La primera finalidad del programa masónico; es enseñar a sus miembros
la concentración de la atención y del pensamiento; porque para poder
el hombre aproximarse a sí mismo debe, por medio de repetidos
ejercicios, aprender a fijar su atención, y dejar de estar disperso en
mil cosas, atender a una sola idea y mantenerlo fijo en ella, sin
permitirse desviarse o divagar, como es la costumbre de los profanos.
Naturalmente que sí el masón, de primera intención, se dedicara a
someterse a la concentración del pensamiento, sin una preparación
adecuada fracasaría. Primeramente es de capital importancia que el
masón conozca el poder del pensamiento, y que también aprenda a
desarrollar la facultad de concentración y, sobre todo, que tenga
confianza, y una fe indestructible en este poder que posee. Para
lograr este objetivo, incluso para multiplicar este extraordinario
poder, que más de un solo masón estén sintonizados solamente en una
frecuencia; pues entre más mentes estén unidas el poder se incrementa.
Debemos los masones comprometernos en lo individual a estudiar sobre
la concentración del pensamiento en cualquier libro o en algún sitio
de Internet de los que tratan de este tema, y practicar estos
ejercicios sin interrupción. En cada reunión en Logia o Tenida, deben
informar de las dificultades que tuvieron en sus respectivas prácticas
y de los resultados obtenidos. En vista de estos informes se insistirá
en los ejercicios, y tratara de ver en que sé esta fallando, usted ira
descubriéndose y conociéndose a usted mismo, conocerá sus limitaciones
y posibilidades. Y en ayuda mutua se obtendrán mejores resultados,
pues la masonería se basa en estrecha colaboración y no en logros
individuales. También deben los masones comprender que a medida que
observen cómo disciplinan su mente por medio de los ejercicios de
atención a voluntad, podrán constatar que sus facultades y aptitudes
para el Trabajo Interno, un mejor desempeño en la vida diaria,
cualquiera que este fuere, se mejorarán, se centuplicaran. Cuando ya
los masones aprendan el arte de la Atención y la concentración, cuando
hayan progresado en el domino de Sí mismos y de la mente, entonces
estarán aptos para iniciar los verdaderos trabajos de que trata da
Masonería. Los trabajos de la Masonería tienen por esencial objeto la
ayuda mutua y el bienestar de la Humanidad toda. De la ayuda en el
campo espiritual se encargara el Gran Arquitecto del Universo “Dios”.
Después de cada Tenida, como es costumbre los masones nos reunimos con
amenidad a intercambiar experiencias, durante este lapso de tiempo,
podemos dedicarlo a intercambiar ideas referentes por ejemplo: a todos
los pensamientos ajenos que nos asaltan; cuando pretendemos fijar con
atención la mente, y que se podría hacer para evitar el despilfarro de
energía. Es inútil adentrarse en los aspectos más esotéricos y ocultos
de la Masonería cuando él o los miembros que pretenden estos
gradientes; no se han ejercitado antes, en las prácticas de la
concentración de la mente, los estados de presencia de Sí, o estar la
práctica de la alerta atención, concretamente en estar atentos a sí
mismos. Todo culto, meditación, concentración, en la mística masónica
se llama Acto. Los virtuosos hombres y mujeres que llegan y han de
seguirnos en el decurso de la Vida Masónica, deben entender que a Dios
“El Gran Arquitecto del Universo” no se trata en simples palabras,
sino en manos activas, corazones amorosos y en cerebros vivos; porque
el pensamiento es un Acto o mejor dicho, es el alma de toda Acción.
Así, solamente por medio del Acto puedes vivir lo Divino; es decir,
convertirte en la misma Vida. Fíjate bien: Sólo tus Actos son capaces
de ponerte en contacto con la Vida Eterna que eres tú mismo. Sólo la
Vida es Real cuando tu eres, cuando actúas eres Vida inabarcable y
potente. Cuando permaneces inactivo, eres muerto, sin nada de vida. Y
cuando piensas en Luz, te conviertes en Luz, porque estás en el Acto;
los pensamientos de los demás son vida ajena y nunca puedes incluirla
en la tuya; te pueden despertar por un momento, pero nunca te harán
vivir si no estimulas tú mismo tu propia función pensante, porque
solamente una idea surgida de tus pensamientos te dará vida. Para que
tus actos y pensamientos sean eficaces, tu mente debe tener como
sustento y guía a tu consciencia, a tu Fe inquebrantable a tu poder y
a tus metas sin límites, que son el sustento de tu Ser. Los
pensamientos que deben anclarse en todo masón son: YO Confío y YO
Puedo, y los pensamientos que jamás deben tener los masones son: Temor
y Odio. El pensamiento tiene una propiedad: la de atraer a nosotros lo
que pensamos, un pensamiento engendra afinidades o semejanzas a sí
mismo, si somos débiles podemos ser arrastrados por los pensamientos
ajenos, por ello debemos tener mucho cuidado. De manera que la mente
que emite pensamientos de fortaleza, de optimismo, de voluntad, se ve
enriquecida con aquellos resultados similares, un poder que surge en
resonancia de las mentes de los demás masones que piensan igual y
fortalecen los nuestros; así los cerebros que forjan pensamientos de
desanimo, de angustia, de odio, hace que aumenten con temor, la
angustia y el negativismo que se suscita en la mente de los demás
seres humanos sombríos. Los masones no debemos olvidar, este Secreto,
y haz de tus pensamientos una fuente inagotable de riqueza, de poder,
de felicidad para ti mismo y para los demás, y nunca permitas que esa
fuerza creadora que emana precisamente del Gran Arquitecto del
Universo, sea manchada de odios que empobrezca o lesione el buen
patrimonio y providencia a que la humanidad toda tiene derecho.
También debes saber que la mente no debe divagar en miles de
preocupaciones; su fuerza creativa se pierde si se impresiona
simultáneamente con diversas ideas a la vez; transcurre la mente en
una constante y perniciosa charla interna, sin propósito. Si te
esfuerzas en hacer que la mente abandone su vorágine habitual y medite
concentrada en cada idea con detenimiento, observarás que tu poder
mental aumenta, se centuplica, y que tus aptitudes todas se
desarrollarán sin limitaciones, puesto que, no hay mayor desperdicio
de energía que mantenernos es esa charla interna, obsérvate a ti mismo
ahora, y constata cuantos vanos pensamientos te asaltan mientras lees
este comunicado. Tu hermana ó hermano eres esa Gran Luz, pero si en la
dura tarea de la vida diaria, acaso necesitas solicitar ayuda, apoyo o
gracia de un guía; sabe que, para contactarlo, es necesario: un deseo
ardiente y firme de lograrlo; debes estar consciente que tienes un
derecho divino perfectamente establecido para pretenderlo, y ten una
absoluta convicción de que te será concedido. Pero si careces de estas
convicciones, es mejor que te abstengas, y recuerda que el mejor
maestro externo, es el que te lleva a contactar con el Maestro
Interno.
http://groups.google.com/group/secreto-masonico/browse_thread/thread/...
Vicente Alcoseri
ADMINISTRADOR DE ESTA COMUNIDAD SECRETO MASÓNICO
Mensaje enviado el 7 nov 2008
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