El Rito de Transfiguración
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El objetivo final del programa de los Ritos de Pasaje, es el hacer que nu estro cuerpo grupal
completo se destaque como una expresión de Dios actualizada. Estamos atravesando este
proceso de iniciación acelerada para poder manifestar la divinidad en forma humana
mientras que estamos en formación del grupo resonante.
No hay otra directiva más importante que ésta, que es la clave para llevar a cabo la tan
esperada era de paz en la Tierra.
En el primer Rito de Relación, establecemos una buena relación con Dios como enfoque
principal de nuestra atención centrada en un solo punto. Poner a Dios primero en todo lo
que hacemos se ha convertido en nuestra única razón de ser.
A medida que íbamos progresando a través del segundo Rito de Voluntad Divina, la visión
de una paz mundial duradera fue plantada cuidadosamente en nuestros corazones y en
nuestras mentes. En este acto de alineación, nosotros experimentamos una fusión más
pronunciada de nuestra voluntad personal con la Voluntad de Dios, lo cual da como
resultado un mayor conocimiento de cómo llevar a cabo nuestros roles para cumplir el
Plan Divino mediante el poder de la Buena Voluntad.
Ahora estamos preparados para sostener los tremendos rayos cósmicos que están brotando
de las esferas de Shamballa mientras el Consejo de Luz administra este crucial Rito de
Transfiguración. Como un campo de fuerza colectivo del Amor de Dios, estos Maestros
esgrimen la Vara de Iniciación, la cual pone en movimiento un proceso acelerado de
síntesis dentro de nuestro ser.
En el Rito de Transfiguración, nosotros iniciamos un proceso más profundo de
consumación de la personalidad humana, trascendiendo la dualidad y viendo más allá de
la forma física. Esta fase de la transformación es vital para poder experimentar mayor la
expansión futura de nuestra conciencia.
Una vez más, convocamos desde las profundidades de nuestro ser, una intensa
unificación que nos permita mantener nuestro enfoque sobre el resultado final,
acompañado de una voluntad inquebrantable de sacrificar todo lo que sabemos y
conocemos.
La Transfiguración
Transfiguración es el proceso a través del cual nuestra personalidad humana se fusiona
con la luz de nuestra Alma. Entramos más completamente en la conciencia grupal y
polarizamos efectivamente el plano mental enormemente expandido.
La vida ha dejado de tener significado material para nosotros, ya que estamos
completamente enfocados en la realización de nuestra unión con la humanidad, a la cual
humildemente hemos dedicado nuestra vida en servicio.
Transfiguración para el Individuo
El punto medio entre la forma humana y Dios es el Cristo dentro de nosotros, o el
Principio Crístico, la conciencia universal unificadora que está presente en cada partícula
de la creación. Es esta energía catalítica la que transforma y transfigura la forma.
No es sino hasta que alcanzamos cierto nivel de desarrollo que la expresión del Cristo
dentro de nosotros y la conciencia divina correspondiente entran en acción… cuando el
cuerpo físico, emocional y mental están equilibrados y suficientemente estables para
consolidarse en uno.
La insistencia sobre el poder del pensamiento, es la fuerza cardinal que está detrás de esta
transición.
Con determinación de manejar la vida únicamente desde el ángulo de la Mente Divina,
experimentamos la transfiguración de toda nuestra naturaleza inferior, mientras todos los
deseos humanos, sentimientos, dolores y placeres son transmutados en un enfoque mental
considerablemente ampliado.
Estamos inteligentemente motivados porque percibimos más allá de la forma y
experimentamos más allá de la ventana de los sentidos corporales entrelazados. Al llevar
a cabo nuestro servicio planetario, servimos de puente entre las matrices de conciencia,
entre lo que tiene forma y lo amorfo.
Transfiguración para el Grupo
La transfiguración de nuestro cuerpo como Alma Grupal es la piedra angular que corona
nuestros esfuerzos concertados en el camino de la iniciación.
El objetivo siempre ha sido y siempre lo será el gran todo. Si queremos lograr la entrada a
los estados expandidos de conciencia, debemos aceptar que la ley evolutiva impulsa esto
como esfuerzo grupal requerido.
La iniciación de transfiguración revela la personalidad completamente integrada, con el
alma infundida y totalmente sensible al influjo de energía proveniente de la Monada que
es la conciencia unificada conocida como el Grupo YO SOY.
Esta creciente receptividad de nuestra Fuente Monádica, da lugar a que nuestros
pensamientos sean más amplios y posean términos más inclusivos. Las necesidades del
grupo toman el centro del escenario mientras las necesidades individuales adquieren
importancia secundaria.
Nosotros vemos al grupo tal como Dios lo ve, custodio consciente e integral del Plan
Divino. Sabemos exactamente lo que estamos haciendo, y precisamente por qué lo
estamos haciendo.
El Rito de Transfiguración
Nuestro Enfoque Específico de Iniciación…
La actualización de una personalidad integrada y el Principio Crístico dentro de ella,
involucra la resolución completa de la percepción de dualidad y conceptos de creencias.
Esto entonces desencadena una reacción alquímica de unidad y síntesis dentro de todo
nuestro campo de energía.
La transfiguración de la personalidad no es posible, sino hasta que las siguientes
unificaciones interiores se hayan llevado a cabo:
1. Percibiendo más allá de la forma
2. Trascendiendo la mente sensorial
3. Trascendiendo percepción dual
4. Trascendiendo concepto de creencia
Viendo más allá de la Forma
Hasta ahora, hemos estado profundamente comprometidos en nuestra relación con las
formas físicas y con el comportamiento asociado que se expresa a sí mismo a través de
esas formas. Hemos estado encerrados en una mentalidad que se consume haciendo
juicios y categorizado las cosas por sus apariencias externas.
Estamos ahora cambiando nuestra percepción humana en dirección al campo de juego
multidimensional, viendo más allá de las limitaciones de la forma. Estamos
incursionando dentro de la energía detrás de la forma, la Fuerza Intrínseca que guía toda la Ley Universal hacia la acción adecuada. Gente, conceptos, manifestaciones físicas…
todo esto es visto y experimentado directamente como expresiones de energía que son
unidades individualizadas del gran todo.
En este Rito, nuestra conciencia se expande hacia lo “amorfo”, el campo de potencialidad
pura desde donde brota toda la creación. A partir de este gran alineamiento, podemos
aplicar sabiduría eterna a lo que tiene forma… para alquimizar un cambio permanente.
Trascendiendo la Mente Sensorial
Cuando las percepciones sensoriales hacen vibrar sus placeres dentro del cuerpo,
continuamos siendo atraídos por la materia y por lo que percibimos allí como consuelo y
sufrimiento. Los cinco sentidos físicos mantienen el cuerpo humano atado a la materia de
la tercera dimensión.
Para realizar la Conciencia de Dios, nuestro consciencia vibra por encima de los sentidos
que están sintonizados a la materia. Nuestras percepciones se revierten hacia nuestro
interior para revelar la Divinidad escondida detrás de la apariencia externa.
Mediante la interiorización de la conciencia, trascendemos los sentidos humanos y
llegamos a sentir la voz gozosa de Dios reverberando a través de cada partícula de la
creación. Es por eso por lo que el arte de la meditación concentrada, es tan beneficioso
para el iniciado que está trascendiendo.
Trascendiendo Percepción Dual
Es la dualidad dentro de nosotros la que presenta resistencia al otro aspecto de sí mismo
debido a una mentalidad que aún percibe los polos opuestos. A partir de esta percepción
dual, es que formulamos deseos y opiniones que se auto-adhieren; todos provenientes del
yo-separado. Mientras el péndulo del pensamiento se balancea en una dirección, siempre
regresa a la posición opuesta para equilibrar el polo. Esta es la ley de Dualidad.
La Fuente de todo es Dios, o unidad. Esto significa que todos los pares opuestos tienen el
mismo fundamento. Luz y obscuridad provienen de la misma fuente. El bien y el mal
también provienen de la misma fuente. Aunque son diferentes en frecuencia, ellos viven
en el mismo espectro de polaridad, son manifestaciones extremas de la misma exacta
energía y son profundamente interdependientes el uno del otro a nivel humano.
La Transparencia de Verdad Divina se cultiva liberando la conciencia humana de las
influencias dualísticas de atracción y aversión.
Cuando enfocamos todos nuestros pensamientos, palabras y acciones hacia el mayor bien
de todos los involucrados, ya sean buenos, malos o indiferentes, estamos operando en alineación con el Universo y empezamos a vivir, percibir y crear a partir de la Conciencia
Divina en nuestro interior.
Que conscientemente podamos ver y enviar el Amor Divino (que no tiene opuesto) a
todos y todo lo que existe. Si logramos ver como Dios ve y amar como Dios ama, en el
sentido de que todo es perfecto y divino, veremos entonces que no hay polo opuesto, y
por lo tanto la balanza de dualidad no se inclina.
Uno de los mayores servicios hacia el Plan Divino es simplemente convertirnos en un faro
luminoso y un pilar neutralizador, mientras invocamos desinteresadamente a la
Divinidad… estar en este mundo, sin ser parte de él. Mientras caminamos el camino de
la ecuanimidad, llegamos a dominar la Ley de la Dualidad, elevándonos sobre la fuerza
de atracción de la materia, en total aceptación de la divinidad inherente en todas las
cosas.
Trascendiendo Conceptos y Creencias
Como raza, nosotros vivimos y operamos nuestras vidas detrás de un velo de creencias
programadas. Esto incluye nuestros conceptos, opiniones y filosofías acerca de la vida.
Sin embargo, detrás de todas estas creaciones propias, se encuentra una Conciencia
Divina, un campo de fuerza totalmente dominante que sostiene todas nuestras
proyecciones intactas, tanto las conocidas como las desconocidas.
Para revelar el Principio Crístico que mora dentro de nosotros, es necesario que seamos
capaces de expandirnos mucho más allá de nuestras proyecciones y encarnar el tras-fondo
de conciencia de la Presencia totalmente dominante del YO SOY.
Podemos hacer esto simplemente enfocando nuestros pensamientos sobre lo Divino ante
nuestra conciencia… todo el tiempo. Esto no quiere decir que tengamos que abandonar
la sociedad o a nuestras familias. Significa que podamos integrar el pensamiento y
sentimiento divino en cada aspecto de nuestra vida. Mantenemos esto así en cada
interacción y experiencia.
La ascensión ES este cambio perceptual en pensamiento y sentimiento… para
simplemente recordar lo divino en todo… en nuestros hijos, en nuestra pareja, con el
empleado de ventas, el taxista, las multitudes en la calle. El Principio Crístico es
directamente tangible dentro de los otros, así como lo es dentro de nosotros.
Cuando permanecemos constantemente alertas y en una meditación consciente con toda
forma de vida, y durante todo el tiempo… es cuando percibimos a Dios como el Yo-
Mismo