La Milenaria Sociedad de Picapedreros Toltecas - Secreto Masonico

La Milenaria Sociedad de Picapedreros Toltecas

Existe desde hace milenios en la sociedad del México Tolteca una casta Secreta de hierofantes que decidió resolver los problemas del su pueblo y redimir al pueblo tolteca de su aletargamiento; pero mientras aclaraba el Cómo hacerlo, decidió encubrir sus propósitos con el título de “Transformadores de Piedras”. Este nombre y el secreto en que encubrían sus acciones, les hizo aparecer como simples picapedreros, esto dio origen a aparecer como quienes suministraban piedras para las pirámides.

Pronto estos hierofantes Toltecas comenzaron a tener mucho poder, y por descuido se dieron a conocer públicamente, y la casta sacerdotal, la casta guerrera y la casa real tolteca tuvieron envidia. Y comenzaron a tramar como destruirlos, pues pensaron que estos hierofantes eran malvados, y pronto se apoderarían de todo.

A esto los hierofantes Toltecas decidieron que el más viejo aclarará las cosas.

Y este Anciano Tolteca se dirigió al Pueblo y a sus autoridades de esta manera:

Pueblo Tolteca ¡Despierta de tu sueño! ¡Sois Inmortales, pero viven como simples mortales! ¡Véanse a sí mismos! ¡Vuelvan de su error! ¡No teman a quienes quieren ayudarlos a salir de sus problemas!

¿Cómo han podido creer, que filósofos toltecas, pasaran su existencia buscando como atormentarlos?

Sólo hemos buscado la manera de sacarlos de su sueño, que es la raíz de sus problemas, y salir a gozar de sus momentos de existencia. Les decimos como ser felices.

El gran sumo sacerdote de la casta sacerdotal toma la palabra e interpela al anciano hierofante.

He escuchado de ustedes que al salir de nuestro sueño, no habrá necesidad ni de sacerdotes, ni de reyes, ni de soldados. Todo será luz, en equidad, armonía, igualdad y libertad. Y todos Nosotros no encajaremos en ese Despertar de la Consciencia. Ese mundo perfecto no es para nuestra sociedad de Toltecas, fabricantes de pirámides. Nosotros vivimos del error, del fanatismo y de las supercherías políticas y religiosas, nosotros enseñamos por medio de nuestras escuelas a los niños a encajar en ese mundo de error, si un error pero muy funcional.

El Tolteca Hierofantes contesta al Sumo Sacerdote de esta manera:

Nuestro camino de hierofantes despiertos, es para pocos, sería un absurdo pensar que todos quieren despertar del sueño pernicioso. Ustedes entre políticos y religiosos harán todo lo posible por legislar a favor del sueño, esto no nos molesta, pero tengan en cuenta que no todos tenemos sus inclinaciones.

El sumo sacerdote de los Toltecas, incorporándose de su privilegiado asiento se dirigió al pueblo tolteca y dijo: miren lo peligroso de estos hierofantes, que pretenden destruirnos y destruir silenciosamente nuestro forma de ser. Destruyámosles

El Hierofante Tolteca grita ¡No! Si nosotros desaparecemos su mundo desaparecerá, pues ustedes existen solamente para suministrarnos adeptos, nosotros creamos la sustancia que hace que el mundo tal como es, exista. Somos la sal del mundo y creamos eso que los dioses demandan. Si no existimos Nosotros en la suficiente cantidad- o si se pierde la fórmula secreta para crear la sustancia, el derramamiento de sangre sería necesario para alimentar a los Dioses.

El sumo sacerdote de los antiguos Toltecas, vuelve a su asiento y sobándose la cara, notándose meditativo pues había sido advertido de no tocar a los de la casta de hierofantes, pero no sabía la razón, pero ahora lo sabía con precisión. Recordaba las antiguas guerras y los sacrificios de sangre del pasado y no quería volver a eso de nuevo, pues había perdido a su propia madre en años pasados, en un sacrificio donde él fue testigo. Y no podía olvidar la cara de angustia de su madre al despedirse del cuando él apenas tenía sólo 7 años. Y en su mente calculaba que con la aparición de los hierofantes eso había desaparecido.

En un acuerdo tácito luego de ese momento entre políticos, clérigos y hierofantes decidieron que estos últimos se convirtieran en una “Sociedad Secreta” para no trastocar el orden de la sociedad de los antiguos mexicanos. Políticos y Clérigos festejaron la forma en que habían apartado a los Peligrosos Picapedreros Hierofantes Toltecas. Y resolvieron que cada 52 años revisaran los acuerdos y firmaran de nuevo estos.

Así desde entonces la antigua Sociedad de los Picapedreros Mexicanos se dedican en secreto a producir la sustancia que requiere la humanidad para en parte subsistir en armonía, que es la misma sustancia que se requiere para crear e inmortalizar almas.

Fraternalmente Vicente Alcoseri Moderador del Foro Secreto Masónico
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