El viaje hacia el Reino Interior
Luego de años de estudios académicos y esotéricos, Mancil el Constructor, decidió que era la hora de ir en busca del Gran Conocimiento. Encontraré, se dijo a sí mismo al Maestro Secreto, el cual se encuentra en lo profundo de mi propio Ser.
Cerró sus ojos, y en una profunda meditación, apareció en su mente una figura humana, era un Monje que caminaba por un camino. Comenzaron a caminar juntos sin decir palabra.
El Monje decidió hablar y preguntó: ¿Quién eres y hacia dónde vas?
Soy Mancil el Constructor de Catedrales dijo, y he decidido iniciar el viaje hacia el misterioso Reino dentro de Mi Mismo.
Yo soy Cilman Monje y Maestro Cantero, y soy tu acompañante en el viaje, dijo el Monje.
¿Podrás ayudarme a encontrarme? Preguntó Mancil.
Te ayudaré en la forma que tú me ayudes, contestó el Monje, yo también estoy en la busqueda. El Maestro Secreto, está en el Ser de cada hombre. La forma en encontrarlo dependerá de cómo se utilice la habilidad y la experiencia. Es algo que solamente es apoyado parciamente por un compañero de viaje.
Así los buscadores, tras muchas dificultades, finalmente encontraron a Namcil el Arquitecto de Obras, un hombre dotado del conocimiento de aquellas enseñanzas que no son accesibles a todo el mundo.
Los buscadores le dijeron: Permítenos Arquitecto que te sigamos para poder aprender de ti, aquello que has alcanzado en la maestría de la construcción.
El Arquitecto contestó: Si son capaces de soportar, y tener paciencia para mantenerse diligentemente en contacto con lo Superior. Mi primer mandato es: Actúen de forma obediente y sólo limítense a observar, en lugar de simplemente acumular conocimientos.
La segunda obligación es, dijo el Arquitecto, es no preguntar hasta que se sientan capaces de afrontar la respuesta.
Luego de jurar lealtad y obediencia, El Arquitecto accedió así a que ambos comenzaran su travesía hacia el Reino Interior.
Abordaron los tres una barca que los llevaría al otro lado un ancho río, el Arquitecto hizo que el barco se uniera, y tuvieron que asirse a unas tablas y llegar a su destino.
¡Hundir un Barca a medio camino! ¿Esta es la acción de un hombre de grandes conocimientos? Preguntó el Monje.
Te dije, no preguntes, observó el Arquitecto, aún no eres capaz de sacar conclusiones precipitadamente.
El Constructor y el Monje estaban perplejos, habían olvidado las condiciones del Arquitecto, pero su acción les pareció absurda.
Su viaje continuó y llegaron a un reino medio donde fueron bien recibidos, el Rey los invitó a hospedarse en su palacio. El más pequeño hijo del Rey andaba en los jardines y el Arquitecto los hirió en una pierna, herido el niño fue escondido por el Arquitecto en un prado. Y los tres fueron huyendo del reino hasta cruzar la frontera.
El Constructor y el Monje quedaron abrumados por la acción criminal del Arquitecto, y le dijeron: ¡Un bondadoso Rey nos hospeda y tu Arquitecto le has tratado de forma atroz! ¿Qué clase de hombre eres?
El Arquitecto se volvió hacia ellos y les dijo: Amigos, estoy haciendo aquello que debo hacer. Ustedes son simples observadores limítense a ello. Ustedes tienen el privilegio de pocos y muchos envidiarían su posición. Habiéndola por fin alcanzado, me parece que no pueden hacerse dignos de un conocimiento más elevado, ustedes como todos los mortales siempre están juzgando desde una postura limitada, y llena de prejuicios. Nuevamente les recuerdo su promesa.
Reconocemos que no estriamos aquí de no ser por nuestro juramento de obediencia y eso nos ata a ti Arquitecto, dijeron ambos. Por lo tanto, ten a bien, perdonarnos. Así que el Monje dijo: encuentro difícil de romper mi hábito de actuar y pensando suponiendo, si lo hago una vez más despídeme de tu compañía.
Siguieron su viaje iniciático.
Al llegar a una ciudad, los viajeros fueron expulsados de ahí, nadie les dio hospitalidad ni comida, al poco tiempo los perros fueron echados sobre ellos. Cuando llegaron a las murallas de la ciudad, hambrientos, heridos y sin fuerzas, el Arquitecto dijo: Detengámonos aquí, reparemos está parte destruida de la muralla.
Los habitantes de esa ciudad no tenían las habilidades de los albañiles, y los tres viajeros eran hábiles constructores, trabajaron durante horas, hasta que la pared destruida de esa muralla quedó restaurada.
El Constructor y el Monje estaban tan exhaustos que su disciplina se quebranto y dijeron : No nos pagarán, dos veces hemos pagado mal. Ahora pagamos el mal con un bien. Hemos llegado al límite de lo que podemos tolerar y no podemos ir más lejos estamos sedientos y hambrientos.
Dejen de contradecir, dijo el Gran Maestro Arquitecto, ustedes no han sido fieles sus promesas. Nuestros caminos se separan aquí, pues tengo algo superior que hacer.
Pero antes de dejarles, les explicaré el significado de mis acciones, de manera que algún día puedan ser capaces de concluir un viaje iniciático como éste.
La barca que dañe, se hundió y no pudo ser usada por el Tirano que la usaría para invadir el reino del bondadoso Rey. El niño cuyá pierna herí sería con el tiempo un malvado Rey que tiranizaría a ese reino de bondadosos, debido a su cojera se deprimirá tanto que su puesto será cedido al ahora recién nacido hijo del Rey Bondadoso. En esta ciudad de odio dentro de 500 años nacerán dos hijos de una viuda. Cuando hayan crecido, la pared se desplomará por la acción destructiva de una bomba y provocará que contraten a un Arquitecto que seré yo. Ellos luego serán un Monje y un Constructor y reformarán el Mundo con sus ideas.
Ahora márchense en paz, por ahora están despedidos, pero nos vemos aquí en 500 años.
Este cuento con algunas variaciones fue relatado y vuelto a relatar durante la Edad Media, incluso claro, dentro de los círculos de Masones Operativos; imaginemos a nuestros hermanos constructores de Catedrales escuchando a la luz de una fogata esta Historia Iniciática y el impacto que está tendría en sus almas. Los monjes constructores escribieron La Gesta Romanorum que es un compendio de relatos escrito en Latin aproximadamente a finales del Siglo 13 o quizás a comienzos del Siglo14 . Esta compilación de historias fue impresa por primera vez en 1473 en la ciudad belga de Lovaina . Y en la Gesta Romanorum fue escrita esta historia iniciática masónica. El excelentísimo Sufí Islámico Idries Shah incluyó esta historia en sus cuentos, pues afirmaba que este cuento surgió de Islam Esotérico.
Alcoseri
Más información al respecto está en el Sagrado Corán
Surat Al-Kahf 18
http://groups.google.com/group/secreto-masonico