Embriología oculta
El hombre no nace totalmente de una vez. Podemos decir que nace por grados. La conciencia trabaja fuera del cuerpo, utilizando las sustancias plásticas hasta el momento de vivificarlo, cuando toma a su cargo el vehículo desde lo interno y comienza a modelar cierta cantidad de individualidad de los materiales que la rodean. En el momento del nacimiento, el cuerpo físico nace, y un proceso de cristalización comienza, que no se detiene nunca, ni por un solo instante, hasta el momento de la muerte. El hombre principia a morir en el momento de su nacimiento, y el alcance de la vida está determinado por el tiempo que ese proceso requiere. Al séptimo año, el cuerpo vital entra en acción, y los períodos más grandes de crecimiento tienen comienzo. Es entonces que los padres principian a tener dificultades. Es la época en que dejan sus ropas tiradas o afuera. Los niños crecen como la hierba, porque están, literalmente, recapitulando sus existencias de plantas, mientras que hasta ese entonces ellos recapitulan su estado mineral. Cerca del séptimo año el niño comienza a producir esencias vitales dentro de su propio cuerpo. Hasta esa época vive de las fuerzas secretadas, en las glándulas internas de la garganta, antes del nacimiento. En otras palabras, se mantiene a si mismo con la vida que ha almacenado de los padres. Alrededor de los siete años de edad, comienza a trabajar para si mismo, está en actividad minuto tras minuto, y si el joven pudiera embotellar su energía y conservarla para la vejez, en qué maravilloso mundo viviríamos. Entre los doce y los catorce años, en las regiones moderadas, el hígado principia su actividad; el cuerpo emocional ha nacido. Es durante estos días de la adolescencia que el joven enfrenta sus más grandes problemas. La emoción corre desenfrenadamente. La conciencia esta recapitulando sus existencias animales. Manifestando la euforia juvenil es a menudo, la etapa de los grandes errores. Mayor número de vidas son oscurecidas, o inutilizadas, entre los catorce y los veintiún años; esto ocurre más que en ningún otro período de la vida. Se nota, especialmente, entre las razas primitivas que han sido puestas en contacto con nuestro sistema educacional, que hay un cambio alrededor de los catorce años. Hasta esa época, estos niños han estado a la cabeza de sus clases y tenido una posición brillante, pero, cuando se apodera de ellos la naturaleza animal son un fracaso en cuanto a la educación se refiere. Cualquier maestro de escuela que haya educado a niños extranjeros dará testimonio de esta condición entre ciertas nacionalidades. El retardado es un ejemplo de la pérdida de las funciones mentales con el nacimiento del cuerpo astral, y hay muchos de estos ejemplos. Durante estos días de turbulencia emocional, los padres deben manejar a sus hijos con firmeza y bondad, si no aquéllos mismos niños se volverán algún día contra sus padres y les culparán por haber arruinado sus vidas. Entre los dieciocho y los veintiún años, de acuerdo con las condiciones climáticas, el cuerpo mental toma el gobierno, y nosotros decimos que el individuo ha llegado a su mayoría de edad. Entonces, se le permite votar; el padre le regala un reloj de oro y lo envía al mundo en busca de fortuna. Quizás una persona entre un millón comprenda, realmente, porque se ha establecido los veintiún años como la época de la mayoría de edad, pero, todo ocultista conoce la razón. La conciencia espiritual, el verdadero “yo soy", no toma posesión de sus nuevos cuerpos hasta los veintiún años. Hasta ese momento está gobernado enteramente por los centros sensorios inferiores. Por lo tanto, la vida progresa en ciclos de siete años. Como un ejemplo de esto, nosotros vemos que, los veintiocho años señalan el período del segundo nacimiento físico; los treinta y cinco, el segundo nacimiento vital, o, como es llamado, segundo desarrollo; los cuarenta y dos, el período del segundo nacimiento emocional. Durante estos años, gente perfectamente normal hasta entonces, muy a menudo, deviene sentimental. Los cuarenta y nueve, marcan la aurora de un nuevo período de actividad mental, y los siguientes siete años son la edad de oro del pensamiento. Son los períodos de la razón filosófica, los años más completos y que coronan la vida con su plenitud. Y así van, los ciclos tras los ciclos. Si el individuo durara bastante tiempo, pasaría por su segunda, tercera y cuarta niñez
Manly P Hall |