Los Viajes Iniciáticos
La instrucción masónica, trata de
variados temas, conceptos y enseñanzas que van dirigidos a la formación del
Masón, siendo estos de gran importancia para llegar a comprender el sentido de
lo que significa ser un masón.
La carrera Masónica se inicia
atestiguando la existencia de Dios el Gran Arquitecto del Universo, que ha
dotado a todos los seres humanos del libre albedrío, permitiéndoles discernir
el Bien del Mal, que dirigidos por una sana Moral, y siendo buenos ciudadanos es
que se puede acceder a la Masonería a
través de su sistema de misterios y alegorías; claro todo en base en la
enseñanza de amor a Dios y al prójimo.
Para ser masón, el hombre debe ser
libre y de buenas costumbres, siendo esta libertad representada por su
individualidad y su condición de no ser esclavo de sus pasiones y sus
preconceptos. Para ello, en su Iniciación, el Aprendiz es despojado de todos
los metales y tiene sus ojos vendados, significando con esto gesto su desprendimiento de las
vanidades del mundo profano y su necesidad de instrucción para la construcción
de su Moral Masónica.
En este momento, el Aprendiz realizará tres Viajes Simbólicos para culminar
en su Iniciación. Estos viajes poseen caminos y significados diferentes, y
representan niveles a través de los cuales está obligado a pasar para que al
final pueda recibir simbólicamente la Gran Luz de la Verdad, Luz que será
recibida gradualmente conforme su consciencia como masón se vaya cristalizando.
Específicamente ahora en cuanto a
estos viajes, es necesario el explicarlas con mayor profundidad.
El simbolismo de los viajes es uno de
los temas centrales de la literatura universal, como en los viajes legendarios
de los griegos Jasón y Ulises y en las sagas de los viajeros al centro de la Tierra, o el
viaje a la Luna de Julio Verne, o los viajes de lo que tanto hemos hablado en
los foros masónicos relativos al viaje
hacia el interior de uno mismo. La vivencia de los viajes fascina y concentra
la atención del ser humano - el distanciamiento del lugar a visitar, el
sentimiento de soledad, de descubrir, la promesa de adquisición de nuevos
conocimientos y el descubrimiento del oculto. Y la masonería podría decirse es
un viaje misterioso que dura décadas.
Los Viajes Simbólicos, en el Ritual
de Iniciación, se realizan siguiendo el Camino del Sol, es decir, en un sentido
circular denominado dextrorsum (adverbio latino que significa "a la
derecha", en un sentido indirecto o retrógrado, como el de las agujas del
reloj, contrario al término sinistrorsum, que significa "hacia la
izquierda", en alusión al movimiento directo realizado por la Tierra).
Este movimiento circular también contiene un simbolismo y significado
psicológico, pues traza en el Pavimento de la Logia en un Círculo Mágico, o
Mandala, teniendo en el centro el Altar. Además, el propio movimiento de
Circunvolución traduce una de las formas más primitivas, tradicionales,
utilizadas en los rituales de diversas ceremonias religiosas.
El primer viaje es quizás la más
difícil de realizar, y se caracteriza por caminos torcidos, peligrosos, de
muchas dificultades y obstáculos, en medio de ruidos y truenos. Según estos
ruidos y truenos poseen dos significados, o simbolismos. En primer lugar,
representan de forma física el caos presente en la creación y la organización
de los mundos. De forma moral, representan los primeros pasos del hombre y de
la sociedad, conducidos aún por las pasiones y excesos que no fueron dominados
por la razón, o sea, el hombre en su estado primitivo en un caótico mundo
profano. La conquista de la energía moral, por lo tanto, permite al hombre
luchar contra sus pasiones y obstáculos del mundo. Se puede aquí, por ejemplo,
tejer históricamente un paralelo entre la era del feudalismo y la era del
iluminismo, o entre la "era de las tinieblas" y la "era de las
luces". Al final de este primer viaje, el Neófito golpea a la primera puerta,
localizada al Mediodía, y le es permitido pasar.
El segundo viaje es una etapa de
transición, y se caracteriza por una carretera menos difícil que la primera,
pero no menos importante, con el ruido de armas y espadas golpeadas unas contra
las otras, pasando por la lustral agua. Los ruidos representan, simbólicamente,
el período histórico de las batallas y combates que el ser humano trabó para
colocarse entre sus semejantes. Por lo tanto, representa la "edad de la
ambición" del hombre y su lucha por vencer sus pasiones y obstáculos del
mundo. El ruido del agua simboliza los ríos y océanos que debe atravesar para llegar a su objetivo
mayor, es decir, su Iniciación y la Gran Luz de la Verdad.
El hecho de que el segundo viaje presente menos dificultades y obstáculos significa que
tienden a desaparecer a medida que el hombre persiste en seguir en el camino de
la Virtud, a pesar de que todavía no está totalmente liberado de los conflictos.
Al final de este viaje, el Neófito golpea a la segunda puerta, ubicada en
Occidente, y es purificado por el agua lustral.
El tercer y último viaje, y el más
solemne de las tres, se realiza por un camino plano y suave y de mucho
silencio. La facilidad encontrada en este viaje representa la tranquilidad y la
paz obtenida por el hombre que consigue ordenar y moderar sus pasiones. Como
resultado, alcanza su "edad de la madurez y de la reflexión". Al
final de este viaje, el Neófito golpea a la tercera puerta, ubicada en el
Oriente, y es purificado por el fuego, estando en condiciones de recibir la
Luz. La purificación por el fuego es un concepto encontrado en varias culturas,
y según destaca, en la Iniciación del Aprendiz las llamas del fuego intentan inflamar de amor
el corazón del Masón, a través de acciones de caridad hacia sus semejantes.
Las tres puertas por las que pasa el
Neófito simbolizan la Sinceridad, el Coraje y la Perseverancia, y representan
las tres disposiciones necesarias en la búsqueda de la Luz de la Verdad, siendo
el proceso de Purificación necesario para liberarlo de sus prejuicios y
preparándolo para recibir la Luz y buscar la Verdadera Sabiduría. El proceso de
purificación por los cuatro elementos de la naturaleza - Tierra, Aire, Agua y
Fuego - representa una recapitulación de la Obra Alquímica, cuyo trabajo incluye
extraer los metales de la tierra - excavar, triturar, tamizar, hacer emerger,
separar la escoria del metal y fundir - y así convertirlos en metales refinados
y preciosos. El metal del Profano es transformado, mediante el proceso de la Iniciación,
transformarlo en metal refinado y precioso, fundamental para la composición de que
pueda realizar la Cadena Fraternal.
La cuarta instrucción continúa
recordando al Aprendiz las etapas de su Iniciación - los pasos sobre un piso
ajedrezado de losas negras y blancas, las espadas empuñadas por los Hermanos y
apuntadas hacia él, representando los rayos de la Luz de la Verdad, el
juramento, los modos por los que nos reconocen,
el mandil, la presentación de la Logia, los conceptos y simbolismos de la
Piedra Bruta y Piedra Pulida, los instrumentos o herramientas de construcción –La Escuadra, el Compás, el
Nivel y la Plomada -, el Mazo y el Cincel, y el papel donde trazar.
Finalizando, se le explica el significado del Sol y de la Luna y del simbolismo
del Pavimento de la Logia.
Se trata, por lo tanto, de una
instrucción riquísima y de extrema importancia para el desarrollo continuo del Masón
para los años porvenir. Porque el masón siempre recordará sus pasos iniciales en Logia. La Iniciación dejará por tanto una marca
indeleble en el Alma Inmortal del Masón.
Alcoseri