Así como el jefe de la jerarquía iniciática es “el Polo Terrestre”, Metatrón es el “Polo Celestial”; y éste tiene un reflejo en aquél, con el cual está en relación directa según el “Eje del Mundo”. “Su nombre es Mikael, el Gran Sacerdote que es holocausto y oblación ante Dios, y todo lo que los israelitas hacen en la tierra se realiza según los prototipos de lo que acontece en el mundo celestial. El Gran Pontífice aquí abajo simboliza a Mikael, Príncipe de la Clemencia.
En todos los pasajes donde la Escritura habla de la aparición de Mikael, se está tratando de la Gloria de la Shekinah”. Lo que aquí se ha dicho de los israelitas se puede decir igualmente de todos los pueblos poseedores de una tradición verdaderamente ortodoxa; con mayor motivo debe decirse de los representantes de la tradición primordial, de la que las demás derivan y a la que están subordinadas; y esto se halla en relación con el simbolismo de la “Tierra Santa”, imagen del mundo celestial, al cual ya hemos hecho alusión.Por otro lado, según lo que hemos dicho anteriormente, Metatrón no sólo tiene el aspecto de la Clemencia, sino también el de la Justicia; no es sólo el Gran Sacerdote Kohen ha-gadol, sino también “el Gran Príncipe'
Sr ha-gadol) y el “jefe de las milicias celestiales”, es decir, que en él está el principio del poder real, tanto como el del poder sacerdotal o pontifical, al cual corresponde propiamente la función de “mediador”. Es preciso señalar, además, que Melek, “Rey”, y Maleak, ”ángel” o “enviado”, no son en realidad más que dos formas de una sola y misma palabra; además, Malaki, ”mi enviado” (es decir, el enviado de Dios, o "el ángel en el cual está Dios", Maleak ha-Elohim), es el anagrama de Mikael.