El Prisionero francmasón en el Vaticano, parte 3.
Como he venido narrando los últimos días hace apenas unos cuantos días, visite el Estado del Vaticano, para entrevistarme con el único prisionero en ese pequeño País, fue una visita relámpago, y apresurada. Narre mi encuentro con el Gran Cuervo, ese gran maestre capitán de la Logia Masónica Vaticana. Y fue así que luego despidiéndome de él, supuestamente me encaminaría para entrevistarme con el Papa Francisco, era conducido por un guardia suizo, y en el trayecto, venían a mi memoria una infinidad de recuerdos de mi Madre, de mis tías tan católicas, de mi Logia Masónica en Monterrey Nuevo León, México; de tantos recuerdos juveniles, de mis nietos, de mis hijos, de mi esposa. De pronto y sin más el guardia suizo, se detuvo y en un gesto me dijo esperara; y fue ahí cuando no sé de dónde, apareció un pequeño hombre de ojos azules, muy bien ataviado, y me dijo esperara un momento, voltee hacia ambos lados y adivine entonces que tras una de esas bellas puertas se encontraría Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco. El Pequeño hombre, sonrío y en un mal idioma castellano, me dijo: El Gran cuervo, el jefe del Lobby Masónico en el Vaticano, no es el único que te lee, lo hacía, digo lo hacía antes el Ex Mayordomo del Papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, pero ahora ya no tiene acceso a la internet, por su calidad de prisionero, tu Alcoseri , le resultaste a Paolo un tipo de inspiración para hacer lo que hizo, de sustraer papelería del Papa Benedicto XVI y darla a conocer al mundo, todo ese escándalo de los Vatileaks. Luego agregó el Pequeño hombre, por fortuna sólo se conoció una pequeña parte de los papeles, nos movimos apresuradamente en el Vaticano y apenas salió la punta del iceberg de los documentos, el resto fue confiscado, de haber salido todo, no quiero ni imaginar lo que hubiera pasado.
Yo pensé para mi luego de escuchar al pequeño hombre del Vaticano, ¡Vaya, esto es digno de una novela de conspiraciones masónicas en el Vaticano!
Y fue cuando le dije esto al Pequeño hombre del Vaticano, Amigo, que exquisita es la Pizza que elaboran en el Vaticano, pero debería usted probar un día que vaya a Monterrey, México, las exquisitas carnes asadas que hacemos en la azotea de la Gran Logia de Nuevo León, México. _ El pequeño hombre del Vaticano sonrió, lo que me contestó me dejo digamos, helado por unos momentos, me dijo: Lo que sucedió en la azotea de esa logia masónica, cambió para siempre el rostro político no sólo de México, sino del Mundo al menos latinoamericano, y lo que moviste tú con todo esto, cambió el rostro del Vaticano para siempre.
Miré fijamente entonces a los azules ojos al pequeño hombre del Vaticano, como tratando de averiguar sobre él, y me pareció era uno de esos policías psíquicos, de esos soldados mentalistas contratados, tal vez entrenados por la KGB, el entonces se cerró mentalmente, como tratando de bloquear que accediera a sus archivos neuronales. Fue cuando me di perfecta cuenta que estaba en medio de una clásica batalla psíquica, y que el pequeño hombre del Vaticano, pretendía desarmarme antes de acceder a entrevistarme con Papa; y es que yo soy un soldado, un militar del Sistema Masónico, pero es verdad tendría que hacer una tregua de Paz, para entrevistarme con el Papa, y el pequeño hombre del Vaticano, se dio cuenta de esto. Y es que mucho de esto se mueve en planos superiores de la consciencia, en entamados psíquicos difíciles de entender para el ser humano común. Y fue cuando descorrí el velo de la trama Vaticano-Masónica, o mejor dicho, el pequeño hombre del Vaticano, me lo hizo ver, y era nada más ni nada menos, que unir fuerzas contra un enemigo común y este era nada más ni nada menos que el Nefato Donald Trump.
No sé, ignoro cuanto tiempo pasó, en ese dialogo sin palabras con ese agente del Vaticano, y fue cuando me hizo pasar una enorme sala , había un escritorio, y una silla frente a otra, me dijo esperara ahí sentado al Papa Francisco unos momentos, pero , esta entrevista corresponde a la siguiente historia. - Alcoseri