El Maravilloso Mágico Elixir Masónico
Le preguntaron unos aprendices de
masón a un Maestro Masón llamado Ricardo
Arenas en Logia:
-¿Cómo es posible comprender las
enseñanzas de los masones que comentan en las redes sociales de la internet
masónica, siendo que gran parte de sus comentarios que exponen son paradójicos
unas veces son excelentes comentarios, pero a menudo muy comunes y en ocasiones hasta vulgares y corrientes?
A esto el Maestro Francmasón les contestó:
-Las normas masónicas generales son eclécticas,
los malos enfoques y puntos de vista hipotéticos claro que obstaculizan la
comprensión de lo que es verdaderamente la Masonería, con la misma frecuencia con que podrían ayudar
a comprender lo qué es Masonería de lo que No es Masonería, en mucho depende
del criterio de cada uno y de su destreza para bien comprender, desechado lo
malo y tomando lo bueno, pero al mismo tiempo aprendiendo de tanto lo bueno
como lo malo. Les contaré mi propia experiencia, pues siempre resultan más instructivos
los testimonios de lo que se ha experimentado vivencialmente.
Y el Maestro Masón les contó lo
siguiente a los aprendices de Masón:
«Siendo yo aprendiz de Masón, un día
al igual que lo hacen ustedes conmigo abordé a un Maestro Masón llamado Mario Guijarro Pulido
que me pareció de buenos criterios y le expuse lo siguiente: ‘No consigo
conducirme como un buen masón , soy más
como alguien dominado por las más bajas pasiones; ayúdame a ser un buen masón’.
Él asintió con una inclinación de cabeza, y dijo observa todo lo que él hiciera
y escuchara todo lo que dijera, y yo le
puse atención por más de unos meses , atento a todo lo que él hacía y decía,
aguardando siempre a sus sublimes enseñanzas. Al cabo de un tiempo acudí a otro
Venerable Maestro masón de otra Logia
Masónica llamado francmasón Pablo Rocas y le pregunté cómo podría ser mejor
masón, y le expuse que el maestro masón Mario Guijarro Pulido al que yo acudí
anteriormente no le comprendía nada , ya que hacía a mi juicio cosas buenas y cosas muy dudosas .
«El Francmasón Pablo Rocas de esa
otra Logia Masónica me comentó: ‘Lo que buscas mi hermano masón Ricardo Arenas es el fabuloso elixir masónico; yo te daré
uno, toma este elixir líquido sinsabor e incoloro y vuelca su contendido en la copa de vino del maestro masón de tu
Logia Mario Guijarro Pulido, hazlo en el brindis del solsticio de invierno del próximo
ágape Masónico. Al mismo tiempo estate
atento, cerciórate de escuchar todo lo que te diga y hacer cuanto te diga, sin tú
esforzarte en lo más mínimo en ver si lo que dice es correcto o incorrecto, no
le juzgues de momento, no revuelvas tu contenido mental con las ideas del Maestro Masón Mario Guijarro, abstente
por tratar de ver significados en sus actos o palabras, ni trates de inducirlo a sostener
conversaciones que tú quieres, solamente limítate a escucharle.
«Hice lo que me dijo El Francmasón
Pablo Rocas y durante aquel Ágape Masónico le puse sin que se diera cuenta ese elixir
en la copa de vino al Maestro Mario
Guijarro, y sorprendente fue que descubrí
que lograba percepciones y comprensión al escucharle conversar en ese evento
masónico, y en las tenidas subsecuentes ya entendía por fin lo que el Maestro Masón Mario Guijarro
comentaba. Volví a la Logia de aquel sabio Maestro Masón Pablo Rocas y le comenté:
¡Bendito seas mi hermano! No hay duda de que el elixir surte efecto, pues estoy
progresando y puedo entender cosas masónicas que explica el Maestro Masón Mario
Guijarro cosas que antes me eran imposibles de entender’.
«El Maestro masón de aquella Logia
llamado Pablo Rocas me pregunto: «¿Y para eso has venido?»
«Respondí: ‘Para darte las gracias , mis saludos fraternales y también he venido a
buscar un poco más de ese maravilloso elixir masónico mágico, pues le quiero
dar a todos los masones con los que me tope para poder comprenderles’.
«En el acto sonrió y me dijo: Ahora
puedes dejar de administrarle a tu maestro masón y a los demás de tus hermanos esas
gotas de agua (el elixir masónico maravilloso) si hermano , todo era agua de
grifo , simple agua común y corriente , y por lo tanto debes continuar con la
conducta especial que te he prescrito, de escuchar y observar sin meter las
idas absurdas que están en tu cabeza».
Alcoseri