Todo he paladeado. Nada hallé mejor que Tú. Cuando me zambullí en el mar, no hallé perla como Tú. Abrí todos los toneles, he paladeado de mil vasijas, Mas ninguno excepto aquel rebelde vino tuyo tocó mis labios e inspiró mi corazón.
Esas palabras tiernas que nos decimos uno al otro están guardadas en el corazón secreto del paraíso. Un día como la lluvia, ellas caerán y mojarán todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo.
Cuando estoy contigo, estamos despiertos toda la noche Cuando no estás, no puedo dormir ¡Que Dios bendiga estas dos insomnias! y la diferencia entre ellas
Rumi |