Que fugaz es la vida mundana
Quememos la pasión y la desdicha
Bebemos apresurados el vino amargo
Somos quienes
brindamos ebrios de quienes beben el licor infernal
De los que apestan bajo la bóveda celeste.
¿Qué necesidad tiene
la llama eterna de aniquilarnos apenas y surgidos del barro?
Todos somos fulgurantes estrellas caídas de un cielo.
Cortemos el cuello al dolor que es un delincuente.
Pues robó del cielo la llama.
¡Vertemos al suelo la copa del vino dulce!
Para que adormezca la inteligencia de los impíos, que se
complacen sólo con el dulce placer.
Cuando la humanidad se embriague el dulce licor le
aplicaremos la ley del castigo.
Pues excedió en mucho los límites establecidos.
Aún cuando la madre natura sea dueña de todos.
¿Qué sabe la Viuda de las astucias de la adversidad humana?
Mientras embriaguémonos y la irritamos de tal manera que ella nos
aniquile.
Qué, cuando uno vuelve en sí no reconoce el cómo ni el
porqué de las cosas de la noche
anterior.
Un maestro así, un sabio semejante : más les valiera ser traicionado por sus discípulos y por ellos asesinado
dentro del mismo templo de Salmón.
Todo para que los ignorantes aprendan la lección.
En verdad se convierte en Sabio, quien por amor fraternal da
su vida.
Pues solamente así conoce la ciencia interior.
Ve hacia la morada en las profundidades del corazón las
columnas de este mundo sostenido sin columnas.
Este mundo no es más que un extraviado en el espacio; de
otro modo conocería el reposo, y como no
es así se mantiene errante.
Sólo Quien no sacrifica su tiempo en encender la luz pierde
su tiempo.
Sólo Quien renuncia a su yo, adquiere un alma inmortal.
Haz por un instante una abstracción de tu Ser.
Pregúntate ¿Importa
si lo hago para demostrarme que si puedo?
Fabricante un alma capaz de vencer la misma muerte.
Doma un instante, por amor al instante.
Doma a ese caballo salvaje, a ese perro tuerto dale muerte.
Considera un infierno la consciencia de sí que adquirió un
sabio, pues ese infierno le apresurará a subir al mismo cielo.
Destrúyete , busca menos ambición.
Húndete de tal manera en ti , que encuentres ahí al mismo
cielo prometido.
Húndete de tal manera en ti, que ya no emerjas y no veas más
el mundo exterior.
¿Qué placer puedes
encontrar al beber licor barato del mundo ?
¿Tiene para ti algún sentido oler el perfume artificial
fabricado por los seres humanos?
Hago silencio, no debo explicar más.
A causa de los celos y la envida que les provocaría decirles
que yo ya me embriague del licor divino, y que escuche la música celestial de
las estrellas.
Ya otros vendrán y les contarán, si es que pueden
explicarles con palabras el sabor del divino licor.
Alcoseri.