Hace unos cuantos días me tope con un viejo conocido, se llama Jorge Antonio -, tiene 60 años de edad y me dijo ahora ser el director general de la «Sociedad Esotérica Mentalista» algo relacionado con la Gnosis, dijo algo relacionado con la Rama de la Iglesia Gnóstica Cristiana de Boris Mouravieff . Me habló en esta forma: ____________ «Los espiritistas se contentan con entablar alguna que otra conversación con los desencarnados. Nosotros, en cambio, nos proponemos realizar de hecho, antes del último juicio, una de las promesas más grandiosas de la religión cristiana: la resurrección de la carne. Yo soy discípulo del ruso Boris Mouravieff - , quien en el siglo pasado sostuvo en sus famosos libros y la posibilidad de la resurrección de los antepasados. Pero Boris Mouravieff se contentó con la teoría y la esperanza, como suele acontecer en los hombres de su raza. Yo soy mexicano y quiero que la sublime idea del profeta eslavo sea traducida en el reino concreto y práctico de la realidad. Los obstáculos que se presentaron fueron innumerables he debido cambiar los métodos y los sujetos, he debido crear una asociación que colaborase a la gran obra, considerada humanamente imposible, con voluntad unánime y oración obstinada y perseverante. Muchos me dicen: solamente Jesús tuvo el poder de resucitar a los muertos. Esto no es verdad, la resurrección fue lograda también por los santos, quienes no eran más que hombres como nosotros aun cuando estuvieran fortalecidos con una fe más vigorosa que la fe de los fieles tibios y mediocres.____________ Fue cuando le pregunté —¿Y ha logrado realmente resucitar a los muertos? — Contestó: Así es, aunque con infinito desgaste de espíritu y de tiempo. Nuestra sociedad gnóstica cuenta con varios millares de adherentes alrededor del mundo, y en un trabajo afanoso e incesante de veinticinco años tan sólo hemos podido restituir la vida a sólo seis muertos.--- Al Escuchar esto de mi viejo amigo debo confesarlo, me sorprendí, pero luego recordé, de un milagro que en mi propia familia había sucedido, y seguí escuchándole--- y me siguió diciendo: Uno de ellos, el último, vive en esta ciudad de Monterrey, y he venido a visitarlo, cosa que hago todos los años.____________ Fue cuando le dije —¿Sería posible que también yo le viera y le interrogara? —Renato — éste es su nombre actual, me dijo, no se negará a hablar con una persona presentada y acompañada por mí, Renato es Gnóstico también. —Le pregunte: ¿Sería posible ir en seguida? — Iré a buscarle a su casa esta noche, el vive en San Nicolás de los Garza, me invitó a una cena, y estoy seguro de que Renato le contará cosas que ninguna fantasía humana sería capaz de inventar. La casa del resucitado se hallaba ubicada en un extremo oriente de la ciudad de San Nicolás de los Garza, cerca de la cima de una colina. Llegamos a la casa de Renato, y Una mujer todavía joven nos hizo entrar, a mí y a Jorge, en una sala de paredes recubiertas de madera, era una casa modesta, la casa estaba dispuestas con mucho cuidado en sostenes columnas de cemento mal pintado.____________ Esperamos en aquella modesta sala por espacio de algunos minutos; ni siquiera se veía bien la televisión de la sala. Luego reapareció la mujer, la que nos llevó a un escritorio de aspecto sobrio, donde frente a una computadora de escritorio un tanto vetusta, se hallaba sentado un hombre moreno, pensativo, que vestía un traje negro, se veía papelería de algún banco, me sugirió trabajaría en algún banco de la Localidad. Era Renato. Se abrazaron calurosamente con mucho cariño, Jorge dijo mi nombre, y me presentó con él, y le hizo conocer mi deseo, rogándole que quisiera relatarme algunos episodios de su estada en la otra vida. El avivado gnóstico resucitado, que ya se había alzado de su sillón, me miró fijamente con ojos llenos de lucidez, claros color verde. Luego comenzó a hablar en voz lenta y baja —Le diré acerca de mí soy un gnóstico de la Línea de Mouravieff , de mi partida y mi regreso a este mundo, puesto que Jorge lo sabe todo y podrá decirle que no miento, y le contaré, pues considere útil para el progreso de nuestra Iglesia gnóstica. Su visita la esperaba, algo me dijo que hoy conocería a Vicente Alcoseri, al que leo por Internet, de hecho algo se movió para que se diera este encuentro, así que su vistita es necesaria. Y le hablaré ahora, acerca del acontecimiento más notable al que asistí durante los largos años de mi permanencia entre los muertos.____________ »Según me parece, los hombres creen que el mundo del más allá no tiene historia: todo es determinado y fijado por la omnipotencia del Dios Eterno, cada alma tiene su destino y su sentencia, nada puede hacer cambiar su suerte, todo está determinado en un libro escrito por la mano de Dios, los condenados rechinan en las tinieblas, los bienaventurados gozan en la luz, diablos y ángeles tienen a perpetuidad sus misiones y nada cambia por los siglos de los siglos. Pues bien, puedo asegurarle que, muy al contrario, incluso en el más allá hay una historia, o sea: el más allá tiene sus crisis y sus alternativas.____________ »Hacía ya mucho tiempo que yacía en las tinieblas exteriores, bajo el peso de mis culpas, cuando repentinamente se difundió en el inmenso reino de los muertos una noticia inaudita: un grupo de veteranos del infierno había dado la primera señal de la sublevación general de los condenados. Multitudes cada vez más numerosas y alborotadoras de compañeros en la desventura estaban listas para seguirlos. Los custodios y guardianes del infierno, considerando que los condenados se hacían discípulos suyos imitando su pasado de rebelión contra Dios, les dejaban hacer, y según se decía hasta instigaban a los tímidos y tibios.____________ »Uno de los jefes de la revuelta, el famoso Lucifer , andaba de un lado para otro por las interminables tinieblas, incitando a los pusilánimes y los dudosos. Les hablaba así »Somos víctimas de una despiadada injusticia que se halla en abierta contradicción con el mensaje de perdón anunciado por el Cristo, el Hijo de Dios. La eternidad de las penas no es conciliable con el Dios todo amor proclamado por los santos y los teólogos. Un padre amoroso, que ama en verdad a sus hijos, puede castigarlos por una culpa, pero no quitarles por toda la eternidad la esperanza de la remisión del pecado. El hombre es un ser limitado, finito, que comete un error limitado en el espacio y en el tiempo, y a veces lo comete arrastrado por la fatalidad de su naturaleza, de lo cual no es siempre responsable. ¿Por qué, a la finitud del ser culpable y de su culpa, debe corresponder la infinitud del castigo? ¿Por qué el error de una hora breve, de una sola estación, y hasta de toda una efímera existencia, debe ser castigado con una tortura eterna e infinita, sin conclusión?____________ »Se dice que si bien el pecador es finito, su pecado es infinito porque es una ofensa contra el Ser Infinito. Pero Dios, que es perfección absoluta y amor perenne, ¿puede ser ofendido por una pobre criatura, que en definitiva es obra suya?____________ »Reconocemos a la justicia divina el derecho de castigar a los malvados. Pero no podemos admitir y tolerar que un pecado, finito por naturaleza, deba ser castigado con una pena sin fin. Que el pecado de una hora sea castigado con la condenación a un siglo de tormentos, y que el pecado de una vida entera sea expiado con milenios de exilio en el abismo, pero que en definitiva haya una conclusión, un fin. Vosotros sabéis qué es la eternidad, cuán atroz es el pensamiento de un dolor que jamás tendrá término, de las tinieblas que nunca tendrán un resquicio de amanecer. Después de siglos en la cárcel y la oscuridad tan sólo pedimos una liberación final, un retorno a la luz. Apelamos a la misericordia de Dios contra su cruel justicia. Si Dios es amor y nada más que amor, que lo demuestre de un modo conclusivo perdonando a sus enemigos. Nuestro movimiento no es una sublevación sino una santa cruzada hecha en nombre de la caridad.____________ »Estas arengas suscitaban un gran entusiasmo entre los míseros sufrientes, y millones de réprobos elevaban al cielo lejano coros de súplicas furiosas, de gritos y blasfemias, de gemidos y clamores de angustia.____________ »Algunos demonios se habían plegado a sus víctimas y las exhortaban a la rebelión. Les decían: No tenéis nada que perder, estáis condenados a los suplicios eternos y por lo tanto no os queda lugar para temer algo peor, ya podéis estar seguros de la impunidad y, en cambio, podéis alimentar la esperanza de una redención.____________ »Pero el cielo permanecía mudo, ninguna voz descendía desde lo alto, no apareció ningún ángel para anunciar la confirmación de la sentencia o la pro mesa del indulto. Sin embargo, la revuelta no se aplacaba y los desesperados gritos de los malditos continuaban golpeando las invisibles paredes del abismo.____________ »Pero, no sé cómo, un día llegó al infierno una noticia increíble: hasta los bienaventurados del paraíso amenazaban abrazar la causa de sus hermanos condenados. Se entiende que su sublevación era completamente diversa de la infernal, adoptaba la forma de una inmensa, cordial y reverente oración. Los justos pedían a Dios compasión para con los injustos. Cada uno de ellos, decían, tenía en aquellas profundidades de oscuridad eterna algún hermano, amigo, pariente, una mujer amada, un hijo extraviado. Su propia felicidad no era perfecta porque se veía perturbada por el pensamiento de los tormentos infinitos que sufrían seres a los que habían amado en la tierra. Se dirigían a Dios: Nos prometiste la felicidad eterna, pero esta felicidad no puede ser plena y total mientras nos veamos entristecidos por la compasión que nos inspiran los seres a los que destinaste al dolor eterno. La tortura de los condenados es una disminución de nuestro gozo, y, consiguientemente, también nosotros somos castigados indirectamente por culpas que no hemos cometido, y esto no se conforma con tu justicia y tu misericordia. Ordenaste a los hombres que perdonaran a sus enemigos, ¿por qué no das el más sublime ejemplo perdonando a los enemigos de tu Ley, después de tantas vigilias de horror? »Pero Dios escuchaba y callaba.____________ Entonces muchos bienaventurados, y entre los primeros los santos más venerados, se ofrecieron para descender al infierno y ocupar el lugar de los infelices desterrados. Decían así: Los sufrimientos de los inocentes podrán expiar en un tiempo menor los pecados de los culpables, y en esta forma se verán satisfechas al mismo tiempo tu justicia y tu misericordia. Concede, ¡Oh Señor!, que también en la segunda vida sea eficaz la Comunión de los Santos. ____________Nosotros, que gracias a tu benignidad estamos ciertos de la Luz Eterna, nos ofrecemos a ti para ocupar el puesto de nuestros hermanos desesperados, que sufren desde hace tanto tiempo en las tinieblas eternas, y ocuparemos su lugar todo el tiempo que te plazca.____________ »En el Empíreo habían cesado los cantos, ahora resonaban los gemidos y las súplicas; los ángeles, asombrados y conmovidos, guardaban silencio con templando el rostro del Eterno. Pero Dios escuchaba y callaba...».____________ Llegado a esas palabras de su relato,se interrumpió de golpe aquel inaudito acontecimiento. —¿Y después? — se preguntó luego pasados algunos instantes.____________ — Después, no supe más nada ni nada puedo decir — replicó el resucitado con voz débil. Precisamente mientras todos los muertos, los que alababan y los que gritaban, esperaban la decisión de Dios, fui llamado otra vez a la vida terrestre por mis hermanos vivientes. Tal vez, cuando llaméis a un nuevo resucitado, éste podrá relataros la continuación de mi historia.____________ Poco después nos despedíamos del melancólico resucitado. Y desde entonces, incluso en este momento, me he estado preguntando: ¿sueño?, ¿imaginación?, ¿verdad?- luego de esto nos despedimos.
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