Muchas veces escuchamos: La Masonería no hace absolutamente nada; se queda muy atrás; deberíamos salir a la calle y manifestar nuestra posición en los problemas del presente”, etc.; y “hay que modernizar los rituales eliminando todo lo que tienen de anacrónico, cambiando el orden litúrgico y apegarlo a las condiciones del siglo XXI”, etc. Expresiones tan llenas de muy buenas intenciones como extrañas a la índole de la Masonería, un famoso Hermano lanzó una declaración más que chocante: -¿Qué otra cosa cabe esperar en una asociación como la masónica que posee un profanismo ya congénito? Y como los que oíamos quedamos tan sorprendidos, explicó su pensamiento. La Masonería no es ya una Escuela de Misterios a la manera de los de la antigüedad, como a veces nos gusta pensar . No es ya un Colegio de Iniciados, sino uno de profanos –donde todos nosotros, si así lo quieren pueden desarrollar o no el espíritu iniciático y dejar bajo mallete la posibilidad que algún buen día pulsemos el botón escondido en el alma para realmente llegar a ser masones; pero nada los obliga a ello, somos libres de decidir dar curso o no al el proceso que se nos inicio cuando ingresamos a la Orden masónica. Y se puede ser un excelente y digno masón sin ser un Iniciado y sin quererlo ser, por ahí por la calle siempre nos topamos con personas más dignas que nosotros, muchas de ellas vendiendo por unas cuantas monedas dulces por las avenidas de nuestras ciudad. La Masonería es algo así como un intento de poner “La Gran Luz de la exaltación al alcance de todos” todo por una cuota monetaria, y la compra y venta de caros y ostentosos mandiles, y posteriormente poner la compra venta los grados a una a veces un módico precio o en otras comprar el grado 33 a un alto precio, que para muchos será siempre batato, pues podrán presumirlo entre nosotros sus cofrades –con lo que todo implica de rebaja en materia de exigencias masónicas tanto preliminares como subsecuentes. Claro yo no critico a nadie, añadió yo sólo soy parte de lo mismo. Pero recordemos que, los Misterios antiguos eran poderosos círculos sumamente cerrados – elitistas al extremo incluso con limitaciones de casta, raza, y nacionalidad; y sólo en tiempos en que ya comenzaba su decadencia se admitieron algunos no aptos. Eso hizo posible que algunos griegos como Demócrito y Pitágoras lograran ser admitidos –no sin grandes trabajos. Aún para personajes a la altura de Faraones y sus familias reales las pruebas de admisión eran sumamente rigurosas; tanto que seguramente muchos morían en ellas, ahora en las últimos descubrimientos arqueológicos se muestra que muchos de los faraones murieron en duras pruebas iniciáticas que eran muy severas. El propio Pitágoras casi sucumbe en las mismas, hoy cualquier político se inicia masón sin siquiera pasar por alguna prueba iniciática. ¿Y pedimos a quienes lo hacen algo más de que sean “libres y de buenas costumbres”? Sin duda somos algo exigentes en cuanto a honestidad y espíritu de servicio; pero allí terminan nuestras demandas en cuanto a moralidad, ahora lo sé muchos nos autoimponemos nuestras propias demandas iniciáticas, y ahora pretender que alguien se someta a estas pruebas iniciáticas literalmente inhumanas sería incluso ir contra las leyes y los derechos humanos. Por ejemplo, hoy el mundo es testigo que aun político se le impuso una iniciación en Santería a la ligera, este habré un sarcófago y le cae la maldición del iniciado que reposaba dentro, a final de cuantas las malas iniciaciones dan por resultado graves consecuencias, hoy recordamos con nostalgia aquellas iniciaciones de donde surgían hombres con la Talla del Francmasón Simón Bolívar. Y ahora respecto a que simplemente deban ser “libres” ¿no aceptamos gentes cuya libertad interior y exterior está ligada a todo género de compromisos conceptuales, sociales, familiares, políticos, financieros, etc.? Entonces, ¿cómo nos puede sorprender lo que vemos? La verdad es que mientras la Institución Masónica en su nobleza aspira a que todos sus miembros sean iniciados, cómo sólo les pide que sean hombres buenos entre comillas, rectos a su manera , amantes de la verdad sepa dios a cual verdad y la virtud suponemos que para muchos su virtud sea el estafar, así pretendemos cada día , los masones hacer de esos masones a medias defensores de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad ... ni todos los que visten mandil son Iniciados, ni tienen por qué serlo- para eso está la Libertad, una libertad de elegir o no tomar la decisión o no de ser masón. - ¿Pues cómo es esto de que no somos Iniciados?- dirá alguno en su extravío pero yo soy un masón con celo masónico , pongo las luces del ara como debe ser, y le preguntamos y cómo debe ser, cada quien tendrá su versión de cómo colocarlas; y nosotros, que compartimos la posición de aquel Hermano contestaremos que todo depende de qué se entiende por ello. Al poco o al mucho, todos estamos iniciados en las formalidades del rito; y mal que bien también lo estamos en la jerga del arte real, y sabemos hablar en términos misteriosos apropiados del léxico masónico y así impresionamos a los demás. Hay hasta un vocabulario completo para cada grado y un caro mandil para cada ocasión, y lo que aquí se llama acta, allí Columna, Plancha de trazar, Balaustre, etc. Lo que un oriente impera como regla muy propia en otro es un impropio insulto; en una logia vale más por sus efluvios un mandil añejo y amarillento y en otro un mandil de cara seda importada, y lo mismo cambian los nombres de cargos y dignidades. Si a esto se le llama iniciación, pues ... todos lo estamos, pero pocos lo entendemos . Por suerte pocos masones son los que se entretienen en estos fariseísmos propios de la cáscara externa, los rimbombantes nombres para clasificarnos y los grados masónicos de oropel ; y cuando dicen Iniciación aluden a una cierta actitud del espíritu aunque no lo entendamos nunca. https://groups.google.com/group/secreto-masonico