Conociendo Personalmente a la
Masonería.
La Masonería es evasiva, escondidiza
y tendenciosa a ocultarse aun de los suyos; bien puedes ir a una Logia y no encontrarle, estar años y años
en la Cátedra masónica y jamás toparte con ella y solamente escuchar de ella
por terceras personas, leer de lo que hizo la Masonería en Libros de
historia o en revistas, saber de ella
por algún buen video o bien saber de ella en foros masónicos de internet; pero
nunca estar frente a frente y cara a cara con ella. Hasta que un buen día y sin más estar frente
a ella y conocerla tal cual es; y así, una vez que la conoces personalmente
nadie podrá jamás engañarte de cómo es realmente.
Así, una tarde ya casi eran las 10:00
P. M. cuando estaba relajadamente sentado en una de esas mesas circulares del salón
de actos de la Gran Logia Masónica de la que soy miembro, leía a profundidad
sobre un tema expuesto en Logia, del que me interesaba entender perfectamente,
el tema era sobre el Egregor Masónico; de pronto me di cuenta que había ya pocos
masones en aquel salón de actos #2.
De alguna forma me metí tanto al tema
del Egregor Masónico que logra sintonizarme con ese Algo Masónico llamado
Egregor, lo sentí en la piel, lo sentí latir dentro de mí, la atmosfera que me
rodaba comenzó a electrizarse de tal manera que aquel salón de actos pareció
ser más grande y luminoso; era claro había entrado a esa dimensión paralela
masónica; pero así como apareció ese estado de luminiscencia se esfumó, o
aparentemente se había esfumado.
Había pasado el tiempo rápidamente y
fue cuando consulté la hora en mi reloj eran justo las 11:30 P. M. ya solamente estaba yo en aquel Salón de
actos de la Gran Logia, solamente escuchaba el bullicio del Lobby de la Logia,
eran hermanos que conversaban algunos despidiéndose y otros más pensé tomarían el
Salón de Actos para efectuar sus Ágapes Masónicos; así que esperaba el arribo
de ellos al Salón, o quizá pensé irán al Salón #1.
En esto estaba cuando sin que yo me
diera cuenta a lado mío había una mujer, una mujer vestida con un vestido negro
, estampado con flores color rosa , no logré distinguir que tipo de flores eran
, eran flores con hojas verdes lo recuerdo, el peinado de la mujer era como de
salón de estética, el color del cabello era castaño claro , ah y el vestido
recuerdo llegaba a las rodillas , si justo a las rodillas , la vi desde cierta
distancia , mientras se aproximaba a mí, inmediatamente algo me dijo que algo no
andaba dentro de lo normal, pero que aquello que vivenciaba no era algo malo;
mi mente trabajó rápidamente pues la mirada de la Mujer que no pasaba de los 30
años no era precisamente una mirada común, era como de estar fascinada con
algo, pero no conmigo; ah y la sonrisa de la mujer era dulce , y así la mirada
junto a la sonrisa hacían un conjunto que jamás en mis más de 50 años había visto
antes, o quizá si en mi madre de cuando yo era un pequeño niño, pero incluso a
la mirada y sonrisa de mi madre aquella mujer superaba. En eso se sienta esa
mujer a mi lado y me dice hola, pero con un hola muy familiar, como si me conociera,
jamás dijo mi nombre; y yo pensé y quién
es esta mujer , y como si leyera mis pensamientos mi dijo textualmente : que no
me reconoces soy La Masonería. Debo admitir que cuando dijo su nombre algo pasó
, no recuerdo pero como que sentí hubo un lapso de tiempo perdido, lo evidencie
porque ya había personas en el salón de actos; los vi moverse con el rabillo de
ojo, cuando antes no estaba y los escuchaba conversar. Y aquella mujer con piel
muy blanca que dijo llamarse Masonería me miraba fijamente creo sin parpadear,
sus gestos faciales eran de fascinación y de dulzura a la vez; no logré bien
saber de qué color eran sus ojos creo eran color miel con tonos verdes. A mi estómago
comencé a sentir como con esa carga de adrenalina revoloteando y pronto sentí mis
músculos con esa misma carga de adrenalina, como con esa liviandad característica
cuando esto pasa, pues sabia ya que en enfrentaba cara a cara a otra Realidad.
En eso paso un hermano masón y se
aproxima a saludarme yo me pongo de pie , y le saludo, este hermano jamás hizo
un gesto por saludar a la mujer sentada a lado mío, y esto fue extraño ya que
este hermano masón es muy atento y caballeroso y jamás dejaría de saludar a alguien a lado mío.
Me siento de nuevo , y fue cuando ella me dice
, se aproxima y me dice sólo tú puedes verme ,a su proximidad detecto en esa
mujer un dulce olor a rosas. Luego de esto le pregunte discretamente al hermano
que me saludo aquella noche si había visto a la mujer a lado mío, y con una mirada
de extrañeza me dijo que no, que no la había visto, luego detecté que no quería
hablar del tema, y lo dejamos.
Volviendo al tema de la Mujer llamado
Masonería, ella seguía ahí sentada a
lado mío, fije mi vista ya no en su ojos , sino en otro punto en la pared, y
con el rabillo del ojo la seguía observando, y estaba ahí moviéndose como acomodándose
en la silla, hacia los movimientos con pausada
elegancia, traía un bolso de mujer algo extraño más bien parecía una pequeña
caja con una correa de color café la cual puso sobre aquella mesa circular.
En eso volteó a verla de nuevo y ella
sonríe , pero no con una sonrisa coqueta de una mujer , sino con una sonrisa
infantil y un gesto como de estar a gusto compartiendo un tiempo conmigo, de
esto que relató hoy sucedió hace aproximadamente 4 años. A esto pensé invitarla
a tomar algo a la Cafetería que en aquel entonces recuerdo la cafetería no está
donde está ahora dentro del cuerpo del Edificio de la gran Logia sino , en lo que
ahora es el estacionamiento; pero no lo hice y mejor fue que le pregunté del
porqué quiso contactarme y me contestó esto:
tu abriste la puerta para que yo me manifestará ante ti , no tengo más
que explicarte, sólo que permite que lo mío hoy fluya a ti.
Mi mente proceso esto, sin duda es
que se materializó el egregor masónico
en una forma para mi entendible , eso pensé eso pensé en ese momento, tal vez
los fluidos del ectoplasma del egregor tomaron forma de mujer. Pero como si leyera
esa mujer llamado Masonería mis pensamientos, me dijo , no , no esto no es tan
así como lo piensas de que soy un producto de tu mente, y añadió la mujer soy
real, soy la Masonería.
Y cuando dijo esto la Mujer que se decía
llamar o ser la masonería encarnada recordé algo que incluso hace años escribí – La Masonería
parece tener vida , pensar , ser , ser un ente vivo , si la Masonería posee
vida propia, y ella como leyendo mis pensamientos me dice exacto , eso es más
aproximado a mi realidad ; me sentí relajado
al saber que podía esa mujer leer mi mente así no parecería que hablaba solo
como un loco.
Miro de nuevo la mujer a los ojos , y
en sus ojos no se percibían esas marcas de dolor que todos los humanos tenemos ;
y eso resultó para mi sorprendente , y luego pensé , si , si todos los masones
y las masonas de alguna u otra manera
somos la Masonería.
Así de forma repentina y tajante, la
Mujer que me dice llamarse masonería , me dice mientras se ponía de pie que se retiraba, yo me pude de pie también y se despide estrechándome
mi mano , yo le digo fue un placer , ella sonríe y me dice no será la última
vez que nos vemos, y en un gesto para mi muy rápido sale casi corriendo del
salón apenas
y pude percibir alejándose , yo curioso salí tras ella con esa duda de que todo
fuera una ficción , pero no pude verla , Salí a la calle y nada no había rastros
de ella , caminado alejándose del lugar, aproxime mi mando a la nariz como
pensando mi mano olería a la fragancia de rosas y no , mi mano no olía a rosas.
Regresé de nuevo al salón de actos a
recoger algunos de los papeles y demás cosas mías que estuvieran sobre la mesa
, la silla mía estaba retirada de la mesa , mientras que la silla donde se había
sentado la mujer momentos antes estaba pegada a la mesa , y no estaba tibia ,
como si no hubiera sido usada escasos minutos o segundos antes.
¿Qué puedo pensar de todo esto
sucedido? Bien , es claro que a veces en el transcurso
de la vida cruzamos a otra dimensión paralela.
Ahora hago el esfuerzo por recordar
cómo era ella y le describo: no era muy alta 1.70 metros de altura , delgada ,
blanca, ojos miel, usaba sandalias color café , era bella , pero no
exageradamente bella, no usaba maquillaje, como les dije usaba un vestido negro
con flores pequeñas color rosa, su porte era elegante pero sencillo , el tamaño
de sus ojos era un poco más grande de lo normal , su boca sin pintar, siempre sonreía
, su bolso de mujer era una caja más bien , con una correa , su vestido no tenía
mangas , no usaba anillos ni collares , creo le vi unos pequeños aretes; algo
curioso era que inmediatamente sus facciones no las podía recordar a la
perfección, era como si algo me las quisiera borrar de la mente , pero si la volvería
a ver la reconocería, ya que tenía su dulce personalidad muy marcada. Y como les dije tenía el cabello muy bien
cuidado de color miel o castaño claro, hablaba con un acento muy normal, un acento de un castellano educado de esos
que no se identifican al momento de que región del mundo es.
En realidad , me dan vueltas la
cabeza pensando y pensando de esto desde entonces, cuando le conté de esto a mi esposa, pensé dudaría
de lo que vi, pero ella , me creyó inmediatamente. Incluso he pensado que esa mujer fue eso una mujer normal, si una hija de un hermano masón o una francmasona , o
bien una ajefista, que me lee por
internet en los foros , me vio como a alguien familiar porque ha visto
alguno de mis videos o me ha leído y simplemente conversó conmigo con
familiaridad , incluso leería de que todos los masones somos masonería y ella
una mujer con inteligencia y habilidad optó por escenificarlo al verme en ese momento
en el salón de actos de la Gran Logia, quizá igual cuando yo la buscaba afuera
del templo al tratar de seguirla ella subió por a las escaleras hacia los siguientes
pisos, no lo sé , o era ya de noche y las lámparas de la calle poco alumbran y
yo no la vi por la penumbra alejarse quizá
para subir rápido a su coche.
Bueno usted tiene la última
conclusión a mi relato de hoy
Alcoseri