La visita de extraños seres invisibles.
Un día
cierto hombre decidió engañar al Mundo entero y con ello sacar ventajas económicas.
Este
hombre como tantos habitaba en una ciudad como tantas. Él hizo tornar su mirada en bondadosa, hablaba pausadamente, y portaba en su mano una
Biblia con portadas color llamativamente
Rojas, vestía con sencillez y de cuando en cuando frente a la gente daba algún donativo
a algún necesitado. Esto hizo que la gente lo mirara con agrado.
Después
de hacer todas estas insinuaciones , este hombre cuyo apellido era Pacolín, rentó una pequeña casa la cual
acondicionó como templo, hizo algunos folletos para invitar al tempo que
distribuyó por ese sector de esa ciudad, al tiempo, la gente se congregó y
cuando había suficiente gente él hacía oraciones e invocaciones.
Cuando la
gente impresionada le preguntaba qué estaba haciendo, Pacolín sólo respondía:
Estoy llamando a Dios, y abría la biblia
y mal recitaba algunos versículos. Esto impresionaba mucho a la gente.
La personalidad
de Pacolín era la de un buen actor nato, de modo que ganó rápidamente una
reputación de Santo. La Gente comenzó a visitar la pequeña casa hecha templo de
Pacolín, pronto fue tanta la gente que
alguien le presto una gran bodega la cual también acondicionaron como templo,
la gente se agolpaba por multitudes en ese templo, porque Pacolín tenía buenos
muy amigos que eran famosos cantantes de música regional del Norte de
México, y él los invitaba a los
servicios religiosos dominicales.
Después
de unos meses, la gente notó que Pacolín pasaba mucho tiempo en la oficina del
Templo, y la gente escuchaba extrañas voces conversar con Pacolín, la noticia
se extendió pronto por todo Monterrey y áreas circunvecinas.
Quien
escribe esto, conoció a Pacolín cuando fue Gerente regional de un Gran Banco
Mexicano, y que debido a la crisis económica de mediados de los 90´s este fue
despedido , claro que el apellido de este no era Pacolín , pero lo he cambiado
por otro, él en su momento fue gran amigo mío , luego me decía cuanto tiempo perdió
como funcionario Bancario, cuando ser pastor de una iglesia es más redituable,
me expresaba . Ahora ya tengo tiempo de
no verle , casualmente pasó por su
enorme templo religioso y recuerdo todo esto. Y recuerdo lo pillo que siempre fue.
Volviendo
al relato, así un día Pacolín visito a un hombre crédulo y le pidió un par sillas con rojos cojines , este hombre además de
ser crédulo, cándido, era ambicioso y
chismoso, el tipo perfecto para un plan.
Este hombre se preguntó para que las
sillas acojinadas, a lo que Pacolín dijo esto es un secreto divino.
La
curiosidad del hombre se incrementó : ¿Por
qué Pacolín quería sillas acojinadas?
A lo que
el hombre le preguntó a Pacolín directamente – amigo Pacolín, se que eres un
buen hombre de Dios – ya que te presté las sillas acojinadas dime ¿Para quién es
son esas sillas si tú tienes cientos en el templo?
Pacolín
le dice al hombre , permíteme deja consultar primero a los que se sentaran en
las sillas.
Pacolín
se marchó , dejando al cándido hombre en un estado de gran excitación. El hombre supuso que en una de esas sillas se sentaría el mismo Dios
, ¿pero en la otra?
Al otro
día regresa Pacolín y le dice al hombre, ya consulte y podrás asistir junto
conmigo a recibir a los invitados. Pero hay una condición: no debes decirle a nadie.
El hombre
que había prestado las sillas a Pacolín
estuvo de acuerdo y juró guardar en secreto todo.
El hombre
de las sillas estaba contento, porque pensó bien podría beneficiarse de los
visitantes, que él pensó serian seres celestiales.
Así
Pacolín citó al hombre para que llegará puntual al siguiente día. Al día siguiente día el hombre tocó a la
puerta y Pacolín abrió , el antes de tocar notó que Pacolín conversaba con
alguien y este alguien respondía.
Al entrar
a la oficina notó nadie más había solo las sillas con los cojines hundidos, esto
sorprendió mucho al hombre, Pacolín presentó al hombre a esos seres invisibles
y estos respondían, al principio el hombre se alarmó, pero mantuvo la
calma. El hombre quiso acercarse a la
silla pero , Pacolín lo detuvo, diciéndole
corría peligro de ser quemado por la energía , así que el hombre se sentó
retirado de los seres invisibles.
El hombre
de las sillas , temía preguntar algo y
las voces , comenzaron a pronunciar
cosas extrañas inteligibles, a lo que Pacolín le dijo al hombre de las sillas
era un lenguaje celestial, a lo que el hombre de las sillas se arrodillo, diciendo que gracia la mía el que seres tan
divino se sentaran en mis sillas. De pronto todo se calmó , las voces cesaron y
el hombre noto los cojines de las sillas ya no estaban hundidas, a lo que Pacolín dijo los seres divinos se
han retirado dejándote bendiciones. El corazón del hombre de las sillas estaba
latiendo fuerte, y aunque no había visto nada, al menos había visto que seres
superiores habían estado presentes y los había escuchado, y en su mente se
convenció de que los había incluso visto.
Cuando el
hombre de las sillas llegó a su casa, en
su mente había bordado un cuento más grande y maravilloso en su mente. Estaba tan excitado que olvidó su
juramento , y se lo contó a su esposa , ella a su vez a las vecinas, quien se
lo contaron a todos los que veían, hasta
que toda la ciudad ya conocía de los seres divinos que visitaban el templo del
Pastor Pacolín.
A las
pocas horas el templo del pastor Pacolín era visitado por miles dejando
cuantiosos donativos a esa Iglesia, ahora bendecida por eso bellísimos seres
celestiales , que muchos pensaron sería ángeles, otros decían era el mismo
Dios.
En un
corto periodo las autoridades supieron de la noticia de este tan milagroso
acontecimiento, quienes acudieron al templo sospechando un engaño , ya que esas
cosas ocurrían a menudo. Pero todas las
investigaciones mostraron que Pacolín llevaba una vida sin tacha , y había una
larga fila de gente pobre recibiendo, comida caliente, las mismas autoridades
se conmovieron de las nobles acciones de Pacolín.
Al
domingo siguiente el sermón del pastor Pacolín era esperado por miles , incluso
había gente de la Radio y de la Televisión esperando las palabras de
Pacolín. A lo que Pacolín en su sermón
dijo; los seres que nos visitan no son
invisibles, lo que sucede es que
solamente los escogidos de Dios los poder ver, los puros , los buenos , así
como el hombre de las sillas, ese hombre bueno, que los vio. A lo que las cámaras y micrófonos van hacia el hombre
de las sillas , y este nervioso, dice si
, si los vi y eran bellísimos , y me
bendijeron.
La Congregación
religiosa del Pastor Pacolín , ya a ese momento estaba eufórica, gritos de
felicidad, aplausos, todo se escuchaba.
Muchos de
los presentes aseguraron que en el sermón de ese domingo habían visto a esos ángeles de forma visible y
que los habían incluso escuchado.
Ya estaba
todo listo para el Pastor Pocolín, ya no fue necesario nada más, toda la trama
estaba en marcha. Lo demás era recabar
dinero.
Se preguntarán
de los cojines hundidos , nada mas era que Pacolín había ingeniosamente
colocado unos hilos que el secretamente jaló en su momento , y las voces de los
seres invisibles, simples grabaciones en una cinta de audio. Fueron para toda
la trama y engaño unos simples
ingredientes, unas sillas acojinadas , unos hilos , un reproductor de audio, y
claro un hombre inocentemente crédulo, ya previamente seleccionado.
Alcoseri.