Un Secreto Masónico por Pocos conocido. Nuestro mundo como todos lo saben, desde hace ya años, es cada vez más terrorífico y peligroso y mi sociedad secreta de libre pensantes ha tenido que pensar, junto con otra sociedad incluso más secreta que nosotros en pensar, y vaya la redundancia en eso de pensar, bueno ideo en preparar un refugio inexpugnable, y ahí más que todo resguardar muchas de nuestros pensamientos, quizá los más importantes, pero ya antes hicimos eso, en dos columnas huecas de bronce, metimos algunos documentos, que luego Moisés el Egipcio rescató, no sin mucha dificultad. Tenemos todavía para rato guerras, invasiones y sublevaciones, y nadie puede considerarse ya seguro. Quien reflexiona y no tiene la intención de dejarse morir de hambre o de dejarse degollar, se prepara con tiempo, y eso es lo que los masones hemos hecho. Nos hemos dedicado a construir por años, en la costa norte de Tamaulipas no muy lejos de la río Bravo, una área muy apropiada para lo que deseamos, ya antes de ser masón me habían contado de ella, otros amigos, pensé para mi, en aquel tiempo que locura, eso de los platillos volantes, si esos ovnis, y esa área estaba resguardada por sus extraños tripulantes. Esos buenos obreros ahora lo sé, trabajaron para hacerla habitable y defendible, y justo ahora están ocupados en esa área, son terrícolas como nosotros que decidieron hacer su propia civilización aparte, pero que simpatizan con los masones desde siempre, incluso para aun sorpresa mía nos ven como sus superiores incluso. Se halla a gran profundidad en una especie de subterráneo en el que se ha hecho disponer tres niveles: en caso de peligro el área se convierte, en minutos, en total mente hermética, con todos ahí dentro. Se ha hecho construir, en la profundidad, una capsula revestida de granito, pero acorazada interiormente con planchas de plomo, lo mismo que bajo el techo y bajo del subterráneo. Más arriba, entre capas, dos habitáculos para la gente de servicio. El área tiene un profundo subterráneo, dividido en numerosas estancias y en donde se podrá habitar cómodamente en caso de necesidad. Hay, además, un sótano vastísimo para las provisiones y los medicamentos. Se ha hecho construir instalaciones que me aseguren la absoluta independencia del resto de los hombres: tres cisternas para agua pura que se recicla por carbón activado, una poderosa central eléctrica, una estación de radiocomunicación, una cámara frigorífica y un gigantesco depósito de combustible de Tritio (ya lleno). Dentro del Bunker ya se halla colocada una biblioteca de cerca de veinte mil volúmenes, muchos rescatados de la antiquísima Biblioteca de Alejandría, y otra que contiene las obras maestras de todas las literaturas, las mejores enciclopedias y los manuales de todas las ciencias. Se tiende después tres reproductores con millares de discos y una galería de representaciones en colores de las obras maestras del arte de todos los tiempos y países. Conectado vía satélite hay un telescopio instalado en una nave con una lente que puede servir para ver los confines del universo. Creo se ha pensado en todo. Apenas se produzcan cambios indeseables o movimientos amenazadores en el país, podremos refugiarnos a la fortaleza eremítica, donde no falta nada para vivir cómodamente, y allí esperar, sin peligro, el fin de la crisis. El lugar está muy bien elegido, porque me hallo cercano al golfo de México y en pocos segundos llegó a Veracruz o a Tampico. No tenemos ciudades cercanas, por fortuna, pero las tierras vecinas son ricas y pueden proporcionarme muchas de las cosas que se necesitan para un largo apartamiento. Llevaré conmigo unos treinta o cuarenta Hermanos masones, lo más selecto, Podré resistir así, aun sin recibir nada de fuera, lo menos 10 años. Se dice, que debajo del Aeropuerto de Denver hay algo igual o más sofisticado, así en otras más partes del mundo. Con las precauciones que he tomado no me espanta la soledad. Con Hermanos y hermanas francmasonas a mi lado, los libros, la música y la astronomía, el tiempo pasa pronto. Me extraña mucho que los grandes señores del mundo, que poseen tanto o más que Nosotros, un qué sé el Vaticano tiene un profundo Sótano, con las mismas intenciones, se dice son kilómetros de debajo, donde hay cosas inimaginables, piensen en habilitar refugios semejantes contra la mala fortuna y las convulsiones guerreras y revolucionarias. La ceguera de los hombres es inverosímil, espantosa. Nadie prevé y nadie se previene contra desastres que son, en la Humanidad alocada de nuestros días, no sólo probables, sino seguros y tal vez inminentes. El ejemplo de la primavera Árabe no ha abierto, sin embargo, los ojos a esos jefes de la plutocracia que se hallan más expuestos al peligro de ser fusilados y despojados. Los masones tal vez los únicos en todo el mundo que hayan pensado en prepararse un «buen retiro» para los días de tempestad: buen retiro que tiene algo de castillo feudal, de convento fortificado o de cueva de piratas, pero que es mucho más útil que esas suntuosas villas que los ricos poseen en el campo, al alcance de cualquier mano, como si quisiesen cultivar la envidia de los pobres y tentar falazmente ese instinto de saqueo que se halla en cada uno de nosotros. Y además de eso, el refugio subterráneo servirá también en tiempo de paz. De cuando en cuando, el masón desea de huir de la ciudad y hasta de los campos demasiado poblados. Haremos de anacoretas solitarios con todas las comodidades de la civilización. Y no hay mejor placer, en opinión mía, que sentirse en todo y por todo separado de la insoportable vida profana de los demasiado ignorantes de lo que pasa, en todo y por todo independiente de ellos y en un refugio bien protegido donde no puedan molestar ni ofender. Fraternalmente Vicente Alcoseri. https://groups.google.com/forum/#!forum/secreto-masonico
Fraternalmente Vicente Alcoseri
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