La masonería, nos afina para ingresar al mundo real, al mundo concreto, señalándonos que el mundo de las imaginaciones y fantasías es pernicioso, cuando un francmasón logra posicionarse en el mundo real, y ve hacia el mundo profano , observa que la gente se desarrolla en un mundo de fantasías , así en fantasías opera en la política, así en imaginaciones opera en la ciencia , así en ilusiones opera en la religión , así en espejismos en el deporte , en su vida social toda opera en alucinaciones . De ahí de las fantasías surge eso que llamamos los masones el fanatismo, el dogma , el apasionamiento por las cosas banas. Y un dato curioso, cuando un masón o una francmasona están a punto de ingresar al poderoso mundo real, algo los y las atrapa , es cuando uno comienza a sospechar incluso de que existen fuerzas malignas que se oponen a que las personas se vuelvan luz y consciencia, se fuerzas oscuras operan para que le gente no despierte de su letargo , energías negativas que atrapan al iniciado masón como si fueran los tentáculos de un maligno pulpo , y que los sujetan aún con más fuerza, incluso dentro de la mecánica masónica opera eso de rendir culto a la personalidad , y es cuando , empezamos a sospechar que la masonería tiende trampas a modo para atrapar a los malos masones y que los identifiquemos como ególatras , superficiales y demandantes de halagos, y los excluyamos del verdadero programa masónico. La misma masonería excluye a los malos masones, malos masones que van a logia, sí , asisten puntualmente a las tenidas , pero no están dentro del egregor masónico – Alcoseri