La Gran Obra en Masonería - Secreto Masonico

Yo el Príncipe Excelente, le pregunto usted mi Hermano Primer Excelente, ¿Cuál es el secreto estudio de un masón? R – La Búsqueda de las operaciones ocultas de la Naturaleza. P – ¿Cuál es el fin de la Naturaleza? R – Dios, del mismo modo que es su principio. P – ¿Qué representa la Gran Luz Masónica? R – La Gran Luz es el aliento divino, fuego central que vivifica todo lo que existe. P – ¿Qué cualidades deben tener los escrutadores de la Naturaleza mi Hermano Segundo Excelente? R – Deben ser tal como la Naturaleza misma; es decir, puros, veraces, simples, pacientes y constantes. Esos son los caracteres esenciales que distinguen a los buenos Masones, y cuando ya en la primera iniciación se inspiran esos sentimientos a los candidatos, se les está previamente preparando para adquirir las cualidades necesarias a la clase masónica. P – ¿Cuál es la primera y verdadera materia de los metales? R – La primera y principal es una humedad del aire con un aire caliente que se adhiere a toda cosa, pura e impura. P – ¿Cómo han llamado los masones a esta humedad? R – Mercurio P – ¿Cuál es la segunda materia? R – Es el calor de la Tierra, es decir, un calor seco que los masones denominamos Azufre P – ¿Cuál es la vida de los metales? R – No es nada más que el fuego cuando todavía están en su mina. P – ¿Cuál es la muerte de los metales? R – Su muerte y su vida tienen el mismo principio, puesto que mueren por el fuego, pero para morir en un fuego de fundición. P – ¿Los diversos metales conocidos tienen simientes distintas? R – Todos tienen una misma simiente, pero su lugar de formación ha sido la causa de su diferencia. P – Hermano Primer Excelente, ¿Cómo se forma el oro en el interior de la Tierra? R – Cuando la primera materia de la que hemos hablado es sublimada en el interior de la Tierra y pasa a lugares calientes y puros donde cierta semilla de las emanaciones se adhieren a las paredes, entonces ese vapor, ese Mercurio de los masones, se une, se junta a esta semilla que él sublima; de esta mezcla resulta una cierta untuosidad que, sublimándose de nuevo y pasando a otros lugares, limpiados por el vapor precedente y donde la Tierra es más sutil, pura y húmeda rellena los poros de esta tierra, se junta a ella…y entonces se produce el metal áureo. P – ¿Cuál es el objeto de la búsqueda de los masones? R – Es el conocimiento del arte de perfeccionar lo que la Naturaleza dejó imperfecto, y de que por medio de la Gran Obra, llegar al tesoro de la Piedra Filosofal que transmuta lo imperfecto en perfecto. P – ¿Qué es la Piedra Filosofal? R – La Piedra Filosofal no es nada más que lo húmedo radical de los elementos perfectamente purificados y llevados a una soberana fijeza, lo cual permite que produzca cosas tan grandes. P – Hermano Segundo Excelente, ¿Qué trayectoria debe seguir el masón libre para llegar al conocimiento y ejecución de la Gran Obra? R – El mismo que el Gran Arquitecto del Universo maduró para la creación del Mundo, observando cómo el caos fue ordenado. P – ¿Cuántas operaciones hay en nuestra Gran Obra Francmasónica? R – No hay más que una sola, que se reduce a la sublimación, que no es nada más que la elevación de la sustancia seca por medio del Fuego con adherencia a su propio vaso. P – ¿Cuándo debe emprender un masón la confección de la Gran Obra? R – Cuando sepa en teoría sacar de un cuerpo disuelto por medio de un espíritu crudo, un espíritu digesto, el cual habrá de reunirse con el aceite vital. P – Hermano Primer Excelente, explicadme esa teoría más claramente. R – Para hacer más perceptible el asunto he aquí el procedimiento; el masón deberá comenzar cuando sepa por medio de ciertas señales cuando lavar la piedra, labrarla y exaltarla, después en quintaesencia celeste para componer así su rayo sulfuroso, el cual penetra los cuerpos en un instante, y destruye los trozos de piedra sobrantes al desbastar. P – ¿Cuántas clases de oro distinguen los masones libres? R – Tres, como lo ya lo sabían los masones ancestrales, el oro astral, el oro elemental y el oro vulgar. P – ¿Qué es el oro astral? R – Tiene su centro en el mismo Sol que le comunica a todos los seres inferiores, es una sustancia ígnea y que recibe continua emanación de los cuerpos subsolares que penetran todo lo que es sensitivo y vegetativo. P – ¿En ese sentido hay qué considerar el Sol que se representa simbólicamente en Nuestras Logias? R – Si, hermano Príncipe Excelente, está y todas las otras interpretaciones simbólicas en Nuestras Logias, son velos para disfrazar verdades de la Gran Obra Alquímica Masónica. P – ¿Qué es el oro elemental? R – Es la más pura y fija porción de los elementos y de que todas las sustancias que componen, de modo que todos los seres comprendidos en los tres reinos de la Naturaleza, reinos que contienen en su centro un precioso grano de este oro elemental. P – ¿Cómo está representado simbólicamente el oro en Nuestras Logias? R – El Sol indica el oro astral, la Luna simboliza el oro elemental. P – Explicadme lo del oro vulgar. R – Es el más bello metal de la Naturaleza, pero el más vil de cuantos metales pueda producir un alquimista, por ello el candidato a masón debe de ser despojado de ese oro vulgar, para poder así mostrarle cuál es el verdadero oro. P – ¿De qué especie de oro produce la Piedra Filosofal? R – De la segunda especie, ya que es la más pura porción de todos los elementos metálicos después de su purificación. P – ¿Dónde se encuentra la materia que nosotros empleamos? R – Se encuentra escondida en todas partes, pero hay que buscarla principalmente en la naturaleza metálica, donde se encuentra más especialmente que en otros sitios. P – ¿Cuál debe el masón libre preferir de todas las otras, Hermano Segundo Excelente? R – Se debe preferir la más madura, la más apta y la más sublime, pero hay que tener cuidado sobre todo de que la esencia metálica esté no solamente en potencia, sino también en acto y que posea un esplendor metálico. Hermano Primer Excelente, sin embargo, es necesario socorrer a la Naturaleza a fin de que la obra se haga mejor y más pronto, y ello por los medios indicados anteriormente y empleando el rayo sulfuroso. Por este procedimiento es como se extraerá la Materia el oro puro filosófico. Yo el Príncipe Excelente tomo el Crisol del Alquimista, y ahora podéis ver claramente, mis Excelentísimos hermanos que ya nos es conocida la transmutación de los metales. Ha llegado el momento de que conozcáis al fin el objeto de todos nuestros trabajos. De los masones libres que nos han precedido nos bien el importante secreto de componer el oro, pero los peligros que lleva consigo este conocimiento admirable nos obligan a trabajar sin tregua en la desconfianza de nosotros mismos. Con pocos días de estudio continuado y siendo el testigo secreto de nuestras operaciones, no tardaréis en cooperar en lo que llamamos la Gran Obra Francmasónica; llegaréis a ser un hábil alquimista y no sólo haréis oro, sino que también haréis Naciones con Hombres y Mujeres Libres; porque como masones ahora conocéis el secreto masónico de la transmutación. Hay un poderoso secreto que revelaros: ninguno de nosotros tiene el derecho de sustraer la menor partícula de este metal precioso, ni de tiranizar con nuestro poder al Pueblo de Dios. Si los masones que me rodean no toman la Sabiduría como guía de sus acciones, se apropiaran en seguida el oro que confeccionan y se procurarían todos los goces que da la riqueza. Sed cautos de lo que deseéis, porque todo cuanto queráis llegara a vosotros. ¿Qué resultaría de todo ello? Que la felicidad del poder mundano es muy efímero; que el público, incluso el Gobierno, estarían interesados en conocer la fuente de tantos bienes y que al final el imprudente comprometería su persona y su vida, y causaría infaliblemente nuestra pérdida. Para prevenir todas esas desgracias, he aquí la marcha regular que hemos adoptado: todo el oro que sale del laboratorio lo tendrías que depositar en una caja artísticamente elaborada que contiene el oro de otros masones alquimistas del pasado. Luego de un tiempo se te otorgará gran parte del oro fabricado para que vivas feliz en tu retiro, tu puesto será dejado y serás remplazado por otro masón alquimista.

Orlando Galindo