Este símbolo, la triple Tau que observamos en el sello de la Orden del Santo Real Arco de Jerusalén, hace mas de 300 años (tiempo, incluso antes, en que ya se practicaba este ritual) era interpretado como la letra “H” de cuya línea horizontal se surgía verticalmente la letra “T” monograma de “Templum Hierosolym”, Templo de Jerusalén. Lo podemos apreciar en una imagen existente en la Catedral de Sheffield, en la Inglaterra de los primeros siglos del cristianismo, y hoy nos evoca el mismo significado espiritual que tenían entonces. Por aquellos tiempos se le atribuía al monograma un significado “Teísta”, en su referencia a la Divinidad: TH=Theou=Dios. Pero la imagen del sello de salomón con la TH inscripta en su centro existente en la Catedral de Sheffield es un símbolo de los primeros siglos del cristianismo y podemos encontrarle un profundo significado espiritual si entendemos que el triangulo con el vértice hacia abajo significa la Gracia Dios Trino descendiendo al hombre, en los vértices superiores colocaremos a Dios Padre y al Espíritu Santo, y en el vértice inferior a Dios Hijo dirigiéndose cual punta de flecha a la tierra para brindarnos y enseñarnos su amor. El triangulo con el vértice hacia arriba simbolizaría la trinidad humana ubicando en sus ángulos inferiores el cuerpo y el alma, y en el ángulo superior al Espíritu elevándose hacia la comunión con Dios. Si en el triangulo Divino colocamos la letra inicial de Dios en latín Theus y en el triangulo humano la inicial de Humanum y si las unimos en el sello salomónico, vemos la figura simbólica del pacto de Dios con el Hombre, de Dios hecho Hombre, Cristo, que recordemos que era de sangre davídica. Así queda conformada la imagen existente en la Catedral de Sheffield. Símbolo también del primer receptáculo de la Sangre de Cristo, María, el Graal. En otro capítulo desarrollaré en profundidad el simbolismo del triangulo y sus distintos significados. El origen de estas dos letras que terminaron convirtiéndose en el símbolo geométrico angular del Santo Real Arco lo volvemos a encontrar si nos remontamos en e la historia hasta los primeros tiempos del cristianismo, cuando el símbolo de Cristo era el Pez, símbolo del agua, de la vida y de la fecundidad; incluso anteriormente a la era cristiana era un “Talismán” ampliamente usado en el mediterráneo y que fue tomado por éstos primeros cristianos como signo de reconocimiento. Pez, en griego se escribe “ichtys”, Eusebio nos dice respecto que se trata de un acróstico, es decir, una palabra cuyas letras son iniciales de otras palabras. En este caso: I=Jesous; CH=Christos; TH=Theou; Y=Yios; S=Soter. Jesucristo Hijo de Dios Salvador. Entonces podríamos ver el origen de la “TH”, que tanto en su histórica interpretación simbólica como letras de un monograma o como hoy la estudiamos en la Orden del Santo Real Arco de Jerusalén por su forma geométrica adquiriendo así un carácter universal no religioso, pero aludiendo al mismo principio, es el símbolo del pacto del hombre con el Verdadero y Viviente Dios Altísimo. Esta costumbre de usar un jeroglífico, o mejor dicho palíndromo era muy popular en esos tiempos, prueba de esto son los descubrimientos arqueológicos a lo largo del Mediterráneo que los muestran repetidamente. En el ejemplo siguiente se puede leer de derecha a izquierda y viceversa, tal como sigue: SATOR / AREPO / TENET / OPERA / ROTAS (“El sembrador Arepo sostiene con destreza las ruedas”). Observamos en la forma la palabra TENET (sostiene, sujeta) como su letra inicial y final es la T (TAU). Y que si apartamos las vocales A y O,(simbolizando la ALFA y la OMEGA, el criptograma quedaba como sigue: P A A T O E R O S A T O E R PATERNOSTER En su aspecto geométrico la Tau se vincula simbólicamente con el numero 9, el ángulo de 90º y la “Teth” hebrea haciendo alusión a la fundación (recordemos que precisamente 9 Caballeros Fundaron la Orden del Temple). Tendría incluso otras connotaciones como la de árbol de la vida, o incluso de la sabiduría, la representación geométrica del ser…, con ella firma y señala el Altísimo. Por ello se le asigna a su simbología numerosas representaciones como ser: al árbol de la ciencia y a la serpiente; en la Cábala Cristiana es un símbolo de resistencia y de protección; se dice que si se colocaba sobre la custodia de una ermita o en la parte superior del altar de la iglesia o parroquia quiere decir: “Iniciación Superior”. El sistema general de enseñanzas de la masonería siempre nos indica que para encontrar la verdad debemos apartarnos del dogma, ya sean religiosos o filosóficos, de todo concepto “apriorístico” y de las connotaciones culturales exclusivistas porque restringiríamos nuestro ámbito de estudio, por el contrarío si nos embarcamos en una investigación científica de lo sagrado seguramente llegaremos a comprender mejor nuestra relación con el GADU. Un filósofo interpreta los emblemas religiosos como representaciones de fenómenos celestes sublimes.
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