Cómo lograr la plenitud.
Juventino Arreola era un joven recto y sincero que buscaba el
camino de la felicidad y de la verdad. Un día fue a buscar a un venerable
maestro masón, a quien le habían asegurado que podía decirle cómo llegar a la
Felicidad plena. Juventino llegó a la oficina del Maestro masón este saludó
amablemente y, después de presentarse y tomar una taza de café con pan, le
reveló el Joven Juventino el propósito de entrevista: A esto el maestro masón
llamado Kadyr a sorpresa de Juventino le explicó que la felicidad era un lugar
y agregó: "Está lejos de aquí, sin duda, pero puedes equivocarte en el
camino, utiliza el instinto de tu corazón
para no equivocarte pues hay muchas Felicidades pero solamente una es la auténtica
Villa de la Felicidad.
El pueblo que te describiré es la
verdadera Felicidad, encontrarás ahí tres Logias en ese pueblo, pues los
pueblos que no son la verdadera Villa de
la Felicidad solamente tienen o cuentan con una sola Logia Masónica o a veces
dos. Luego que visites la Tercera Logia Masónica se te serás revelado el secreto de la plenitud , felicidad
y la verdad. El camino era largo mi amigo Juventino.
El buscador de la Felicidad salió en
busca de la Felicidad , algo perplejo por haberle dicho aquel masón que la
Felicidad era un lugar físico o punto geográfico , y no un estado de ánimo, Juventino pasó mucho tiempo rondando por los
caminos , ciudades , poblados y villas , peguntando por el Pueblo de la Felicidad
, muchos se reían de él.
Así hasta que llega a un pueblo cuyo corazón intuitivamente le dice: "¡Este es el lugar! ¡Sí, está
ahí! ". Y efectivamente en ese poblado había Tres Grandes Logias Masónicas
y en cada una de ellas encontró como artículos básicos de carpintería: encontró rollos
de alambre en una, piezas de madera en la otra y piezas de metal dispersas en
la tercera Logia.
Cansado y desanimado, salió de la
aldea para buscar algo de descanso en un campo cercano. La noche acababa de
caer, la luna llenó el claro del campo con una luz suave, cuando de repente se
escuchó una melodía sublime. ¿De qué instrumento musical será este de tan bella
melodía? Se preguntó Juventino. Se puso de pie y caminó hacia el músico, y,
sorprendido, descubrió que el instrumento sublime era una guitarra hecha de piezas de
madera, metal y alambre de acero que justo aquellas que acababa de ver en
aquellas logias masónicas que supuso eran de alguna cofradía de carpinteros
fabricantes de instrumentos musicales, pero luego pensó serian logias masónicas
de músicos también.
En ese justo momento, él conoció la
iluminación, de pronto lo comprendió todo. Comprendió que la verdad, felicidad
y la plenitud son la síntesis de todo lo que ya se nos ha dado, y que nuestra
tarea es reunir todos estos elementos en armonía, pues de otro modo no saldrían
las melodías, para Juventino esto fue revelador , las piezas por separado no
eran lo adecuado , sino vez unidas y armadas lo eran todo, y esta idea la podía
aplicar a cualquier aspecto de su vida para encontrar la felicidad, era algo
tan obvio pero que Juventino jamás había ponderado. Alcoseri