El Masón Lubricante que evita
fricciones
Había una vez en una Logia Masónica como
todas las demás logias del mundo, un Hermano masón que desempeñaba el papel lubricador, uno enaceitaba con buen óleo las asperezas
entre hermanos, ponía las gotas de aceite para que no hubiera fricción entre
hermanos, y así permitía que la Logia
tal cual una buena máquina funcionará, de acuerdo con la forma acostumbrada,
este hermano era un punto de contacto entre los venerables en turno y el resto
de los masones en logia. En esa Logia Masónica en particular, casi todas las
sensibilidades representadas existían, así como una amplia gama de ideas
políticas y religiosas, hermanos de todas las tendencias ideológicas participaban
en los trabajos de la Logia, siendo esa logia masónica de membresía tan
numerosa el extracto a modo de un microcosmos
de la vida profana del exterior.
Nuestro hermano masón lubricador era un hábil manipulador de todos modos, pero
lo hacía de tal forma que a todos agradaba, era el clásico masón gracioso, que poseía la sensibilidad suficiente para
detectar en la Logia lo que no se había hecho correctamente o no se había dicho de forma correcta, nunca ofendía, y a
todos hacia reír en los ágapes, todo para evitar los conflictos inherentes a
los resentimientos en cuanto a los rumores, en esto el Venerable en Turno
siempre podía mantener la armonía de la
Logia en la mayor equidad, todo gracias al Masón Lubricador de evitar
fricciones. Un día recuerdo que cuando
el Hermano masón Lubricador habló para amonestar a unos hermanos masones , lo
hizo con mucho humor e incluso ternura, que nadie se sintió aludido, incluso
los amonestados rieron , y aceptaron la amonestación y su culpa, y nadie se resintió
con sus palabras, pero, por el contrario hubo algo de alivio y relax en la Logia
y se sintió de inmediato en las Columnas. Notamos este buen ambiente en el
Taller y los hermanos visitantes a menudo se sorprendieron por la armónica bonhomía que reinaba dentro y fuera de esa
Logia.
La expresión ¡ Viva, viva y siempre
viva! No duran por siempre en Logias. Porque
los momentos de felicidad nunca duran mucho...
Un día fue elegido un nuevo Venerable, más presuntuoso, un pedante , y un tipo más que tempestuoso, pensó que era inútil prescindir
de los servicios inteligentes de nuestro
Hermano Masón Lubricador , teniendo en cuenta que el Nuevo Venerable de la Logia no tenía la edad
suficiente para dirigir la Logia a los caminos de la Luz, quizá tenía la edad simbólica
, pero no la edad de madurez masónica, y
sucedió lo que tenía a suceder ... El
Masón Lubricador fue obligado tácitamente a pedir su Carta de Quite, y fue a
otra Logia masónica de su amistad. Lo primero de todo lo que el Nuevo Venerable
efectuó fue un reclutamiento enfocado a
iniciar a personas afines a su modo de pensar, todo en una idea más bien de carácter
profesional de su gremio , y era la de
cero tolerancia a lo que él consideraba a su pensar particular era masónicamente
incorrecto, pronto la armonía antes reinante quedó bloqueada en las Columnas, pronto el rumor de
la incompetencia del nuevo Venerable asumió el control de la logia, con su gestión
la mediocridad reino , el Nuevo Venerable queriendo ser tan severo y rígido
solamente trajo descontento , lo que antes era un lugar armonía pasó a ser
una prisión; ahora muy pocos asisten a las Tenidas, ni hermanos del cuadro ni
visitadores , y los que asisten lo hacen con sus caras alargadas de tedio, ya menos
Hermanos participaron en el Ágapes, todo con prisa por abandonar el lugar. Sin
mencionar las elecciones, donde los pocos Hermanos afines del Venerable se han reunido
en un restaurante para establecer la
lista de candidatos favorables al Venerable, ¡lo cual acentuaba las disensiones
arbitrarias en la Logia ...! y ¡Lo que iba a pasar sucedió ...!
¡Llegaron las renuncias y quejas al Venerable, pero quedó electo el Venerable
afín al anterior...! La logia tomó un mal camino, hasta el punto de ver una
escisión en ella, el trabajo convirtiéndose más en un encuentro de trabajo
profano que en trabajo masónico, los nuevos iniciados eran afines al Venerable,
eran incluso afines a su profesión en el mundo profano ,y todo terminó aburriendo incluso a los Hermanos más tolerantes. ¡La Logia
todavía existe, pero ha perdido su vigor y fuerza ...!
Hay una moraleja en este cuento :
incluso los reyes tiránicos más poderosos escucharon los consejos y
advertencias de los bufones, (que eran hombres que lubricaban las tensiones ) porque
tenían la sabiduría para comprender que desde lo alto de un trono no se ve
todo, y que una persona humilde, sabia y graciosa puede ser de muy buena. ayuda al escuchar al
pueblo...! ¡En todas las logias del
mundo debe haber alguien que conecte al pueblo masónico con sus dirigentes y
estos son los masones lubricadores!
Alcoseri