La reticencia al número 26 se basa en la doctrina numerológica de la Cábala representa al Tetragrámaton, es decir las cuatro consonantes (yod, he, vau, he) que dan con estos resultados. YHVH es 10 + 5 + 6 + 5 = 26. El Tetragrámaton fue llamada la “palabra perdida” y era el más excelso nombre, pues cada una de sus consonantes revelaba uno de los cuatro aspectos de la realidad divina total; también era llamado el “nombre único” a causa de su extraordinaria fuerza, y solo era pronunciado una vez al año en el Sancta Sanctorum por el Sumo Sacerdote que era el único que conocía el “Nombre Secreto” que incluye todos los restantes nombres divinos, los cuales sólo muestran aspectos particulares del Principio Universal.
El Nombre es el Shem hameforash (Nombre claro, explícito). En Exodo 3: 15 le dice a Moisés: “...Así les dirás a los hijos de Israel: YHVH, Dios de vuestros padres, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob me envió a vosotros. Este es mi nombre para la eternidad y esta es mi memoria de generación en generación”. En Isaías XLII: 8, dice: “Yo soy YHVH, este es mi nombre”. Estas al menos son las consonantes que componen el Tetragrama, si están en el orden correcto o no es otra cosa. Y la pronunciación del Nombre, en si, un secreto.