Para encontrar la Verdad
Un joven de un pequeño pueblo al
Norte de México decidió ser un buscador
de la verdad, y así decidió desplazarse hasta la ciudad de Monterrey para hablar con algún guía espiritual.
Después de meses de búsqueda, finalmente el joven se acercó a Kadyr el
francmasón cuenta cuentos y le preguntó:
- ¿Qué debo hacer para encontrar la
verdad?
Kadyr el francmasón le echó una
mirada penetrante al joven, y Kadyr respirando profundamente y lentamente,
estaba como por decir algo muy valioso en cualquier momento. El expectante joven esperando
una respuesta que saldría en cualquier momento de la boca de Kadyr, y luego de
unos momentos fue que escuchó de Kadyr lo siguiente:
- Mi querido joven, percibo que su
corazón es puro y su búsqueda sincera. Lo que puedo decirle es que el Ser
Supremo, si el mismísimo Gran Arquitecto del Universo se manifiesta en todas las cosas del universo,
y para qué usted encuentre la verdad sintonícese desde el interior de su
corazón con Dios.
El joven, decepcionado, esperaba que
el maestro Sufí Kadyr le pasara informaciones valiosas, mantras
poderosos, alguna Masónica palabra mágica, técnicas de meditación ocultas, o
que con sólo conocer a Kadyr se la
revelara el gran misterio del Universo, sin embargo, nada de eso sucedió. El
buscador de la verdad muy decepcionado de Kadyr, fue que decidió marcharse; encontraría
otro maestro en otra ciudad u otra nación incluso , y fue que decidió hacer un viaje a la misma
India .
Después de más de un año de andanzas
por la India, el joven encontró en la ciudad de Madrás a un gran maestro un
Gurú de gran prestigio. El mexicano buscador de la verdad hizo la misma
pregunta para el segundo maestro:
- ¿Qué debo hacer para encontrar la
verdad?
El maestro, rodeado por varios
alumnos, miró al joven que había hecho la pregunta y dijo:
- Voy a darle la respuesta que usted
quiere, pero antes quiero que usted trabaje para mí durante trece años en mi
ashram.
El joven sintió un calor dentro del
corazón; Esas palabras resonaban como el inicio de un camino hacia la Gran Luz
, un camino que se determinó para él sin retorno.
- Estoy de acuerdo, Gurú dijo y el
joven y preguntó . ¿Y qué voy a hacer en su ashram?
- Usted será el responsable de
limpiar el estiércol de nuestras vacas sagradas.
El buscador de la verdad acató el
pedido sin ninguna reclamación, y durante trece años trabajó con dedicación en
la tarea de limpiar el estiércol de las vacas.
Pasados los trece años, el joven,
que no era ya tan joven, se acercó al Gurú y dijo:
- Estoy preparado para escucharlo.
Los trece años convenidos han pasado,
ahora quiero saber lo que debo hacer para encontrar la verdad.
El Sabio Gurú se acercó al alumno, posó la mano
en su cabeza con olor a estiércol de vaca, y en un fuerte apretón en su hombro
derecho le dijo:
- Lo que puedo decirle a Usted ahora es que Dios el Ser Supremo se manifiesta en
todas las cosas del universo, y para dar con la Verdad haz primero contacto con
Dios desde tu corazón.
Al oír estas palabras, el alumno
cerró los ojos, respiró muy hondo y por primera vez en la vida sintió la
emoción de aquellos que verdaderamente se iluminan. Al volver a su estado
normal, preguntó al maestro:
- Curioso, hace muchos años le hice
la misma pregunta a Kadyr el francmasón cuenta cuentos, y él me dio la misma
respuesta, pero en aquella época nada sucedió conmigo. ¿Por qué?
El Sabio Gurú juntó las manos a las
del alumno y con increíble vibrante amor le respondió:
- La verdad no cambió en todos esos
años, quien se transformó fue usted.
Alcoseri