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General: El Cuento de la Columna del Septentrión
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De: Alcoseri  (Mensaje original) Enviado: 25/05/2018 22:24

El Cuento de la Columna del  Septentrión  

Para no romper con la costumbre de que todos los cuentos comiencen con la fórmula casi ritualista, “Había una vez”, así Había una vez   en una Logia, un hermano masón cuyo nombre era Rolando Granito que recordaba su iniciación y de  cuán ingenuo era en aquella época, pero no en el sentido que eso significaría habitualmente, como alguien tonto  o torpe, no, no eran esas las palabras para definir como se sentía durante la iniciación y tenidas posteriores, no, pero si  en el sentido de  su inocencia  y que en su modo de pensar estaba abierto a las ideas más crédulas. Luego después de iniciado el de haber leído  todo lo relacionado con la historia masónica, su deseo había sido llevar a cabo algo que lo igualara o incluso superara  a los ilustres masones del pasado,  masones que durante mucho tiempo le habían dado a la masonería sus credenciales de grandeza  y habían  construido lo que es más bello en la masonería, ese regalo de uno mismo como masón para los demás. Tan lleno de lecturas edificantes el Francmasón Rolando Granito, y así recordaba cómo era que había dado el paso tocando a las puertas del Templo.

El Hermano Rolando Granito así recordaba que siendo recién  Iniciado y estaba sentado en la columna del Septentrión,  y como era que observaba este para él nuevo mundo con atención; como tenía que callar, permanecía en silencio, pues según los reglamentos internos de su Logia debería estar callado, y no preguntar nada , sólo observar para aprender , así todo en silencio , excepto que su cerebro trabajaba a toda velocidad, comparando, analizando, buscando claves que le dieran Luz en las palabras de sus nuevos Hermanos,  analizaba la médula sustantiva de sus actos y gestos, y más atento estaba de la concordancia entre sus  palabras y hechos. El hecho de no decir nada en Logia no significaba que no analizaba , pensaba y ponderaba,  así que reunió todo lo que le pareció útil para su florecimiento, todo lo que lo pondría en el camino de la Cúspide Masónica,  pero no muy pronto aprendió a separar lo útil y de lo inútil, y de ahí va este cuento, pero sigamos. Su sueño era convertirse en el Masón de su época, como se dicen en el Argot Masónico, convertirse  en el Masón de la Era, tenía  esa esperanza,  tenía esa Meta fija,  convertirse , como aquellos que habían traído a la Humanidad la Gran Luz. Así alguna vez en logia escuchó  a un hermano decir: “Solamente el masón que se fija una Meta es el capaz de alcanzarla”

 

Un día, Rolando Granito recordando, le llegó la anécdota de   que  llegó temprano a Logia  en compañía del Maestro de Ceremonias,  y tomando muy en serio de conocer las herramientas del ritual, se puso a ayudar colocando las herramientas  y demás arreos  en el lugar correcto, preguntando al Maestro de Ceremonias mil cosas , pero sin una respuesta satisfactoria para Rolando Granito de parte del Maestro de Ceremonias, y se preguntó para sí, pero ¿Qué pasa si no se aplaca mi sed de aprendizaje? Entonces Rolando Granito  siendo aprendiz con mil preguntas se vuelve a sí mismo, y lo mejor que pudo, tratando  de entender el porqué de las evasivas de todos los masones de su logia a darle respuestas, a sus inquietudes tempranas, seguro respuestas que siendo aprendiz de masón no entendería. Tenía el hambre de saber de quien desea aprender, porque instintivamente sabía que la Masonería es rica, muy rica en valores morales y espirituales. Si la fe levanta las montañas, la esperanza en la Masonería facilitaría  el trabajar su propia Piedra Bruta, así recordaba el Francmasón Rolando Granito de cuando era aprendiz , y en su meditación a solas sonería.

 

Así que con el tiempo, su Piedra comenzó a tomar forma y esto a pesar de la torpeza de la juventud, pero como él dijo: es el trabajo y el estudio los únicos que recompensan.

 

Recordaba una ocasión  en particular el hermano Rolando Granito que cuando  estaba lleno del vigor de un  aprendiz de masón cuando dos frases de Hermanos llegaron a sacudir su certeza. El primero le dijo esto: "¡En Logia no confíes en nadie, ten cuidado con todos!"  y luego cuando, en el segundo, fue aún más categórico: "¡No trates de confiar tanto de tus hermanos  masones, tendrás desilusiones! Desorientado por estas recomendaciones, tan lejos de la Hermandad, al menos de la que el aguardaba fervientemente le diera algo bueno, comenzó a reconsiderar su presencia en la Logia. Rolando Granito se preguntó entonces como era que la Masonería había dado a la humanidad tan grandes hombres, si en las logias había tantas bajezas y ruindad. Esta confusión duró el tiempo justo para escuchar a otro hermano decirle: " mi joven hermano aprendiz, uno también se inicia en la desilusión y el error, aprende a discernir entre aquellos que estando en Logia aún permanecen atrapados por el mundo de afuera , todo  a pesar de que porten lujosos y caros mandiles no son realmente  masones,  mientras otros que iniciaron con mil defectos , pero caminaron firmes  hacia el ideal masónico y lograron al fin sacudirse del polvo mundano de afuera y ahora son excelentes masones, hay piedras que nunca servirán, porque son inutilizables para el arquitecto, así es la vida, aprende a ver con el corazón y no con tus pasiones fantasiosas y al hacerlo desde tu consciencia objetiva  no te decepcionarás porque sería una pena para la Logia que desde el principio llegues a dudar de la finalidad de tu iniciación, por último, hermano Rolando Granito, ¡Jamás  portes el Mandil por costumbre, sino por consciencia e incluso cuando te ciñas el mandil debes evocar el sentir la necesidad de ser siempre mejor! "

 

Nuestro hermano Rolando Granito recordaba cuan perplejo se sentía , pero siempre deseoso de reflexionar, ahora escucharía educadamente las palabras de algunos hermanos, pero sin permitir que esas palabras invadieran y destruyeran su idea de lo que era la Masonería, porque quería creer que la Masonería era mucho más elevada que los discursos acalorados y tendenciosos de algunos masones.

 

Así,  el francmasón Rolando Granito volvió en reflexión al pasado en busca de certezas para cimentar su presencia firme  en Logia, primero en la dirección de los constructores de catedrales, y luego se interesó en los masones cuya historia ha mantenido gloriosos los hechos y los gestos heroicos de tantas naciones; para él como Maestro masón con una Cátedra en Logia de más de 20 años todo este mundo sería de aprendizaje, aprendiendo incluso del más ignorante como del más soberbio , su guía y su razón de ser serían su consciencia , para que por su conducta merezca el respeto de los ilustres masones  predecesores.  Rolando Granito se dice a sí mismo que es en el esfuerzo que uno mismo impone al cortar y pulir   a su Piedra y entendiendo que  jamás nadie vendrá a pulirla por ti...

 

Fue una lección que guió su vida masónica, aprendió que uno debe juzgar por uno mismo y no por el lente deformado de los otros aún si fueran bueno o malos masones, que debía limpiar antes el lente de su percepción, y que tenía que confiar más en los actos y no en las palabras de sus hermanos masones. Fue su primera lección de aprendiz para él: seguir su camino sin ceder a las opiniones de los demás, siempre sin dejar de ser él mismo.

Y como dice la misma Biblia o Libro de la Ley: Y ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido

1 Corintios 13:12-

Se preguntarán todos  si el francmasón Rolando Granito  alcanzó su meta , bueno aún está en ello, él como otros tantos  masones están , en alcanzar a ser para su época , El Masón de la Era, pero este puesto es solamente para muy pocos masones.

Alcoseri  



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