Cuando la Humanidad voltea hacia Nuestra Masonería Regular para encontrar soluciones.

Una época largo tiempo anunciada ha llegado: la  Religión y la Política vacilan, y vacilan tan fuertemente, que se preguntan todos si se podrá guardar el equilibrio mundial, pues la fe en la Religión ha desaparecido- al igual que ha desaparecido nuestra esperanza en que la Política nos de soluciones.

Sucede con la luz de la Religión lo que con las demás luces: necesitan de su contraparte. El número de aquellos a quienes cierto grado y extensión de inteligencia incapacitan para creer en que la Política de solucione las cosas, el número de personas sin fe religiosa y sin fe en la política ha llegado a ser bastante considerable. Esto lo demuestra el claramente las conversaciones de todos los día, que cada vez hace más ostensible la faz de una abominable catástrofe. Los profundos misterios del mundo religioso, sobre los cuales se han pasado reflexionando y discutiendo los siglos, están amenazados por su irracionalidad. Ante todo, el dogma capital del cristianismo, el dogma del pecado original, que en las cabezas racionalistas, se ofrece como una burla infantil; porque nada es para ellas la mentes religiosas  es más claro y demostrado sino que la existencia de cada cual empieza con su nacimiento, así como sus culpas,  temas irracionales, como el de otras religiones   que cargáramos con un pasado de culpas de una reencarnación pasada   también son dudosas, por lo que les parece imposible que pueda llegar al mundo con culpa alguna, o para luego adquirir más y más culpas, a las que sólo el cura tiene el perdón.

¡Qué sagacidad meter miedo!

A eso quieren ir los clérigos católicos a las escuelas, a meterles miedo a los niños con lo del pecado,  y ellos aparecer como los únicos capaces de darle solución al problema.

 Y como cuando por todas partes del mundo crece la miseria y la negligencia, los políticos y los sacerdotes empiezan a asomar por las aldeas, así, en estas circunstancias, alza su cabeza el ya dispuesto el fanatismo político y el fanatismo religioso, con su cortejo de bestialidad (al cual llaman ciertas gentes progreso).

Con la incapacidad para la fe religiosa de dar respuestas y de la política para dar soluciones, crece la necesidad del conocimiento verdadero, y es cuando la masonería hace su aparición aparentando ser un algo político.

Hay un punto de ebullición en la escala de la cultura, donde toda fe, toda revelación, toda autoridad política, se evaporan; el hombre quiere ser instruido en algo autentico, pero también  seres humanos pensantes tiene la necesidad de ser convencidos.

Una parte de la  Humanidad abandona los andadores de la niñez política y religiosa, y quiere andar con sus propias piernas. Pero, al mismo tiempo, su necesidad espiritual es tan indestructible como cualquiera otra necesidad física. Así, que estos pensadores libres acuden a la Masonería, porque ya ni la izquierda ni la derecha tienen las claves para salir de las crisis; la necesitada humanidad invoca a todos los grandes pensadores que salen del seno masónico. Ya no se contenta con huecas palabrerías políticas o religiosas, ni con impotentes esfuerzos de espíritus dando ejercicios rosacruces para  meditar en ilusiones y fantasías, sino que necesita una filosofía seriamente pensada, esto es encaminada, no a obtener honores vanos entre columnas ni pagas en monedas falsas, que no pregunte si es del agrado de los ministros religiosos  o de los consejeros políticos, o si cuadra bien a las charlatanerías de tal o cual  sistema espurio rosacruz  o de la yoga, o algo salido  de la Iglesia dogmatica, sino que demuestre que su fin es otro que constituir un recurso notable para salir de la crisis de nuestra época convulsionada, y es cuando la Humanidad voltea hacia Nuestra Masonería Regular, porque es la única que ha dado soluciones concretas históricamente y lo seguirá haciendo siempre, que se necesite.

Alcoseri

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