Prologo:
El presente no es una continuidad de mi escrito anterior “El Ídolo” del 02 de febrero del 2009; Los escritos jamás alcanzan una conclusión definitiva porque siempre quedaran algunas ideas e impresiones arquetípicas o de percepción directa que no alcanzaron a concretizar en palabras o ideas estructuradas que puedan expresarse en forma comprensible por los demás; El hombre evoluciona y en este proceso su comprensión se amplia y profundiza abriéndole nuevas ventanas de percepción sobre el entendimiento de ayer.
“EL ÍDOLO (ll)”
“No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantareis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros ante ella; Porque yo soy Jehová vuestro Dios” Lv. 26:1.
El hombre empieza a convertir a su Dios en ídolo en el momento que le asigna nombre y forma, porque Dios siendo el todo no podría tener algún nombre ni forma que lo separe e individualice del resto de la creación; El hombre siendo imperfecto, finito y relativo no puede comprender lo perfecto, infinito y absoluto de Dios, no quedándole más alternativa que crear sus propios dioses e ídolos para comprender en alguna medida lo inconmensurable de Dios.
El ídolo es una herramienta que sirve como punto focal para alcanzar a través de la concentración y meditación algún estado místico o religioso sobre una deidad o verdad trascendente.
La idolatría es la adoración de ídolos como si fuesen una divinidad verdadera; este fenómeno no está en el objeto, sino en la relación de la persona con el “objeto” que ante su incapacidad para percibir la verdad subyacente del ídolo queda cautiva en la forma perdiendo el valor del contenido.
El ídolo es una creación humana, sin embargo el hombre le ha cedido su propio poder creador inclinándose ante su propia creación y volviéndose cada vez más castrado y estéril; El hombre no solo ha formado ídolos de sus dioses, sino de las palabras, libros, hombres, instituciones y ceremonias.
El pecado más grande del hombre es renunciar a su legitimo derecho a pensar por sí mismo, siguiendo ciegamente las palabras de multitud de ídolos que han llevado a la humanidad a guerras “santas” que lo mismo se inmolan ellos mismos, que asesinan a inocentes en el nombre de Dios y violando las leyes Mosaicas de “No Mataras” y “Amaras al prójimo como a ti mismo”.
El hombre percibe la realidad como una proyección de sí mismo, pues es él quien por sus sentidos, consciencia y mente, percibe, comprende y le asigna forma y valor a todo cuanto existe, el hombre no es la medida del universo, pero si la medida de su conocimiento, la divinidad es perfección y el hombre es imperfecto pero perfectible.
Los Dioses que el hombre ha tenido, han sido su propio ideal de hombre perfecto, el hombre no es un ser terminado sino en proceso de formación, el ser humano ha emanado de la naturaleza librándose de sus fuerzas al convertirse en homo sapiens.
La vida como el universo son movimiento constante, la humanidad en un futuro incierto pero inexorable alcanzara su propia realización humana al mismo tiempo que buscara su propia trascendencia hacia los mundos divinos del ser.
El hombre para encontrarse, realizarse y trascender es menester que rompa con todo tipo de ídolos y se observe a sí mismo con preclara y prístina mente libre de las cadenas de sofismas, paradigmas y supersticiones descubriendo sus propios dones, poderes y divinidad.
"Hombre conócete a ti mismo y conocerás el universo y los Dioses”
Fraternalmente.
Lázaharo Hael,’,
Nota:
El presente, son, reflexiones y meditaciones personales, no necesariamente representan la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo todos son invitados a leer.
Culiacán, Sinaloa. México. A 28 de septiembre del 2012.