HUMILDAD Autor el Francmasón Lázaharo Hael
A.’.L.’.G.’.D.’.G.’.A.’.D.’.U.’.
CULIACÁN, SINALOA. MÉXICO. 21 DE MARZO DEL 2011. E.’.V.’.
R.’.L.’.S.’. TOLERANCIA No.15
JUR.’. A LA M.’.R.’.G.’.L.’.DE A.’.L.’.Y AA.’.MM.’. DE SIN.’.
V.’.M.’.
QQ.’.HH.’. TODOS.
Prologo:
Existen varios conceptos de humildad, por ejemplo: “Immanuel Kant
afirma que la humildad es la virtud central de la vida ya que brinda
una perspectiva apropiada de la moral”. “Para Friedrich Nietzsche, la
humildad es una falsa de virtud que esconde las decepciones que una
persona esconde en su interior”. “Humildad es la característica el
definir de un modesto y modesto persona, alguien que no piensa que él
o ella es mejor o más importante que otros”. “Las religiones suelen
asociar la humildad al reconocimiento de la superioridad divina”.
“Para el budismo, la humildad es la conciencia respecto al camino que
se debe seguir para liberarse del sufrimiento”. “La humildad es la
virtud que consiste en conocer las propias limitaciones y debilidades
y actuar de acuerdo a tal conocimiento. El término proviene del
vocablo latino humilĭtas”.
“HUMILDAD”
Conceptos de humildad pueden haber muchos y dignos de tomarse en
cuenta. Algunas personas y organizaciones le dan a la humildad un
significado o connotación de mansedumbre, sometimiento, o en el más
nefastos de los casos como debilidad masoquista, entendiéndose ésta
ultima como la debilidad de la persona para vivir por sus propios
recursos interiores, y que solo le es posible al estar sometida a una
autoridad superior y ajena a él.
El hombre vive inmerso en una sociedad con niveles jerárquicos de
autoridad, y es comprensible que alguien debe mandar y otro obedecer
para el control y administración de la actividad y recursos de toda
sociedad.
El hombre vive en dos mundos, dos realidades. Una exterior y otro
interior. Y es en este mundo interior donde el hombre podría gozar de
su mayor libertad, un mundo de pensamientos y emociones, un mundo
mágico donde él debería ser señor y creador de todo cuanto existe.
Pero su consciencia ha sido alienada por una sociedad cada vez más
incisiva en su forma de penetrar en su consciencia con publicidad
subliminar desde todas las áreas o grupos que persiguen distintos
intereses o formas de poder y control sobre el hombre.
El hombre es un ser que inicia su formación adquiriendo sus
características biológicas, mentales y emocionales desde el útero
materno y pasando por lo familiar, escolar, sentimental, laboral, etc.
El hombre va heredando y adquiriendo una imagen estereotipada de lo
que la familia y la sociedad espera de él. En ocasiones sus cualidades
o recursos no son lo suficientemente adecuados para cubrir ésta
exigencia, provocándole frustraciones, angustias, ansiedades,
rencores, inseguridades, y hostilidad que de momento no sabe “quién”
es el culpable, o quien debe pagar por ello, y en tal situación es
común observar que descargue su energía negativa y hostil sobre las
personas más débiles o baja en la escala jerárquica donde se
desenvuelve.
El hombre se preocupa por la sobrevivencia biológica y de su prestigio
personal. Valor que no es suficiente que él sea consciente de
poseerlo, sino que debe ser revalidado o confirmado por las personas
que le rodean. Por lo tanto, Hombres y mujeres, consciente o
inconscientemente, trataran de exhibir sus tesoros anatómicos,
intelectuales y materiales ante quienes tengan enfrente.
Vivimos muriendo a cada segundo. Y en muchas ocasiones en una vida
falsa que está bastante alejada de lo que deseáramos. Nuestro tiempo
estimado de vida fluctúa entre: 30, 60, 80, o 100 años. No importa la
cantidad, el hecho es que Cada acto, pensamiento, o sentimiento,
consumimos parte de nuestro tiempo-vida. La felicidad es efímera, es
más, no somos conscientes de que somos felices hasta que dejamos de
serlo y añoramos tiempos pasados que jamás regresaran… ¿Por qué
desperdiciar nuestro tiempo-vida en banalidades propias del ego?
Nadie tiene capacidad de ofendernos. Somos nosotros mismos quienes
decidimos ofendernos y sentirnos mal. El señor ego es tan importante
que le encanta ofenderse. Ojala pudiéramos ser como los animales que
después de un mal momento, se alejan sin voltear hacia atrás. ¿Por qué
no decidimos a ser felices desde este momento?... ¿Acaso el ego no te
deja?
La humildad no tiene nada que ver con la sumisión, mansedumbre,
obediencia, o cualquier cosa que se asemeje a la debilidad. Es todo lo
contrario, pues se requiere determinación, fuerza, poder de voluntad y
carácter para someter al ego y lograr percibir en la mayor plenitud
posible, la realidad de lo que somos, lo que deseamos ser, y de lo
que somos capaces de ser. Poseer la fuerza para desandar el camino
equivocado y reencontrar nuestro propio y original sendero,
Reencontrarnos con nuestra propia originalidad, con nuestros propias
recursos y habilidades para alcanzar nuestros propios anhelos, nuestra
propia realización, porque ninguno somos igual al resto de la
humanidad.
En misticismo es imprescindible la humildad, no es posible meditar
teniendo el “ego” entre nosotros y el propósito que buscamos. El ego
obtiene su poder y existencia a través del mundo exterior e intentara
por todos sus medios mantener al hombre en su realidad externa.
La mente percibe su existencia a través del proceso de pensar, por
ello, sí se le obliga o induce a dejar de hacerlo, intentara
desesperadamente continuar generando pensamientos. El místico debe
usar todo su poder de concentración por mantener su propósito firme y
su poder de voluntad para controlar sus procesos mentales y educar al
ego, para que le permita adentrarse en el propio mundo interior.
La meditación se asemeja al cuento de Aladino, donde su maestro le
pide no se distraiga con los tesoros que encontrara a su paso, no debe
tocar nada y continuar adelantes hasta el fondo de la gruta donde se
encuentra la lámpara del genio. La humildad del místico estriba en no
caer en la soberbia por los halagos, rencores y otras exigencias del
ego y poder llegar al reino interior y escuchar las palabras insonoras
del que está más allá de la limitante y exigencias del mundo material.
El ego, la soberbia y todo cuanto el hombre porta, son herramientas
para avanzar por la vida. Las fuerzas no son buenas ni malas, Es el
hombre quien no debe embriagarse por el exceso de ellas, “quizás” esto
tenga una analogía con la copa rebosante de Baco o Dionisio.
El hombre para verse busca su imagen reflejada en la humanidad. Si
alguien te desagrada ¿Sera que ves en él un defecto que tuyo que no
has superado? Cuándo alardeamos de nuestros éxitos ¿Sera porque son
más nuestros fracasos, y los queremos ocultar?
Se ocupa fuerza de voluntad, carácter, y determinación para ser
humildes y poder alcanzar a ser conscientes y comprender nuestra
verdadera naturaleza y la de los seres que nos rodean. La evolución
individual del hombre comúnmente va en proporción a la evolución del
resto de la humanidad. Porque la evolución individual se da a través
de las experiencias vivenciales con el resto del género humano, y a
nadie le es posible evolucionar dentro de una humanidad que esta
distante en su grado o escala evolutiva. El hombre necesita seres
similares evolutivamente a su grado evolutivo para progresar en su
evolución. Seamos humildes para comprender a nuestros semejantes,
porque ellos son el material sobre el cual nuestras ideas y
sentimientos cobran realización. El temor más profundo consciente o
inconsciente del hombre es la incertidumbre a la soledad. Quizás esto
sea uno de los motivos que nos retienen en nuestra logia Masónica, el
deseo de evolucionar y el disfrute de la compañía de nuestros QQ,’,
HH,’,
Conclusión:
Pensamos en todo y en todos, pero nos olvidamos de pensar y
reflexionar sobre nosotros mismos, sobre nuestra verdadera naturaleza.
Eliminemos el culto a la personalidad, palabra que significa mascara.
Evitemos que el ego tome la tribuna de la elocuencia, y busquemos por
medio de nuestros trabajos compartir nuestros conocimientos sin
esperar recompensa personal alguna, pero sí con la esperanza de haber
contribuido en algo a la evolución de nuestros QQ,’, HH,’,
El hombre porta dentro de él, al cielo y al infierno, y somos nosotros
quienes decidimos donde vivir. Seamos humildes para conocernos y poder
conocer a nuestros seres amados. Seamos humildes para dejar de amar
nuestra importante imagen egoica y amarnos realmente a nosotros y a la
humanidad que nos rodea en su verdadera realidad… No desperdiciemos
nuestro tiempo-vida rindiendo culto y honores a falsos valores egoicos
y Seamos felices.
Sí algún día deciden adentrarse en el sendero de la meditación, el
enfrentamiento con uno mismo será inevitable, revelador, y doloroso.
Porque podemos engañarnos o engañar a quienes nos rodean, pero es
imposible engañar al ser interior.
El Masón que es Místico, no puede avanzar sin antes conocerse en su
verdadera realidad. Limpiar o pulir nuestras asperezas, y enfrentar
venciendo al guardián del umbral, el ego que impide nuestro paso al
templo interior. No nos quedemos con palabras vacías de contenido y
sustancia y avancemos por medio de la experiencia al interior de aquel
templo que no fue hecho por manos humanas. Nuestro Templo Interior.
La Soberbia como parte de la naturaleza inferior del hombre, y a la
vez parte adversa de la humildad, mantiene una alianza con el
narcisismo y el ego. Y puede definirse como el exceso de amor o
importancia hacia sí mismo, Lo cual lo imposibilita a ver su propia
realidad y la de las personas que le rodean. Pues ante sus ojos todo
en él es perfecto y en grado sumo que lo eleva sobre el resto de la
humanidad impidiéndole verla o escucharla.
La Humildad exige fortaleza para ser alcanzada y poder para callar
toda todo ruido del ego y la mente, para así poder escuchar las
palabras sagradas del Maestro Interior.
Fraternalmente.
Lázaharo Hael. M,’, M,’,
Nota:
El presente, son, reflexiones y meditaciones personales, no
necesariamente representan la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leerlos
http://groups.google.com/group/secreto-masonico/browse_thread/thread/a73e6c3192f6b074