que vigorizaba al enemigo, comenzaba entre la fortificación a producir en unos desaliento y en otros desesperación y sed de venganza"

"Yo que daba a todo esto el valor que merecía, que consideraba sus peligrosas consecuencias lo mismo que lo importante que era hacer la defensa a toda costa, revestido de una energía surgida de las circunstancias, sofocando los sentimientos naturales del corazón dirigí¡ la palabra a los defensores diciéndoles: "AMIGOS! MI HERMANO HA MUERTO, PERO ESO NADA VALE ANTE EL SAGRADO DEBER QUE TENEMOS DE SACRIFICARNOS EN LAS ARAS DE LA PATRIA. YO MANDO AHORA ESTA PLAZA, OBEDÉZCANME, QUE LES ASEGURO EL TRIUNFO! Ellos me contestaron muy bien! y desde ese momento continuamos el combate muy reñido de una manera desesperada.

"Como a las 4 de la tarde, en medio del más fuerte combate y aterrador tiroteo, se me abocaron a la trinchera con una bandera blanca, varias señoritas decentes de esta población, familiares de quienes estaban en batalla, hijos y parientes, suplicándome con l grimas en los ojos y gritos, que por Dios y todos los santos rindiésemos la trinchera porque íbamos a ser víctimas, porque todos los pueblos del Estado estaban pronunciados y era mucha la fuerza que nos batía. Yo contestó‚ con mayor bravura: "QUE SE FUESEN DE INMEDIATO ANTES QUE LES MANDASE HACER FUEGO, PUES QUE LA TRINCHERA SÓLO LA OCUPARÁ EL ENEMIGO DEJANDO TENDIDOS A SUS DEFENSORES".

"Allí  como a las 10 de la noche, hora en que el enemigo hacía su último esfuerzo también en incendios y saqueo penetraron a esta población las fuerzas auxiliares con la mayor intrepidez, batiéndolo por doquiera que lo encontraban, metiéndose las guerrillas entre uno y otro fuego, hasta haber alcanzado su derrota completa en pocos minutos".

"Quedan en nuestro poder veintidós muertos que el enemigo ya no pudo recoger, como lo había hecho con otros y los heridos del día, un sargento centroamericano, diez soldados prisioneros, dos rifles, diecisiete fusiles con sus fornituras, dos mil balas, siete caballos, algunos ensillados, un cajón de parque, tres lanzas y la bandera".

"Las armas del gobierno han quedado cubiertas de gloria; pero hay que lamentar la pérdida del jefe político ciudadano Francisco de Jesús Castellanos, otros dos ciudadanos más siete heridos, entre los cuales se encuentra gravemente pasado por una bala la pierna de don Cleofas Domínguez".

Nada tengo que decir a usted del comportamiento de los CC. que bajo mis ordenes hacían la defensa; pues todos se condujeron perfectamente bien, haciéndose cada momento más acreedores a las consideraciones del gobierno.

Me cabe la satisfacción de poner todo esto en conocimiento de Vuestra y de darle la más expresiva enhorabuena por el triunfo que han alcanzado las armas del Estado, ofreciéndole a la vez mis respetos y debida consideración.

"Libertad y Reforma. Comitán, mayo 17 de 1863. Matías Castellanos.- (dirigido al) C. Jefe de las armas y gobernador del Estado. San Cristóbal de las Casas".

Contestación del C. Comandante Militar del Estado:

"Ha sido en mi poder la nota de Vuestra de fecha 17 del que cursa en que me participa la heroico defensa que Vuestra y los pocos bravos soldados que le acompañaban han hecho de esa plaza contra las fuerzas del faccioso Ortega".

"La escasez de elementos con que contaban para el sostenimiento de esa fortificación y la firmeza y denuedo con que han defendido por espacio de treinta y dos horas, los hace acreedores al voto más ferviente de gracias que me apresuro a dar a Vuestra en del Estado".

"Y me felicito por el comportamiento de Vuestra en esta jornada, pues estos son hechos que honran al Estado".

"Me son altamente sensibles la muerte del ciudadano jefe político de ese departamento y las heridas que recibieron don Cleofas Domínguez y don Segundo Culebro y demás leales defensores de su patria. Estos son crímenes que los traidores acumulan sobre sus cabezas, y para quienes no se hará  esperar el inflexible rigor de la justicia".

Independencia, Libertad y Reforma. San Cristóbal de las Casas, mayo 19 de 1863, Angel Albino Corzo, C. Matías Castellanos, comandante de la plaza de Comitán.

Las fuerzas auxiliares a que se refiere en su parte don Matías Castellanos venían mandadas por su hermano Isidoro y habían salido de Teopisca el día 15 de mayo con dirección a Comitán, pasando por Amatenango en busca del enemigo, pero como habían informes que desde el 14 del mismo mes el faccioso Ortega atacaba aquella plaza, expidió orden de marcha a las ocho de la mañana, llegando al teatro del combate a las nueve de noche, y cuando m…s comprometidos se hallaban los defensores de Comitán por el número abrumador con que pretendían tomar la ciudad los imperialistas. La intrepidez de la fuerza al mando del comandante Castellanos que como se ve ocurrió presto en auxilio, coronó el éxito quedando Ortega escarmentado con la derrota; no habiéndolo aniquilado con una persecución inmediata, porque dicha fuerza había hecho una marcha de más de quince leguas durante aquel día y estaba sumamente cansada.

El imperialista Ortega no fue capturado y siguió en estado beligerante durante muchos años, dando dolores de cabeza a las fuerzas republicanas quienes defendían heroicamente cada una de las plazas de las diferentes municipalidades.

Con esto queda constancia histórica de algunos hechos suscitados en nuestro querido Comitán, por la defensa de una patria libre.

 


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