La visita a la caverna invisible
Un
Maestro Masón, que viajaba en coche por una desolada carretera del Norte de
México, tuvo una avería en su motor y requirió detener su viaje , colocando el automóvil
a lado de la carretera, ya era media noche, y fue que repentinamente apareció un extraño hombre, y acercándose le dice qué le pasa, el masón responde
nada que mi coche se averió, viendo el anillo masónico del viajero vio que era
un masón , y le dice vaya un masón, mi abuelo fue masón pero de eso hace años.
Ya
que eres masón como mi abuelo, te ayudaré amigo masón, dijo el hombre, ven a mi
cueva y te daré hospitalidad, el masón a
esto exclama, ¿cueva? ¡Cueva! Si dijo el extraño hombre vivo en una cueva pero tiene todos los lujos imaginables expresa
el extraño hombre que en ese momento dijo llamarse Jonás Gutiérrez, el masón le
dijo llamarse Héctor. A pues un placer se dijeron mutuamente.
Así
el Masón lo acompañó a una inmensa caverna, llena de lujos extraordinarios, el
francmasón Héctor pensó este hombre es un ladrón y esta es, una verdadera cueva de
Aladino. Jonás le dice al Masón te vez
cansado acuéstate aquí y le señalo una bella cama. Y mañana te contaré más de mí
y de esta cueva. Se acostó el masón y se durmió.
A
pasadas unas horas el instinto despertó al Masón, y pensando en un peligro sintió
el impulso y se levantó para situarse afuera de la cueva. Hizo esto, después de
arreglar la cama de tal modo que Jonás pensara que aún permanecía dormido en la cama.
El
masón desde fuera de la cueva espiaba a Jonás, este despertó. Miró a la cama y
Jonás sonrío, y grito ven Héctor a acostarte de nuevo , a esto Héctor respondió
salí a orinar. A esto Jonás dijo, no hagas eso, afuera de la cueva puedes toparte con un víbora de cascabel , la
verdad yo fui un tonto, debí decirte que en esta cueva cuenta con sanitarios y
una regaderas a todo lujo.
El
Masón regresó a la cama , y se durmió de nueva cuenta.
Amaneció
y el masón le dijo , vaya que tu caverna es confortable, pero he sido picado
por zancudos. No tendrás un repelente, Jonás apenado, expresa que si apenado ,
debí darte el repelente cuando llegaste,
Héctor el Masón responde, bueno no hay problema , son las prisas. En eso
hicieron té de poleo con piloncillo y comieron huevos rancheros a la mexicana.
A
esto Jonás le dice al francmasón Héctor, mira está caverna es lo que le
denominan cueva invisible, aquí recolectamos tesoros enterrados y los ubicamos aquí , los concentramos en este
punto, y yo soy el custodio de estos tesoros. A esto el Francmasón Héctor se
queda mirando extrañado, si , si ahora entiendo mi familia contaba de tesoros
enterrados ancestros, los iban a buscar y no estaban, debido a que duendes los cambiaban de lugar. Jonás a
esto sonríe y le dice, que bien entiendes y ahora sabes cuál es mi trabajo.
Acabado
el almuerzo, Jonás invita al masón Héctor a un recorrido por la caverna, esta era
inmensa y le muestra castañas o cofres
repletos de Oro, monedas de Oro y de plata.
Jonás
el custodio de la Caverna, le dice al francmasón Héctor , anda toma lo que
quieras, a lo que el francmasón Héctor le responde, no , no muchas gracias, mi
abuelo me advirtió que nunca tomara Oro, ni plata de estas cuevas de la región.
A esto Jonás lanza una carcajada, imposible que un ser humano la emitiera y le
dice, vaya sabes quién soy… a lo que el francmasón Héctor, en voz profunda le
dice claro lo sé, sé quién eres.
Nunca
nadie de quejará de que soy un magnifico anfitrión, le dice al Masón Héctor; a lo que contesta
Héctor, claro que no, yo sé de la
hospitalidad de ustedes y que además de coleccionar y acumular oro también
atrapan almas y las mantienen en calabozos, por miles de años. En esto se
escucha un alarido muy próximo a un quejido lastimero, Jonás sonríe a esto te
refieres… y Héctor se pone impaciente y nervioso , y le dice ya deja de
atormentar a esas almas.
En
tanto pasaba esto una mujer indígena muy bella y usando ropa de cueras, le señala la salida al Francmasón
Héctor. A esto el masón voltea a ver a Jonás y le dice… ¿Qué , ya terminó
todo? A lo que Jonás le responde , si ,
si es todo, puedes irte, a la salida de esta cueva te espera un francmasón que
tu conociste.
Efectivamente
antes de la salida de la cueva estaba el francmasón don Manuelito, a lo que
Héctor al verlo exclama , mi Hermano Don Manuelito mi Maestro de toda mi vida ,
el masón Manuelito sonríe, y saludándole le dice, mira te daré de mi luz y en
esto una luz celeste brillante aparece en sus manos y le dice tómala, y repártela
a tus enemigos, a esto Héctor no
comprende del todo y toma la luz, y el Francmasón Manuelito desaparece un
centellar de luz, y al momento le dice has liberado muchas almas hoy.
En
esto, el francmasón Héctor despierta en su coche a lado de la carretera, sintiendo una increíble
sensación de liviandad y bienestar, y sabiendo lo qué ha pasado, pues esto había sido un viaje astral exitoso,
en eso enciende su coche, ya no había avería en el motor, y el francmasón
Héctor sigue su viaje fantástico , sin nunca olvidar lo que esa noche había experimentado.
Alcoseri.