Mucho tiempo atrás me puse a pensar en lo que significaba: “Llegar a Ser Un Hombre # 4”, ese nivel de ser que la Enseñanza indica como el verdadero punto de partida de nuestro posible desarrollo. En teoría lo entendía, pero sin comprenderlo en esencia. Volverse un Ser Armónico era el resultado de dicho Nivel...
¡Y Eureka!!! Como fruto de una Observación de mí mismo más sincera y honesta, fui descubriendo y entendiendo que mi manera de ser actual, como la misma Enseñanza lo apuntaba, era demasiada sesgada, demasiado restringida, unas dos o tres herramientas funcionales de mi propio ser eran mi único medio para relacionarme conmigo mismo y con el mundo externo...
Un Patrón demasiado repetitivo me restringía a pequeños bocados de cardenal muy de vez en cuando…
Ese Patrón contenía algo que me estremeció, por su aferramiento tan insidioso, en él se incluía todo aquello que concientemente me gustaba hacer a mí mismo, era mi herramienta más valiosa, era mi telescopio más personal para sentirme diferente a los demás…
Pero gracias a mi dios recibí ayudas muy valiosas, tanto de diversos guías que la vida me permitió contactar, como de ese guía interno que siempre está ahí esperando ser escuchado por mí…
¡Y Vaya Ayudas que Recibí!!!
Me sugerían tratar de hacer muchas prácticas diversas, tanto corporales como psicológicas, y yo imaginando que esa ayuda era para elevar mi grado actual de destreza y desarrollo… Me llevó mucho tiempo ir comprendiendo, en base a los resultados, que por atreverme a ejecutar lo encomendado fui experimentando en mí mismo, y un nuevo panorama se fue percibiendo...
Algunas de esas prácticas, al estar inmerso en ellas, requerían que no perdiera la Observación de todo lo que sucediera en mi interior...
Después fui comprendiendo que, gracias a eso, el poder de mi Telescopio comenzó a Intensificar su Poder de Visión, aparecían muy sobre-intensificados, cúmulos de planetas que existían en la inmensa galaxia de mi ser y que antes de eso no me era posible detectarlos…
Recuerdo muy bien cuando uno de mis guías me aconsejó, muy sutilmente: “Carlos, no leas todavía Belcebú, pero eso sí, lee de diez a cien veces lo que Gurdjieff recomienda benévolamente en el prefacio de su libro…”
Claro que lo leí, no diez ni cien veces, sino quizá mil y una vez, y en esa última, un mundo nuevo me abrió sus puertas, y pude comprender algo tan simple que está ahí como Dolmen majestuoso, pero que para descifrarlo uno debe sentir lo que ese Dolmen quiere compartirme, en ese lenguaje tan antiguo del Sentido Común…
Gurdjieff era tan directo en su manera de transmitirnos lo valioso de su Enseñanza, nos ponía ahí enfrente de nosotros lo que deberíamos atrapar y comprender, pero con palabras tan simples, directas y sencillas, que por más que las leíamos difícilmente atraparemos su esencia… Y es algo tan simple su recomendación, tan directa, que no admite error para entenderlas… Nos recomienda leer sus libros tres veces, pero cada una de esas lecturas ejecutarla de manera diferente…
La primera vez que leamos su libro, debemos leerlo de la manera que nos es tan propia y a la que cada uno de nosotros se ha habituado por años… Cada uno de nosotros somos tan diferentes en nuestro ser, y nos han entrenado y hemos aceptado usar unas cuantas de la multitud de herramientas que contiene un ser humano, somos muy duchos y precisos para algo y unos inhábiles o nulidades para todo lo demás…
Pues precisadamente a eso se refiere Gurdjieff: “Cada uno de ustedes lea mi libro a como está acostumbrado”. Que benevolente de su parte, y realmente no podía pedirnos algo para lo que no somos capaces. Pero luego nos pide un grado ya mayor de habilidad, que leamos su libro de una manera no-acostumbrada para ninguno de nosotros: “Lean mi libro por segunda vez en vos alta como si se lo estuvieran leyendo a un amigo para que lo entienda”...
Aquellos de nosotros que nos atrevimos a seguir al pie de la letra su benévola sugerencia, un nuevo mundo apareció de pronto ante nosotros, como si otras partes de nuestro ser que no habían intervenido en la primera lectura tomaran el mando…
Herramientas nuevas que estaban ahí dormitando en nuestro inconsciente nos hicieron, escuchar en vez de pensar, un algo más profundo de sus relatos. Todas las herramientas que había usado la primera vez que leí el libro estaban presentes, pero ahora con otras herramientas no acostumbradas, leyendo en vos alta y escuchando lo que yo mismo expresaba...
Imagínese, tratar de entender con mi escucha lo que yo mismo estaba leyéndome en voz alta...
Y no obstante lo anterior, Gurdjieff nos recomienda benévolamente una tercera lectura, pero ahora, tratando de entresacar la esencia misma de lo que escribió, leerlo con todo nuestro ser... En pocas palabras, usar todas nuestras funciones habituales conscientes y automáticas, pero incluir también todas aquellas herramientas o funciones inconscientes…
¡Vaya Astucia!!!
En la primera lectura sólo podíamos involucrar las herramientas habituales a las que cada uno de nosotros se ha condicionado tan rigurosamente. El Hombre # 1, leerá muy diferente al Hombre # 2 y al Hombre # 3…- Carlos de la Garza