La extraña historia de Husayn el
Albañil del Templo de Salomón.
La jornada en la construcción del
Templo dedicado a Dios en Jerusalén había terminado ese día. Cansado por la
faena, el Maestro Hiram Abiff se recostó bajo la frescura de un árbol para el
tan merecido descanso. He aquí que, apresurado, se acerca Husayn un albañil con
el grado de compañero, que le dice:
"-Maestre Hiram... Voy a
contarle lo que dicen de usted, unos compañeros albañiles: dicen que están
conspirando para asesinarle si no les otorga los misterios del arte de la
Arquitectura Divina...
Hiram con su infinita paciencia responde:
- Calma, mi amigo y hermano, antes de
contarme algo que pueda tener relevancia, ya hiciste pasar la información por
las "Tres cribas de la prudencia "?
- ¿Las 3 Cribas de la sabiduría? Pregunta
extrañado Husayn el compañero albañil, no, no me fueron mostradas aún, respondió el
compañero albañil!
- No te hable sobre las tres cribas ,
porque no había llegado el momento.
Escucha con atención: todo lo que te
han dicho, pasa antes por las tres cribas de la prudencia. Y en la primera
criba , que es la Verdad, te pregunto:
-Tienes certeza de que lo que te
contaron es realmente la verdad?
El compañero albañil respondió:
- Bueno, no estoy realmente seguro si
lo que dicen lo harán o no, sólo sé que me lo contaron...
Hiram continúa:
-Entonces, si no tienes la certeza,
la información se filtró por los agujeros de la primera criba y reposa en la
segunda, que es el criba de la Bondad. Y yo te pregunto:
¿Es algo que te gustaría que dijeran de ti?
-De ninguna manera Maestro Hiram ... ¡Claro
que no, no me gustaría hablaran mal de mí, y que conspiraran contra mí para
asesinarme!
-Entonces tu historia acaba de pasar
por los agujeros del segundo criba y cayó en las coladeras de la tercera y
última criba; Te haré la última pregunta:
- ¿Crees necesario seguir adelante y
contarme lo que dicen de mí, o intentan hacerme?
-Realmente Maestro Hiram, pensando
con la luz de la razón, si creí si había
necesidad de contarle, pero si usted no
quiere ser alertado, ni saber de esto, no
le contaré...
-Entonces ella acaba de vaciar los
agujeros del tercer tamiz, cayendo al
suelo y perdiéndose en la inmensidad de
la tierra. Y no quedaba nada para
contar.
-Ya entendí Maestro Hiram. Usted cree
en la bondad de los hombres que construyen bajo sus órdenes este Templo, y cree
Usted sólo soy un delator calumniador. De ahora en adelante sólo las palabras que le
gusta a usted escuchar tendrán camino en
mi boca.
-Eres ahora un Maestro Albañil completo, pues has
aprendido lo políticamente correcto. Ahora
vuelve a tu pueblo y construye tus propios templos, porque has terminado tu trabajo y
aprendizaje aquí.
Pero, recuerda siempre: Las abejas,
constructoras del Gran Arquitecto del Universo, buscan sólo flores para sus
laboriosas obras, mientras que las asquerosas moscas, buscan carne podrida para
mantenerse vivas.
Terminado esto Husayn el albañil, tomó sus herramientas y se marchó.
Lo que sucedió luego de esta
conversación sólo lo conocen a profundidad los Masones elevados al sublime
grado de maestro Masón.
Alcoseri