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General: Ideas Iniciáticas Masónicas de Transformación -
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 20/07/2016 17:40 |
Ideas Iniciáticas Masónicas de Transformación - Deseamos al ingresar a la Orden Masónica cambiar y ser transformados, deseamos hacer nuestras vidas tan completas y tan útiles como sea posible, encontrar y realizar nuestro propio destino divino. Todos estos deseos tienen lugar dentro de nosotros los masones; están ahí porque existe un Ideal Masónico. Todas las filosofías y todas las enseñanzas coinciden en que existe un Ideal de Ser Perfecto. Esa perfección no es solo idea nuestra; es un deseo que compartimos con muchas enseñanzas místicas, y es un impulso de nuestra propia naturaleza humana. Los niños lo buscan en sus padres y maestros. Aún si ustedes rechazan la idea masónica y rehúsan asociar al masón con el Gran Arquitecto del Universo, el ideal permanecerá; los masones no podemos prescindir de Él, pues es el modelo perfecto de Actuante Ordenador del Universo, y para la Masonería será siempre el Gran Arquitecto del Universo ese ideal de Perfección, que no es un ideal distanciado de nosotros, sino tan cercano como el latir de nuestros corazones o más cercano aún que nuestro corazón. La gente se encierra en unas pocas ideas convencionales. La mente es comparada a un calabozo, y las ideas a los prisioneros. Algunos prisioneros suelen ser aprendidos, liberados y reaprendidos. Si se los valora tal vez se queden. Pero si en una visión una persona viera su mente representada como un calabozo, ¿qué clase de prisioneros percibiría en ella? Tal vez unos inocentes, y algunos culpables, moribundos o muertos. El fondo del calabozo estaría lleno de suciedad. ¿Qué representa esa suciedad? ¿Cuál es su significado? Ideas equivocadas, ideas que refrenan el desarrollo de la mente, ideas tradicionales que han llegado a ser inertes, o ideas convencionales e imitadas son en la mente la suciedad. En suma, la mente hiede tanto como la mente repleta de feas intenciones, parecidas a ratas. Ahora bien, recibir nuevas ideas y pensar según ellas purifica la mente, y asimismo el semblante. El sistema de transformación está repleto de ideas nuevas y poderosas, y si podemos afanarnos y humillarnos lo suficiente como para recibirlas y pensar según ellas, nuestra mente olerá menos mal para las narices de Dios, y nuestros rostros llegarán a ser más claros, puesto que la mente y el rostro están en relación reciproca. Por cierto se espera que el rostro se modifique al cabo de un tiempo como signo exterior de la modificación de la mente, pero si no ocurre así, se comprende que las nuevas y poderosas ideas no fueron recibidas. Algunos sensitivos pueden incluso observar nuestros rostros y ver como nuestros rostros sufren cambios repentinamente. Ahora bien, para que la mente sea capaz de recibir debe asemejarse a un vaso o una taza. Quiero decir sencillamente que el vaso o la taza podría representar la mente receptiva. Se puede derramar en ella algo y será retenido. El vaso o la taza boca abajo —esto es, señalando lo bajo—, representaría entonces la mente no receptiva. Además, se puede llenar el baso o la taza con basura de modo que, mientras no se la limpie, nada se puede poner en ella, o al menos sin que se contamine. Las nuevas y poderosas ideas espirituales, por lo tanto, no podrían ser recibidas si el vaso o la taza estuviesen boca abajo o llenos de suciedad, y ya hemos visto lo que representa psicológicamente la suciedad. Sólo se pueden representar estas cuestiones por medio de imágenes visuales comunes, porque así no cabe la posibilidad de emitir un juicio o una idea equivocada. Pero al usar los objetos visualizados por los sentidos como si representasen cosas no vistas, es posible expresar lo invisible en función de lo visible. Esto es posible a condición de comprender que las cosas visibles, de las cuales se hace uso, representan cosas invisibles y no han de tomarse literalmente, sino psicológicamente. Así un vaso puede significar la mente. Vacío y boca arriba representa la mente receptiva a las ideas; lleno de suciedad representa la mente llena de ideas falsas o equivocadas o ideas muertas; y lleno de agua clara, lleno de ideas verdaderas y vivientes. Es muy cierto, empero, decir que esta transformación del sentido literal en un sentido repugna a muchas personas y es resentido vivamente por otras, para su desdicha. "Un vaso es un vaso señor, y sólo puede significar un vaso. Un hombre debe decir lo que quiere expresar. ¿Cómo se le ocurre que un vaso pueda significar o tomar el lugar de la mente?" Bien, éste es exactamente su significado en el cielo. Y si se dice que sólo representa la mente no cabe duda que la réplica será: "Entonces, ¿por qué no dice de una vez por todas 'mente' en lugar de complicar las cosas con el vaso , y suciedad y calabozos y prisioneros?" O se suele encontrar a una persona cortés y ligeramente burlona que nos contenta que todo ello es muy interesante, pero traído por los cabellos, etcétera. Por eso me apresuro a pasar a otro tema y evitar este valioso pero despreciado puentecillo que nos conduce al nivel llamado libre pensar, y nos hace conocer un nuevo mundo de significados. Mantengámonos en lo que es sensible y lógico y permanezcamos con nuestros pies sólidamente plantados en la tierra de los hechos sensorios. Desdichadamente, si lo hacemos arriesgamos permanecer en un nivel demasiado bajo de comprensión para el sistema de transformación. Seguiremos siendo, por cierto, mecánicos o automatas y nada tendremos de lo consciente o espiritual. Asimismo, el vaso estará boca abajo. Si no podemos transformar lo literal en lo Real, si no podemos transformar el sentido de la letra en el sentido del espíritu autentico —y nos han dicho en algún lugar que la letra mata —, entonces no podremos darnos el Primer punto de oportunidad. Y a no ser que el Primer punto de oportunidad de pensar libremente sea dado al ser humano sigue siendo automata o mecánico para quien el mundo es tal cual se le presenta. Todo para él es como aparenta ser. Ese hombre pragmático no tarda en cristalizar. Su mundo lo fija muy pronto. No puede desarrollarse. Si, se convierte pronto en una cosa fija porque toma el mundo de ese modo, como hechos fijos. ¿No lo comprenden? ¿No se dan cuenta que lo que son depende de lo que el mundo es para ustedes? Ahora bien, si siempre han tenido cierto sentimiento de irrealidad acerca del mundo o si lo han sentido como un misterio, o se han sentido a sí mismos como un misterio, no cristalizarán como la gente práctica que al parecer progresa más que ustedes y no tiene dificultad alguna. Sin embargo, prefiero ser como aquel que empieza de cero, porque son capaces de recibir ideas de cierta calidad que para la gente pragmática son .sandeces. Pero ciertas ideas de transformación son insensatas y tontas para una mente y no lo son para. otras. Para cambiar de metáfora, se puede tener un campo de aterrizaje para ciertas ideas que en otro campo se estrellarían. Ahora bien, la recepción de nuevas ideas es necesaria para el cambio de ser. Sólo puedo pensar de una manera nueva mediante nuevas ideas, y debo pensar verdaderamente por mí mismo desde esas nuevas, ideas para poder cambiar mi mente. En el Trabajo de Transformación no se puede dejar el propio pensar a los otros; es preciso anhelar nuevas ideas que transmitan una nueva verdad, anhelarlas como se desea el agua en el desierto. Nadie va a ayudarnos si no nos ayudamos a nosotros mismos. Esta manera de pensar sorprende a algunos y ofende a otros. Nunca pude comprender el porqué. Ahora bien, si pienso de una manera nueva puedo ver las cosas de una manera nueva. Si cambio, mi manera de ver el mundo cambiará. Si mi manera de ver el mundo cambia, yo cambiaré. Es por eso por lo cual el Trabajo de Transformación tiene dos lados en su enseñanza —uno psicológico y el otro cosmológico. A no ser que yo cambie, mi mundo no cambiará. No puedo experimentar un cambio en mí mismo y permanecer en el mismo mundo. Si empiezo a tener un nuevo sentimiento de mí mismo comenzaré asimismo a tener un nuevo sentimiento del mundo, y yo y el mundo cambiarán al mismo tiempo. Mi nuevo sentimiento del mundo me dará a su vez un nuevo sentimiento de mí mismo. Los dos sentimientos se ayudarán mutuamente para crecer, puesto que el mundo es como yo lo siento y mi sentimiento del mundo soy yo mismo. Si siento que en mí hay algo más elevado que yo mismo, sentiré que tras el mundo hay algo más elevado que él. Pero todo ello, y muchas otras cosas que escapan a la expresión, sólo empiezan a manifestarse con la recepción de nuevas ideas de Transformación y con el pensar según ellas por uno mismo |
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