Grandes cantidades de Oro en esa extraña Cueva
Corría el año de 1979, y en algunas ocasiones platicaba con un anciano que me decía en su juventud frecuentaba los cerros que rodean la Ciudad de Monterrey México, y que en más de una vez se había topado con el misterio, el anciano me contaba era un buscador de tesoros. Como yo le prestaba mucha atención a sus relatos el me daba cuenta pormenorizada de sus sorprendentes relatos; así en cierta ocasión me dice en donde se encontraba con exactitud una cueva, una cueva donde según sus relatos habitan ciertas personas, que no eran precisamente iguales a nosotros. A mí me fascinó ese relato , y le dije fuéramos a visitarlos, él se negó a un principio , luego me dijo iríamos al siguiente día. Nos preparamos, él era un hombre misterioso a lo sumo, mejor dicho un hombre misterioso en extremo, el anciano se llamaba Manuel, y podría decirse era una especie de Maestro espiritual para mí, pero ahora comprendo que él era un personaje del “Bajo Astral”, de las formas más primitivas de esoterismo, y por ello era aún más fascinante. Fue así que nos encaminamos al lado Sur del Cerro de la Silla, seguimos una vereda y no habíamos subido mucho hacia arriba del cerro , que movimos unos matorrales y nos topamos con una mediana abertura, una cueva , la cual me pareció extrañamente transitada y limpia al menos había rastros de que alguien con frecuencia la visitaba , pensé no serían animales , sino personas las que la frecuentaban , y que la cubrían con matorrales deliberadamente, (ahora el lugar en febrero 2017 que escribo estas líneas el lugar está lleno de casas habitación) . Mientras miraba hacia dentro, no me pareció tan oscura hacia su interior, una pálida luz inundaba el lugar, y de dentro vi a una mujer acercándose hacia la puerta de la cueva, era una mujer morena , muy bella, vestida a la usanza de chaqueta café de cuera norteña, con tiras colgando, la edad de la mujer era de algunos 25 años, me miró sin sonreír, pero con un gesto me dijo la acompañara hacia dentro de la cueva, me puse nervioso, voltee a buscar al anciano Don Manuel, y no lo vi, pero él me había advertido que podría quedar atrapado dentro de la cueva; pero mi fascinación hacia el misterio me hizo seguir a la Mujer, la mujer usaba el cabello en trenzas, su cabello era negro, y de cuando en cuando volteaba , sus ojos eran grandes y podría decir que era una mujer indígena, su falda también era de cuero con tiras, más no recuerdo sus pies, sólo entendía que era imposible ver a la mujer en la oscuridad de la cueva , pero lo hacía, podía verla al detalle. No muchos pasos llegamos a un gran salón y claramente veía una gran montaña de monedad de oro; el anciano don Manuel , me dijo no aceptará nada, ni tomara ninguna moneda de Oro, me dijo Don Manuel que todo ese oro, lo habían enterrado en Monterrey y que esos seres lo habían colocado en el centro del cerro de la silla. Esto me explicaba porque mi bisabuelo, me contaban , ellos enterraban monedas de oro y a la hora de buscarlo ya había desaparecido. Estando ahí dentro de la cueva, sentía una sensación muy fuerte de estar en el epicentro del mismo misterio , y me llegó a la mente pensar que sencillamente me estaban poniendo a prueba, de ver tanto oro y que no lo tomara. Volteaba y nadie me veía, pero sentía miles veían de cómo me comportaría al ver esa montaña de oro. Pensé: seguro don Manuel es un chamán , y desde cierto lugar me observa atento a mi comportamiento en relación a la ambición, y que dado mi comportamiento, me otorgarían, digamos otros niveles de comprensión espiritual. Y efectivamente , desde un rincón del recinto apareció Don Manuel , sonriente , ya no vi a la mujer , y nos encaminamos hacia otra estancia de la cueva, ahí nos esperaba un personaje espantoso , era un ser como adherido a la pared de roca de la prueba, la imagen era terrible, pero voltee a ver a Don Manuel, y este sonería, Don Manuel me señaló una ruta de salida, y sin decir más iba completamente sólo por un pasadizo de la cueva, y fue cuando comencé a escuchar gritos terribles, me asusté y vi hacia donde provenían los gritos , y alcance a ver a gente atrapada y martirizada por unos seres altos y grises , vi los rostros de la gente y sus rostros eran angustiosos. Pensé luego eran las almas atrapadas por la ambición del Oro. Y luego de esto Salí a cielo abierto, no era el mismo lugar de entrada sino un lugar sobre la Carretera Nacional , esa que conecta Monterrey con la Villa se Santiago Nuevo León. Justo en la punta de la Loma . Al estar a cielo abierto, me sentí liberado , increíblemente liviano y feliz. Había cruzado la línea del misterio, y había sobrevivido. No supe como regresó Don Manuel a su casa , pero al otro día fui y ahí estaba en su casa , conversamos del asunto , pero él parecía tener otra perspectiva de las cosas, a él parecía no importarle más que tratáramos del asunto. Haré otros comentarios al respecto, hace no mucho leía un artículo, que las reservas de oro de las grandes potencias de todo el mundo, habían desaparecido, que iban a verificar físicamente las reservas de oro y que estas sencillamente ya no se encontraban en sus depósitos ; pensé estas reservas de Oro habían sido robadas por estos seres y llevadas a otros lugares. Alcoseri