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General: La Orden Masónica se origina en la Escuelas Secretas de la antigüedad
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 13/11/2017 22:56 |
La Orden Masónica se origina en la Escuelas Secretas de la antigüedad judía, muchos de cuyos símbolos han sido preservados hasta nuestros días en los diversos grados de la Logia Azul del Rito Escocés. Respecto al término*FRANCMASÓN*, que constituye en sí mismo una clave de las doctrinas de la orden. “mucho antes de la construcción del templo del rey Salomón, se conocía a los masones con el nombre de Hijos de la Luz”. La masonería era practicada por los antiguos bajo el nombre de LUX (luz), o su equivalente en los diversos idiomas de la antigüedad. La palabra Masonería viene del término Griego MASOURANEO, que significa “yo estoy en el medio del cielo” aludiendo al Sol. El verdadero secreto es la regeneración, la re-generación del fuego éterico en el Alma y la creación de una Alma nueva, relevado Por el ritual del tercer Grado, bajo la alegoria de la muerte de Hiram y su resurrección. El interés por el conocimiento de la forma o la estructura del templo de Jerusalen es, en realidad, el interés por el conocimiento hermético de Salomón que personifica la sabiduría de la Tradición de todas las edades. De acuerdo con el Talmud recopilación de la tradición oral judía y base de la religión judía ,Salomón era experto en Magias. También tenía profundos conocimientos de Teurgia y Goecia y era capaz de controlar sus propios demonios internos, obteniendo de ellos buena parte de su sabiduría. En su Claviculas Salomonis o Claves del Rey Salomón trabajo en el que presumiblemente se exponen los secretos mágicos obtenidos por Salomón y empleados por él en la conjuración de espíritus- se arroja luz sobre los rituales iniciáticos masónicos. El papa Inocencio III reconoce la posibilidad de que se tratara de un mago en el más amplio sentido de la palabra. Hipótesis que basa en las afirmaciones del historiador judío Flavio Josefo, quien hizo especial mención a los trabajos mágicos y dotes sobrenaturales de este rey. Todo lo cual se encuentra asimismo reflejado en muchas tradiciones orientales que subrayan, entre otras muchas, las facultades mágicas de Salomón, como se indica frecuentemente, por ejemplo, le hermetique kabahala. Pero este misterios monarca encierra aún más sorpresas. Así por ejemplo, los alquimistas medievales estaban convencidos de que conocía los secretos de Hermes Trismegisto y que, gracias a ellos, llegó no sólo a multiplicar los metales, sino también a fabricar la piedra filosofal. Y se dice también que Salomón sabía cómo controlar la "esencia od incorpórea del espíritu universal", conocimiento que lo habría asistido en la construcción del Templo. Por otro lado, y de acuerdo con los antiguos rabinos, Salomón habría sido, paralelamente, un iniciado de las escuelas mistéricas, siendo su templo un lugar de iniciación que. Tanto las gradas como los pilares situados a ambos lados del pórtico, los querubines babilónicos y todo el arreglo de las alcobas indican, de hecho, que el templo habría sido erigido de acuerdo a patrones tomados de Egipto. Michel Lamy nos recuerda en La otra historia de los templarios que Salomón hizo también erigir unos santuarios para unas "divinidades extranjeras". Consagró en particular unos templos a Astarté, "la abominación de los sidonios" y a Milkom, "el horror de los amonitas". Según el canon místico, siempre han existido sobre la Tierra una serie de hombres santos que han accedido al trato íntimo con la seidad. De ellos, el que alcanza la posición más alta entre sus contemporáneos es el enclave de su época, siendo los demás intermediarios. El enclave es un individuo misterioso que, desconocido y nada conspicuo, se mezcla con la humanidad. Como un dinamo extraño alrededor del cual todo converge, en él se encarna el significado y el espíritu de una edad hasta nuestros días. ¿Pudo ser Salomón el enclave del judaísmo kabalistico ? En el seno de la primera monarquía terrestre se elevó el primer templo a Dios. La Biblia recoge claramente las tradiciones según las cuales fue el propio Gran Arquitecto del Universo -al que identificaban como Dios- quien, en última instancia, ordenaba cuándo, quién y cómo se había de construir el Templo. Para esta misión, de entre todos los hijos de David Dios elegiría a Salomón: Y así fue. Cuando Salomón quiso alzar el templo, pidió ayuda al rey de Tiro, Hiram, ya que tal edificación requería un arquitecto experimentado en las técnicas y conocedor de la doctrina secreta de los números y de las formas. De ahí que el monarca enviara a Hiram-Abiff el fundidor, para que se hiciera cargo de la sagrada obra. Pero como en todas los hechos acaecidos en épocas remotas, en los que no se sabe muy bien donde termina la historia y donde comienza la leyenda, las circunstancias iniciales no están nada claras. Michel Lamy, en su obra La otra historia de los templarios nos dice que "fue sin duda edificado hacia el año 960 a.C., al menos en su forma primitiva. Salomón, que deseaba construir un templo para mayor gloria de Dios, había establecido unos acuerdos con el rey fenicio, que se había comprometido a proporcionarle madera (de cedro y de ciprés). Éste le enviaría también trabajadores especializados: canteros y carpinteros reclutados en Guebal, donde los propios egipcios tenían por costumbre reclutar a su mano de obra cualificada. El templo se elevó en el monte Moriah y su construcción tardó siete años. Fue uno de los edificios más sagrados que jamás hayan existido en la Tierra. La geometría secreta con la que fue erigido por Hiram había sido heredada por el propio arquitecto, cuyo probable origen es develado por Heckethorne en su libro Las sociedades secretas de todos los tiempos y países. Según Heckethorne, Hiram habría sido descendiente directo de la línea de Caín, lo cual podría explicar la creencia de que el templo había sido realizado por demonios -o elementales- sobre los que tanto Hiram como el propio Salomón ejercían cierto control. Pero ocurrió que la Reina de Saba se enamoró de Hiram, el arquitecto del templo, éste cayó en desgracia ante los ojos del rey y, finalmente, murió asesinado. Esto no quiere decir que el rey tenga algo que ver con tal asesinato. Sin embargo, antes de morir dijo Hiram que tendría muchos descendientes que completarían su trabajo, es decir, que construirían otros templos humanos. Y, en este sentido, son muchos los estudiosos que están convencidos de que esos descendientes fueron los templarios, ya que ellos mismos se consideraban los arquitectos y custodios de la "ciencia más secreta". De cualquier forma es esta una cuestión muy confusa también, pues dice Michel Lamy al respecto: "El arquitecto Hiram, según la leyenda, murió a manos de unos compañeros celosos a quienes había negado la divulgación de determinados secretos. Como consecuencia de la desaparición de Hiram, Salomón envió a nueve maestros en su busca. Nueve maestros, como los nueve primeros templarios, en busca del arquitecto de los secretos". En aquella época se creía que el Templo de Jerusalén unía el Cielo y la Tierra y que los ritos que allí se desarrollaban reforzaban está asociación; por tanto, cualquier desviación en el servicio del templo podía tener consecuencias catastróficas. El Templo de Salomón, construido en el siglo X a.C., se convirtió así en algo esencial no sólo para la imaginería religiosa judía, sino también para el simbolismo cristiano en siglos venideros. En el 587-586 a.C. fue arrasado hasta los cimientos por Nabucodonosor. Restaurado alrededor del 500 a.C. por Zorobabel, fue nuevamente destruido, para ser reconstruido una vez más por Herodes "El Grande", no mucho antes del nacimiento de Jesús. El tercer templo fue abatido finalmente por los romanos en el año 70 d.C., ocupando en la actualidad su antiguo lugar la mezquita de la Cúpula de la Roca, en la Explanada del Templo. Dice Michel Lamy sobre las reliquias que se custodiaban en el Templo: "Si bien la mayor parte de los objetos sagrados habían desaparecido en el momento de las diversas destrucciones, y principalmente durante el saqueo de Jerusalén por Tito, hubo uno que, aún habiéndose volatilizado, no parecía haber sido sacado de allí. Ahora bien, había sido para albergar dicho objeto por lo que Salomón hizo construir el Templo: el Arca de la Alianza que guardaba las Tablas de la Ley. Una tradición rabínica citada por Rabbí Mannaseh ben Israel (1604-1657) explica que Salomón habría hecho construir un escondrijo debajo del propio Templo, a fin de poner a buen recaudo el Arca en caso de peligro"... Y continúa explicando: "No parece que el Arca hubiera sido robada con ocasión de alguno de los diferentes saqueos o por lo menos, de ser cierto, fue recuperada, según los textos. Su desaparición por medio de un robo habría dejado numerosos rastros, tanto en los textos como en la tradición oral. Louis Charpentier nos recuerda a este respecto: "Cuando Nabucodonosor tomó Jerusalén, no se hace ninguna mención al Arca entre el botín. Hizo quemar el Templo en 587 a.C.". A Charpentier no le cabe ninguna duda acerca de ello: el Arca permaneció en su sitio, oculta bajo el Templo, y los templarios la descubrieron. Esta es una cuestión en la que entraremos en profundidad cuando tratemos los pormenores de la creación de la Orden del Templo. Según ha escrito Jonathan Smith, recordando antiguas creencias, "la Piedra de la Fundación, como en las construcciones mesopotámicas, es el centro exacto del Cosmos, el eje o polo, y fue sobre esta Piedra donde estuvo Yahvé cuando creó el mundo; de esta Piedra surgió por primera vez la Luz (se entiende que esta luz iluminaba el templo, que fue construido sobre la Piedra y cuyas ventanas estaban diseñadas para dejar salir la luz y no para permitir su entrada); de la superficie de esta Piedra se obtuvo, rascando, polvo para crear a Adán; bajo esta Piedra está enterrado Adán; en esta Piedra ofreció Adán el primer sacrificio; sobre esta Piedra Caín y Abel ofrecieron su fatal sacrificio; de esta Piedra vinieron las aguas del diluvio y bajo esta Piedra recedieron". Se creía, en efecto, que bajo la roca fluían las aguas subterráneas, fuerzas del caos que no cesaban de amenazar con engullir el mundo ordenado. La función del Templo era, supuestamente, mantener a raya a aquellas fuerzas. Han sido muchos los exégetas que han tratado de reconstruir teóricamente la estructura del Templo. Es el caso del franciscano normando Nicolás de Lyre o el filósofo François Vatable. Incluso el mismo Isaac Newton, subyugado por la magia de la visión de Ezequiel donde se apuntaban las medidas del Templo de Jerusalén, hizo alarde de erudición como teólogo, filósofo, físico y matemático exponiendo sus resultados en Solomon´s Temple. Su intención, dado el carácter simbólico del templo, era conocer su forma para averiguar su significado. Pero ni siquiera un gigante del pensamiento como él, artífice de la Física clásica y de la mecánica celeste, pudo descifrar el mensaje mistérico subyacente en esa misteriosa forma arquitectónica. Y es que la sabiduría que el rey Salomón plasmó en la construcción del Templo parece estar más allá de las mediciones y los cálculos matemáticos. Los que más se han acercado a esa fuente que inspiró a Salomón son los masones, cuyos rituales dejan entrever un conocimiento esotérico milenario comparable al que configuró el Templo. Como ilustración de esta herencia espiritual, tenemos los pilares de la masonería, las columnas J y B; columnas de sabiduría y rigor del cabalístico Árbol de la Vida-, que corresponden a los pilares del mismo nombre que sostenían al pórtico del Templo de Salomón y que Hiram-Abiff había hecho forjar en bronce. En su tiempo, Salomón fue la personificación de la sabiduría universal, siendo su Templo la "Casa de la Luz Eterna", nombre que algunos exégetas han querido ver en el propio rey: "Sol-om-on". De acuerdo con las enseñanzas mistéricas, hay tres templos de Salomón. El primero es la "Gran Casa del Universo", en medio de la cual se asienta el Sol, rodeado de sus compañeros artesanos: los doce signos del Zodíaco. Tres luces -la estelar, la solar y la lunar- iluminan este templo cósmico. Acompañado de sus planetas, lunas o asteroides, es Divino se pasea con pompa por las avenidas del espacio. Según esta interpretación, Hiram representaría la luz física activa del Sol, mientras que Salomón simbolizaría su refulgencia intelectual y espiritual, invisible pero todopoderosa. El segundo templo simbólico es la "Mansión" o "Catedral del Alma", una estructura invisible cuya comprensión corresponde única y exclusivamente a un arcano masónico supremo. El misterio de este edificio intangible está encerrado tras la alegoría del "Soma Psychon" o "traje de boda", como lo describió San Pablo, las "Vestiduras de Gloria" del gran sacerdote . Según esta última interpretación, el alma, creada a partir de una sustancia ígnea invisible, un metal áureo llameante, habría sido introducida por el maestro masón Hiram-Abiff en el molde de barro (el cuerpo físico), conformando el denominado "Mar Fundido". Así, el Templo del alma humana habría sido construido por tres maestros masones que personifican la sabiduría, el amor y el servicio, y sólo cuando esta operación se realiza de acuerdo con la Ley de la Vida, el espíritu de Dios mora en este lugar sagrado. El templo del alma así concebido es la verdadera "Casa Eterna" y sólo quien es capaz de erigirlo de esta manera está considerado como un verdadero maestro masón. Estas caractéristicas las reunía en su persona el rey Salomón. https://groups.google.com/forum/#!searchin/secreto-masonico/geometr%C3%ADa$20sagrada%7Csort:date/secreto-masonico/9hC13DdCtUg/kpFK4PTDmFIJ |
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El Gabinete de Reflexión Para aprender a pensar, es necesario ejercitarse en aislarse y abstraerse. Esto se logra entrando en sí mismo, mirando “hacia adentro” sin dejarse distraer por lo que pasa “afuera”. Los antiguos comparaban esta operación con un descenso a los infiernos. Para el pensador se trata de penetrar hasta el centro de las cosas, a fin de llegar a conocer su esencia íntima. Debe aprisionarse el espíritu de las entrañas de la tierra, hasta donde no se filtra ningún rayo del día exterior (según las nociones proporcionadas por los sentidos). En el seno de estas tinieblas absolutas, la lámpara de la razón ilumina sólo unos fragmentos de esqueleto, que parecen evocar espectros. Estos restos de osamenta figuran la realidad, tal cual aparece si se la despoja de su decoración sensible. Es la verdad brutal, privada del velo de las ilusiones, la verdad enteramente desnuda, que se oculta en el fondo de un pozo. Este pozo, que termina en el centro del mundo, es el interior del hombre. A él se hace alusión en la palabra “Vitriol” cuya interpretación era un gran secreto entre los alquimistas. Las letras de que se compone les recordaba la fórmula: “Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem” (Visita el interior de la tierra y rectificando (por purificaciones) encontrarás la Piedra oculta de los Sabios). Esta piedra, la famosa Piedra Filosofal, no es otra cosa que la “Piedra cúbica” de los francmasones. Es la base de certeza que cada uno debe buscar en sí mismo, a fin de poseer la piedra angular (el núcleo de cristalización) de la construcción intelectual y moral que constituye la Gran Obra. En los misterios de Ceres a Eleusis, el Recipiendario representaba a la semilla sumergida en el suelo, que sufría la putrefacción a fin de dar origen al nacimiento de la planta, virtualmente encerrada en el germen. El profano sometido a la “prueba de la tierra” está análogamente llamado a poner en juego, las energías latentes que lleva en sí. La iniciación tiene por objeto favorecer la plena expansión de su individualidad. En el encierro del futuro iniciado habrá un pan y un cántaro con agua. Es la reserva alimenticia que en el fruto y en el huevo sirve para alimentar el germen en vía de desarrollo. El sabio debe aprender a contentarse con lo necesario sin hacerse esclavo de lo superfluo. Los muros de la cueva contienen inscripciones como éstas: “Si la curiosidad te ha encaminado hasta aquí, ¡vete!”. “Si temes que se te muestren tus defectos, estarás mal entre nosotros”. “Si eres capaz de disimular, ¡tiembla!, se te descubrirá”. “Si eres aficionado a las distinciones humanas, ¡salid! aquí no se las conoce”. “Si tu alma ha sentido miedo, ¡no vayas más lejos”. “Si perseveras, serás purificado por los elementos, saldrás del abismo de las tinieblas, ¡verás la Luz!”. Estas sentencias están agrupadas alrededor de un gallo y de un reloj de arena, emblemas pintados que acompañan las siguientes palabras: “Vigilancia” (sobre tus acciones) “Perseverancia” (en el bien). El reloj de arena es un atributo de Saturno, el Tiempo que se desliza disolviendo las formas transitorias (putrefacción - color negro de los alquimistas). El Gallo hace alusión al despertar de las fuerzas dormidas. Anuncia el fin de la noche y el próximo triunfo de la luz sobre las tinieblas. Ceres.- Mitología. Hija de Saturno y de Cibeles, diosa de la Agricultura, dio nombre a los cereales. Eussius.- Famosa ciudad de Atica, célebre por su tempo de Ceres y sus Misterios. |
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El Gabinete de Reflexión Para aprender a pensar, es necesario ejercitarse en aislarse y abstraerse. Esto se logra entrando en sí mismo, mirando “hacia adentro” sin dejarse distraer por lo que pasa “afuera”. Los antiguos comparaban esta operación con un descenso a los infiernos. Para el pensador se trata de penetrar hasta el centro de las cosas, a fin de llegar a conocer su esencia íntima. Debe aprisionarse el espíritu de las entrañas de la tierra, hasta donde no se filtra ningún rayo del día exterior (según las nociones proporcionadas por los sentidos). En el seno de estas tinieblas absolutas, la lámpara de la razón ilumina sólo unos fragmentos de esqueleto, que parecen evocar espectros. Estos restos de osamenta figuran la realidad, tal cual aparece si se la despoja de su decoración sensible. Es la verdad brutal, privada del velo de las ilusiones, la verdad enteramente desnuda, que se oculta en el fondo de un pozo. Este pozo, que termina en el centro del mundo, es el interior del hombre. A él se hace alusión en la palabra “Vitriol” cuya interpretación era un gran secreto entre los alquimistas. Las letras de que se compone les recordaba la fórmula: “Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem” (Visita el interior de la tierra y rectificando (por purificaciones) encontrarás la Piedra oculta de los Sabios). Esta piedra, la famosa Piedra Filosofal, no es otra cosa que la “Piedra cúbica” de los francmasones. Es la base de certeza que cada uno debe buscar en sí mismo, a fin de poseer la piedra angular (el núcleo de cristalización) de la construcción intelectual y moral que constituye la Gran Obra. En los misterios de Ceres a Eleusis, el Recipiendario representaba a la semilla sumergida en el suelo, que sufría la putrefacción a fin de dar origen al nacimiento de la planta, virtualmente encerrada en el germen. El profano sometido a la “prueba de la tierra” está análogamente llamado a poner en juego, las energías latentes que lleva en sí. La iniciación tiene por objeto favorecer la plena expansión de su individualidad. En el encierro del futuro iniciado habrá un pan y un cántaro con agua. Es la reserva alimenticia que en el fruto y en el huevo sirve para alimentar el germen en vía de desarrollo. El sabio debe aprender a contentarse con lo necesario sin hacerse esclavo de lo superfluo. Los muros de la cueva contienen inscripciones como éstas: “Si la curiosidad te ha encaminado hasta aquí, ¡vete!”. “Si temes que se te muestren tus defectos, estarás mal entre nosotros”. “Si eres capaz de disimular, ¡tiembla!, se te descubrirá”. “Si eres aficionado a las distinciones humanas, ¡salid! aquí no se las conoce”. “Si tu alma ha sentido miedo, ¡no vayas más lejos”. “Si perseveras, serás purificado por los elementos, saldrás del abismo de las tinieblas, ¡verás la Luz!”. Estas sentencias están agrupadas alrededor de un gallo y de un reloj de arena, emblemas pintados que acompañan las siguientes palabras: “Vigilancia” (sobre tus acciones) “Perseverancia” (en el bien). El reloj de arena es un atributo de Saturno, el Tiempo que se desliza disolviendo las formas transitorias (putrefacción - color negro de los alquimistas). El Gallo hace alusión al despertar de las fuerzas dormidas. Anuncia el fin de la noche y el próximo triunfo de la luz sobre las tinieblas. Ceres.- Mitología. Hija de Saturno y de Cibeles, diosa de la Agricultura, dio nombre a los cereales. Eussius.- Famosa ciudad de Atica, célebre por su tempo de Ceres y sus Misterios. |
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El Gabinete de Reflexión Para aprender a pensar, es necesario ejercitarse en aislarse y abstraerse. Esto se logra entrando en sí mismo, mirando “hacia adentro” sin dejarse distraer por lo que pasa “afuera”. Los antiguos comparaban esta operación con un descenso a los infiernos. Para el pensador se trata de penetrar hasta el centro de las cosas, a fin de llegar a conocer su esencia íntima. Debe aprisionarse el espíritu de las entrañas de la tierra, hasta donde no se filtra ningún rayo del día exterior (según las nociones proporcionadas por los sentidos). En el seno de estas tinieblas absolutas, la lámpara de la razón ilumina sólo unos fragmentos de esqueleto, que parecen evocar espectros. Estos restos de osamenta figuran la realidad, tal cual aparece si se la despoja de su decoración sensible. Es la verdad brutal, privada del velo de las ilusiones, la verdad enteramente desnuda, que se oculta en el fondo de un pozo. Este pozo, que termina en el centro del mundo, es el interior del hombre. A él se hace alusión en la palabra “Vitriol” cuya interpretación era un gran secreto entre los alquimistas. Las letras de que se compone les recordaba la fórmula: “Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem” (Visita el interior de la tierra y rectificando (por purificaciones) encontrarás la Piedra oculta de los Sabios). Esta piedra, la famosa Piedra Filosofal, no es otra cosa que la “Piedra cúbica” de los francmasones. Es la base de certeza que cada uno debe buscar en sí mismo, a fin de poseer la piedra angular (el núcleo de cristalización) de la construcción intelectual y moral que constituye la Gran Obra. En los misterios de Ceres a Eleusis, el Recipiendario representaba a la semilla sumergida en el suelo, que sufría la putrefacción a fin de dar origen al nacimiento de la planta, virtualmente encerrada en el germen. El profano sometido a la “prueba de la tierra” está análogamente llamado a poner en juego, las energías latentes que lleva en sí. La iniciación tiene por objeto favorecer la plena expansión de su individualidad. En el encierro del futuro iniciado habrá un pan y un cántaro con agua. Es la reserva alimenticia que en el fruto y en el huevo sirve para alimentar el germen en vía de desarrollo. El sabio debe aprender a contentarse con lo necesario sin hacerse esclavo de lo superfluo. Los muros de la cueva contienen inscripciones como éstas: “Si la curiosidad te ha encaminado hasta aquí, ¡vete!”. “Si temes que se te muestren tus defectos, estarás mal entre nosotros”. “Si eres capaz de disimular, ¡tiembla!, se te descubrirá”. “Si eres aficionado a las distinciones humanas, ¡salid! aquí no se las conoce”. “Si tu alma ha sentido miedo, ¡no vayas más lejos”. “Si perseveras, serás purificado por los elementos, saldrás del abismo de las tinieblas, ¡verás la Luz!”. Estas sentencias están agrupadas alrededor de un gallo y de un reloj de arena, emblemas pintados que acompañan las siguientes palabras: “Vigilancia” (sobre tus acciones) “Perseverancia” (en el bien). El reloj de arena es un atributo de Saturno, el Tiempo que se desliza disolviendo las formas transitorias (putrefacción - color negro de los alquimistas). El Gallo hace alusión al despertar de las fuerzas dormidas. Anuncia el fin de la noche y el próximo triunfo de la luz sobre las tinieblas. Ceres.- Mitología. Hija de Saturno y de Cibeles, diosa de la Agricultura, dio nombre a los cereales. Eussius.- Famosa ciudad de Atica, célebre por su tempo de Ceres y sus Misterios. |
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