Cuenta una antigua Historia relacionada a 5 masones mexicanos, un masón cubano y uno francmasón alemán, que luego de un tiempo se convirtieron además de hermanos masones en grandes amigos. Uno de ellos nacido en Alemania que trabajó como médico en un Hospital de Monterrey Nuevo León, México haya a mediados del siglo XX, y este médico masón alemán, se había convertido digamos en Líder de la Cofradía de Masones, y conforme pasó el tiempo este masón alemán ensañaba, una doctrina masónica desconocida por el resto de los masones, pero por cuestiones didácticas este daba a cuenta gotas sus conocimientos masónicos a sus cofrades masones, que eran más jóvenes que él, este masón alemán se hacía llamar Carl Gotthelf von Hund, pero sus hermanos de logia simplemente le llamaban Q:. H:. Carl Hund. Y es que Carl Hund, decía haber huido de la persecución Nazi contra los masones alemanes durante el régimen de Hitler, haber huido y haberse refugiado en México, junto con masones europeos, durante la presidencia del Francmasón Lázaro Cárdenas que les dio cobijo. El Q:. H:. Carl Hund, era evidente heredero de un saber masónico desconocido por el resto, y este se dedicó así a trasmitírselo a los selectos masones que conformaban su Logia , y de entre ellos había elegido solamente a 6.______
Pero luego de un tiempo el Q:. H:. Carl Hund enfermó y estuvo convaleciente unas pocas semanas pero repentinamente se complicó y murió de un infarto al corazón . Y el Q:. H:. Carl Hund así finalmente sucumbió a golpe de la guadaña, y emprendió así su viaje místico al Eterno Oriente . Y así quedó esta enseñanza trunca, luego del debido funeral masónico, fue enterrado en una cripta en un cementerio de Monterrey, pero sus hermanos y discípulos iban cada jueves a efectuar una tenida en la misma cripta, habían acordado con el velador del cementerio hacerlo , ya que el velador del cementerio era también masón y así poco a poco , este velador se unió al grupo que efectuaban jueves tras jueves una tenida masónica en la misma cripta donde estaba enterrado el francmasón Carl Hund. La idea era de alguna manera contactar con el alma del difunto francmasón Carl Hund, ya que uno de ellos el Q:. H:. Villareal era espiritista experimentado, y se decían: si bien no contactamos en el alma del Q.: H:. Carl Hund, al menos recibiremos sus efluvios- ya que la idea era completar aquel saber masónico desconocido que había sido trasmitido inconcluso por la muerte del sabio Francmasón Carl Hund, ya que este decía este saber no se podía trasmitir de un solo golpe; según decía , ni puede ser escrito , sino que tiene que pasar de boca a oído, así lo hacían.---------------
Pasados unos meses, esto de las tenidas masónicas en la cripta del Francmasón Carl Hund, fueron diluyéndose, poco a poco los hermanos uno a uno fueron mostrándose ausentes, luego el velador, simplemente veía pasar a los pocos masones que asistían, pasado uno poco más de un año , solamente uno , solamente un masón asistía Jueves tras Jueves a la cripta del Francmasón Carl Hund, el nombre del hermano masón que seguía asistiendo era el Francmasón Fabregat, un iniciado masón Cubano ; de hecho los demás hermanos masones comenzaron a dudar de la salud mental del Q:. H:. Fabregat, ya que este insistía en contactar con el Q.. H:. Carl Hund de alguna u otra forma y completar la enseñanza , pues decía que faltaban las partes principales para completar el rompecabezas mostrado por el Francmasón alemán Carl Hund. ------El velador del cementerio ya solo saludaba de lejos a Fabregat , incluso lo evitaba , pues le parecía extraña su actitud, y solamente lo veía llegar puntual a las 7: 00 PM y alejarse entrada la Madrugada, ya que no vivía lejos del cementerio y se iba y llegaba caminando sin dificultad atravesando lapidas a la luz de un candil-__________ Fabregat apenas y tenía 30 años, pero lo que sucedería luego lo dejo escrito en una acta bien redactada , perfectamente redactada. Y así consta en un acta, escrita de puño y letra del mismo Fabregat como una noche de jueves – tocaron a la puerta de la cripta , con la clave de llamada de aprendiz de masón , era la media noche en punto, y él nervioso medio abre la puerta, para darse cuenta que era nada más ni nada menos que el Q.: H:. Carl Hund , sonriente y tal cual era en vida y pide entrada a la cripta y lo cual le fue concedida. __________ Y este encuentro lo marcaría de por vida, y es que ante sus ojos se desplego la figura no sólo de alguien que había vuelto del más allá, sino de alguien que había regresado a los vivos , para trasmitir un saber masónico tan poderoso que podría dar un giro a la historia. A lo largo de 2 años siguió visitando la lúgubre cripta, según sus propias crónicas llegó a establecer un dialogo con el fantasma del masón Carl , que lo acompañaba hasta la madrugada – en una de esas visitas el espíritu del masón difunto , pidió al masón Fabregat llevar su cuerpo fuera de la cripta , a un lugar apartado donde efectuaría el ritual de la resurrección de la carne, y así en un descuido del Hermano masón Velador del cementerio, el francmasón Fabregat , llevó a una casa previamente alquilada , no lejana del cementerio los restos óseos del Francmasón Carl Hund, pues dijo de esta manera será la única manera que la recubierto de la carne , podría trasmitir el último de los grandes secretos de la masonería, del que él era el último heredero , y así seguir con vigencia este saber. Con habilidad el francmasón Fabregat llevó los restos del francmasón Carl Hund a ese lugar previamente adaptado, sin dejar huella en la cripta de que el cuerpo había sido profanado y exhumado de su tumba. Y ahí comenzó su operación para devolver a la vida a aquellos mal olientes huesos y restos de carne putrefacta. El cuerpo inerte , reposaba sobre una fría loza de piedra. Remplazo la carne con cera de Campeche, en sus cuencas puso ojos de cristal, le coloco los arreos masónicos correspondientes a su Grado Masónico de Sublime Maestro Masón. Satisfecho con esto, el francmasón Fabregat se colocó de manera correcta, y tomando su mano derecha levanto el cuerpo tocando los 7 punto se la perfección de la maestría masónica, y susurró al oído del Francmasón Carl Hund la original Palabra Perdida de los Maestros del templo de Jerusalén ( no la palabra sustituta), y le susurró al oído: ¡¡¡ vuelve a la vida Q:. y V:. H.: Carl Hund, retorna a la vida !!!. Y en un destello de Luz intensa el Francmasón Carl Hund volvió a la vida, por 40 días, los suficientes para trasmitirle ese resto del saber perdido de la Masonería al Francmasón Fabregat. Pasados estos 40 días, el Francmasón Carl Hund volvió al Eterno Oriente subiendo por una luminosa escalera de caracol, e igual en un destello de intensa luz desapareciendo de la escena de los terrestres. Solamente el Masón Fabregat fue testigo de esto , pero todo lo dejó escrito, y esto esta resguardado en una biblioteca de la ciudad. Quien escribe estas líneas tuvo acceso a todo esto, pero cuando apenas tenía 19 años, no supe más del asunto, algunos mencionan que todo fue quemado. Pero en mi memoria está presente todo este saber masónico , el cual a su vez iré trasmitiendo de a cuenta gotas, de poco en poco, porque esto debe de ser transmitido de esta única manera, porque hacerlo de a un solo golpe no sería bien aprehendido, ni mucho menos comprendido y entendido. Alcoseri