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General: Muchos son los Francmasones
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 02/02/2013 01:35 |
Muchos son los Francmasones que creen ver en la Francmasonería la restauración de la Orden de los Caballeros Templarios; y los sistemas de la Gran Logia Alemana, los Hermanos de Suecia y el Rito Escocès , están realmente relacionados con los templarios, de una manera extraordinaria. De acuerdo con este sistema y en armonía con los varios sistemas en uso en esta Orden especial, la Francmasonería es una concepción Mística de las principales doctrinas de las Cristiandad esotérica: ¡el Maestro asesinado, no es otro que el Cristo! Y aquí naturalmente surge la pregunta: ¿es que las enseñanzas de Jesús contenían en verdad Misterios -que no se pueden conocer, doctrinas incomprensibles, que sólo serían inteligibles para un pequeño número de discípulos especialmente elegidos? (aquellos que estuviesen dispuestos a vivir la Ley y llegar así a ser sus instrumentos adecuados). ¿Y no fueron los Esenios, la corporación donde Jesús recibió los Misterios? Porque estos Esenios (más tarde Rosacruces) exigían de aquellos que deberían ser iniciados, moderación, justicia, el evitar las injurias, amor a la verdad y rechazo del mal. El agua sagrada pertenecía al ritual de admisión de su grado más elevado y Juan dijo "Arrepentíos y bautizaos". Jesús, que llevó una vida sin mancha, fue también bautizado (como un símbolo del bautismo interior por el fuego sagrado - la iluminación). Esto, ¿no nos lleva a la conclusión casi cierta de que Jesús y, aún más, Juan, eran miembros iniciados de los Esenios? "La observancia del día de San Juan Bautista, como una Fiesta de los Francmasones, se aduce en confirmación de la idea de que los Francmasones, por más de seiscientos años, se habían identificado con los "Johannrittern" y San Juan Bautista había sido elegido Patrón de ambas Ordenes. Y como es cierto que gran parte del ritual sobre la forma de Recepción, significa algo muy distinto de lo que se le ha substituido más tarde, es muy fácil que haya mucho de verdad en el aserto. "Jesús, se puede decir, no fundó sociedad secreta alguna; sin embargo, El dio algo de sus enseñanzas sólo por grados, con respecto a su significado interno, pues dijo: "Tengo muchas cosas más que deciros, pero ahora no las comprenderíais". Esta declaración sigue sin contradecirse. Después de su muerte, la doctrina pura se falsificó, tanto por adiciones como por sustracciones. En la primitiva Iglesia Cristiana, había un disciplina arcana y en esta forma los Misterios se trasmitieron entre los pocos. Aún en la época de las Cruzadas, vivían todavía descendientes de los Esenios. La Orden de los Caballeros del Templo se fundó en el año 1113, por Gottfried von St. Omar, Hugo de Paiens y otros siete cuyos nombres no se conocen. Ellos consagraron su vida al servicio de Dios, de acuerdo con el texto del Canonicorum Regularium, y tomaron votos solemnes ante el Obispo de Jerusalén. Baldwin Segundo, en atención a la labor de estos siete servidores de Dios, les facilitó una casa cerca del Templo de Salomón. Ellos se unieron con ciertos Esenios, que formaban una sociedad secreta compuesta de Cristianos virtuosos y verdaderos buscadores de la verdad en la Naturaleza, y aprendieron también otros secretos. "Que los Templarios tenían Misterios a su cuidado, es algo que está más allá de toda discusión. La Orden tenía ceremonias secretas de admisión, se vanagloriaba de poseerlas; y por esta razón varios de sus miembros sufrieron el martirio. La Orden de los Caballeros Templarios incluyó muchos de sus mayores propósitos y previó cuanto pudo en los orígenes de la Francmasonería y como es bien sabido, había ramas enteras de la Francmasonería especialmente dedicadas a la restauración de los Templarios. Y los Johannitas y otros sistemas, enseñaban esta descendencia, aún antes de la "Estricta Observancia" que insistió en la restauración de los Templarios, como la aspiración más alta de los Misterios que llegó a ser conocida. "Si observamos de cerca la semejanza entre las costumbres de ambas órdenes, encontramos que la Recepción y otras ceremonias de la Orden de los Francmasones, se relacionan con las de los Caballeros del Templo en tal forma que nos permiten decir positivamente que los Francmasones conservan en su seno los Misterios de los Templarlos y los trasmiten. Que los Templarios poseían secretos, está probado por la evidencia de su procedimiento: los Francmasones proclaman el mismo procedimiento para ellos, pues que de grado en grado se le dice al aspirante que más tarde experimentará más. ¿Más qué? Más Luz. Entretanto, ritualísticamente, este no es el resultado real, sino la meta; y originariamente se alcanzaba esta Luz en los Misterios. Decimos se alcanzaba, porque este era realmente el resultado. “Nueve Hermanos fundaron la Orden de los Templarios; el número principal y Jeroglífico de los Francmasones es tres veces tres. Los Templarios oficiaban Servicios Divinos en lugares a los cuales se prohibía entrar a los extraños. Los conservaban para sí, invocando los derechos de sus antepasados, mediante la más estricta observancia". "Los Hermanos Templarios -dice Roessler- de acuerdo con sus Estatutos de Hermanos Hospitalarios, estaban divididos en tres clases: 1) la clase de los servidores, quienes, sin distinción, cuidaban de los peregrinos enfermos y de los Caballeros Templarios; 2) los Hermanos espirituales destinados para el servicio de los peregrinos; y 3) los Caballeros que iban a la gue rra". Encontramos en las Instrucciones de los Caballeros de Oriente, donde se acordó la fundación de los Caballeros Templarios, y la expansión de sus enseñanzas en Europa, la siguiente declaración sobre la materia: "Ochenta y un Masón, bajo la dirección de Garimonts, el Patriarca de Jerusalén, fueron a Europa en el año 1150 y llegaron hasta el Obispo de Upsala, que los re cibió con mucha amabilidad y fue iniciado en los Misterios de los Coptos, que los Masones habían llevado consigo. Más tarde, se le confirió el depósito del conjunto de aquellas enseñanzas, ritos y misterios. El Obispo tuvo que pasar por muchos sacrificios para guardarlos y ocultarlos en las bóvedas subterráneas de la torre de las "Cuatro Coronas", que en aquel entonces era la Cámara de los tesoros de la Corona del Rey de Suecia. Nueve de estos Masones, entre ellos Hugo de Paganis, fundaron en Europa la Orden de los Caballeros Templarios; más tarde, recibieron del Obispo los dogmas, misterios y enseñanzas de los Sacerdotes Coptos, que se habían confiado. "Así, en corto tiempo, los Caballeros Templarlos llegaron a ser los guardadores y depositarlos de los Misterios, Ritos y Ceremonias que habían traído los Masones de Oriente -los Levitas de la verdadera Luz. Los Caballeros Templarios, dedicados por entero a la ciencia y a los dogmas traídos de Thebaida, con el transcurso del tiempo, desearon conservar esta doctrina en forma solemne, mediante un rasgo característico. Los Templarios Escoceses sirvieron como modelo en el asunto, pues habían fundado los tres grados de San Andrés de Escocia y los habían adaptado a las leyendas alegóricas que se encuentran en las instrucciones referidas. "Los Templarios Escoceses estaban ocupados en la excavación de un sitio en Jerusalén, con el objeto de construir allí un templo, precisamente en el punto donde estuvo (o se suponía) el Templo de Salomón, o por lo menos aquella parte llamada el Santo de los Santos. Durante su trabajo encontraron tres piedras, que eran las piedras angulares del templo mismo de Salomón. Les llamó la atención la forma monumental de ellas, y su excitación aumentó cuando encontraron el nombre de Jehovah grabados en los espacios elípticos de la última de estas piedras. - la Palabra sagrada que, por el asesinato del Maestro Constructor, se había perdido y que, de acuerdo con la leyenda del primer grado, Hiram había grabado en la piedra que sirvió de fundamento al Templo de Salomón. Después de este descubrimiento, los Caballeros Escoceses se llevaron esta valiosa reliquia y, con el objeto de conservar eternamente su interés por ellas, las emplearon como las tres piedras angulares del primer templo de Edimburgo. "El trabajo empezó el día de San Andrés, y los Templarios que tenían el conocimiento del secreto de las tres piedras y de la Palabra redescubierta, se llamaron los Caballeros de San Andrés. Instituyeron grados de mérito que debían alcanzarse; y éstos son actualmente los grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, conocidos como el Pequeño Maestro-Constructor, el Gran Maestro- Constructor y el Maestro Escocés. "Por las instrucciones comunes a todas las Ordenes de Caballeros, los Cruzados estaban obligados a hacer muchos viajes y peregrinaciones donde, según se dice, tenían que encararse con muchos peligros. En consecuencia, ellos fundaron estos grados con el objeto de reconocerse entre sí y ayudarse en sus necesidades. Para estos viajes, adoptaron signos, palabras y toques especiales o apretones de manos, y daban a todos los Hermanos un signo principal con el objeto de encontrar ayuda en caso de una sorpresa. “Para imitar a los Cristianos de Oriente y a los Sacerdotes Coptos, estos Caballeros mantenían entre sí la Ley verbal que nunca se escribía, y se cuidaban para que no fuese revelada a los de grados inferiores. Todo esto se conserva con exactitud en el rito filosófico de nuestro tiempo, aunque no se reconoce que este rito derive su origen precisamente de los Caballeros Templarios. "Los Caballeros Templarios se unieron bajo su Ley, con los que pertenecían al Viejo Hombre de las Montañas (respecto a los cuales hay más de un 90% de leyenda y calumnia y apenas un 10% de verdad) y, como percibieron el valor supernatural de sus pupilos, admitieron a estos en su Orden. Algunos historiadores han llegado a la conclusión de que los Caballeros Templarios mismos se vieron inducidos a aceptar las instituciones de los admitidos. Gauthier von Montbar estaba familiarizado can estas enseñanzas y las trasplantó a Europa. "Todas estas circunstancias fueron muy perjudiciales para la religión de Roma. Esta perdió a muchos que habían pertenecido a ella, especialmente muchos Cruzados que habitaban temporalmente en Siria, Palestina, y Egipto, donde se conservaban y eran toleradas por los Sarracenos todas las formas de credo de los primeros Cristianos. "Los Cristianos de Oriente, consideraban como un misterio el dogma de la Unidad de Dios, y veían en ello una Manifestación Divina. Por lo tanto, ellos sólo trasmitían el conocimiento anterior mediante la iniciación, que celebraban con gran secreto. Practicaban la moral enseñada por el Hijo de María; pero no creían en su divinidad, ya que todos aquellos que seguían las tradiciones Gnósticas y Kabalísticas, lo consideraban como su Hermano Mayor. "Los Caballeros de la Cruz, que habían llegado a conocer estos dogmas y misterios de los Cristianos de Oriente, eran obligados, a su regreso a Europa, a mantener aún más secreta esta iniciación, pues la mera sospecha de tal fe habría sido suficiente para atraer la tortura y martirio a estos nuevos profesantes religiosos. Con relación al eslabón entre los Caballeros Templarios y las enseñanzas Gnósticas, se puede dar un indicio: la "G" Masónica, no se refiere ni se ha referido jamás a la idea de Geometría, sino de Gnosis, el Alma. “La Orden de los Templarios era cosmopolita y estaba dividida en dos grandes clases: 1) la Orden de Oriente; 2) la Orden del Templo. "La Orden del Templo surgió de la Orden de Oriente, de la cual fue la cuna el Antiguo Egipto. La Orden de Oriente comprendía diferentes Órdenes o clases de Adeptos. Los adeptos de la primera orden eran a la vez los legisladores, jueces y pontífices. "Su política se oponía a la propagación del conocimiento metafísico y de la ciencia natural, de los cuales ellos se habían hecho los únicos depositarios; - y quienquiera que se hubiese atrevido a revelar los secretos reservados para los iniciados en el orden de la Jerarquía sacerdotal, habría sido castigado con la más estricta severidad. Ellos daban a la gente sólo los emblemas simbólicos que constituían la teología exotérica, que era un compendio de dogmas y prácticas tendientes a dar una ascendencia a los formulismos religiosos y a la consolidación del gobierno. "Moisés fue iniciado en Egipto. Era profundamente versado en los misterios teológicos, físicos y metafísicos de los sacerdotes. Aaron, su hermano, y los demás jefes Hebreos, llegaron a ser los depositarlos de estas doctrinas. Estos jefes o Levitas, estaban divididos en varias clases, de acuerdo con la costumbre del Sacerdocio Egipcio. "Más tarde vino al mundo el Hijo del Hombre. Fue educado en la Escuela Alejandrina. Lleno del espíritu de lo Divino, dotado de una inteligencia maravillosa, tuvo éxito en alcanzar (no meramente en que se le confiriesen) todos los grados de la Iniciación Egipcia. "A su regreso a Jerusalén., se presentó ante los Jefes de las Sinagogas y les demostró las numerosas alteraciones que había sufrido la Ley de Moisés en manos de los Levitas. Les confundía por el poder de la vista de su Alma y la extensión de su conocimiento. Pero los sacerdotes Judíos, cegados por sus pasiones y prejuicios, persistieron en sus errores. "Sin embargo, había llegado el momento en que el Mensajero de la Era, dirigiendo los resultados de sus excelsas meditaciones y aspiraciones hacia la civilización universal y bienestar del mundo, desgarró el velo que ocultaba la verdad a las gentes, predicó el amor al prójimo, y la igualdad (posibilidad de igualdad) de todos los hombres. Finalmente, por un sacrificio digno de un Hijo de Dios, intentó el establecimiento de las doctrinas celestiales (Salvadoras) que él había venido a enseñar, y a establecer para siempre en la tierra, (por la justicia de las Leyes que enseñó) la religión (Ley de la Vida) inscrita en el Libro de Dios (y fracasó porque la humanidad aceptó la palabra y rehusó el espíritu). "Jesús confirió a sus discípulos la verdadera Iniciación, ayudándoles a obtener que el Espíritu descendiera sobre ellos; les dividió en varias órdenes, de acuerdo con su valor intrínseco y la costumbre de los Sacerdocios Egipcio y Hebreo, y los puso, bajo la autoridad de San Juan el Bienamado (El Apóstol del Amor), a quien hizo supremo Pontífice y Patriarca. "Juan nunca renunció al Oriente. Sus doctrinas, siempre puras y elevadas, no fueron alteradas por la mezcla de ninguna otra enseñanza. "Pedro y los otros apóstoles llevaron las enseñanzas reconstruidas, como formuladas por Jesús el Iniciado, a pueblos distantes; pero como a menudo eran violentadas, con el objeto de propagar la fe, para ajustarlas a las maneras y costumbres de las diferentes naciones y aún para admitir los ritos nativos, surgieron ligeras variaciones y cambios en el nuevo evangelio. “Hasta 1118, los Misterios y la orden jerárquica de la Iniciación Egipcia, trasmitida a los Judíos por medio de Moisés, y después a los Cristianos por medio de Jesús el Iniciado, se conservaron religiosamente por los sucesores del Apóstol Juan. Estos Misterios y la Iniciación que los conservaba, regenerada a través de la interpretación de la Nueva Era, formaron un depósito sagrado que, gracias a la simplicidad de las costumbres primitivas, de las que nunca se separaron los Hermanos del Este, jamás sufrieron la menor alteración. "Los Cristianos del Oriente -perseguidos por los infieles- apreciaron el coraje y la piedad de aquellos valientes Cruzados que, con la espada en una mano y la cruz en la otra, volaron en defensa de los santos lugares; y haciendo justicia, sobre todo, a las virtudes y a la ardiente caridad de Hugh de Payens - consideraron que era su deber confiar a manos tan puras y santificadas por la cruz, los tesoros de conocimientos logrados durante tantos siglos, las enseñanzas y éticas del (aquel que había llegado a ser mediante el trabajo y la obediencia, no habiendo nacido como tal) Hombre-Dios. "Hugh fue investido entonces con el poder patriarcal apostólico, y colocado en la línea legítima de los sucesores de Juan el Apóstol e Iniciado. "Tal es el origen y la fundación de los Templarios, y la introducción entre ellos de los diferentes modos de iniciación de los Cristianos del Oriente, designados con el nombre de Primitivos o Cristianos Johannitas. Es a esta Iniciación a la que pertenecen los diversos grados consagrados por las reglas del Templo, y que fueron nombrados en la famosa, pero terrible vampirezca acción surgida contra la Augusta Ordlen. “Jacques de Molay, previendo las desgracias que amenazaban a la Orden, designó como su sucesor y con poderes soberanos al Hno. Jean Mare Larmenious, de Jerusalén. "Este Gran Maestro, a su vez, pasó el poder supremo al hermano Theobald, de Alejandría, según se evidencia por el carácter de la transmisión. "Volvamos finalmente a las doctrinas Levíticas: "Dios es todo lo que existe; cada parte de todo lo que existe es una parte de Dios, pero no es Dios". Inmutable es su esencia, Dios es mutable en Sus partes, las cuales, después de haber existido bajo las Leyes de ciertas combinaciones más o menos complejas, viven de nuevo bajo la ley de combinaciones nuevas. Todo es increado... Siendo Dios supremamente inteligente, cada una de las partes que le compone está dotada de una porción de Su inteligencia en virtud de su destino. De aquí se sigue que haya una infinita gradación de inteligencia, resultante de una infinidad de diferentes compuestos, la unión de los cuales forma la totalidad de los mundos. Todo esto es el Gran Todo, o Dios, que por sí solo tiene el poder de modificar, cambiar y gobernar todos estos órdenes de inteligencias, de acuerdo con las leyes eternas e inmutables de una justicia y bondad infinitas. "Dios -Ser Infinito- está compuesto de tres poderes (principales); el Padre, o ser; el Hijo o acción; el Espíritu o mente, procedente del poder del Padre. Estos tres poderes forman una trinidad, un poder infinito, único e individual. "No hay sino una verdadera religión, aquella que reconoce un solo Dios (y que considera al hombre y su inmortalización como la suprema labor en el universo). "El orden (Ley) de la naturaleza es inmutable; en consecuencia, cualquier doctrina que pretenda modificar estas leyes se fundan sólo en el error (que es destructivo y como comerciar con la muerte). "La vida eterna es el poder con que está dotado todo ser, para que haga su propia vida y realice una infinidad de modificaciones combinándose incesantemente con otros seres, de acuerdo con lo que está ordenado por las leyes eternas de la sabiduría, la justicia y la bondad infinita de la inteligencia suprema, (y modificada por sus propios actos - La armonización de sí mismo con la Ley o un desafío a la Ley). "De acuerdo con este sistema de modificación de la materia (y de la acción), es natural llegar a la conclusión de que todas sus partes tienen la facultad de pensar y libre albedrío y, en consecuencia, el poder del mérito o demérito. Sin embargo, los altos iniciados no profesan la creencia de que todas las partes de la materia (orgánica o inorgánica) posean la facultad de pensamiento (aunque ellos tengan el poder de selección por medio de la atracción armoniosa). No es así como ellos dicen comprender su sistema. Ellos ciertamente admiten una serie de inteligencias de las substancias elementales, la más simple molécula o la mónada, hasta la reunión de todas estas mónadas o sus compuestos, -una reunión que constituiría el Gran Todo o Dios, el que como la inteligencia Universal, sólo tendría el poder de comprenderse a sí Mismo. Pero el modo de ser, de sentir, y de usar la inteligencia, estaría en relación con el orden jerárquico en el que ellos se encuentran colocados. En consecuencia, la inteligencia diferiría con el modo de organización y el puesto jerárquico de cada cuerpo. Así, según este sistema, la inteligencia de la simple molécula estaría limitada a buscar o repeler la unión con ciertas otras moléculas (lo que se ejecuta mediante la inter-reacción armónica o inarmónica, como resultado de las vibraciones innatas de cada molécula de materia). El hombre, por ejemplo, entre las inteligencias que forman parte de la tierra, sólo tendría aquella modificación u organización que le daría plenamente la conciencia del 'YO', tanto como la facultad de distinguir el bien del mal (constructivo de lo destructivo) Y, en consecuencia, poseería el don de la libre voluntad. EL SIMBOLISMO DE LOS ANTIGUOS MISTERIOS Y DE LA MASONERIA SON IDENTICOS "La Orden conocida como la Francmasonería parece haber sido instituida como un vehículo para conservar y trasmitir una relación de los milagrosos tratados del Más Alto con Su pueblo, en la infancia del mundo, pues en tan temprana época (lo que ahora es) la Masonería puede identificarse con la religión. "La identidad de la institución Masónica con los Antiguos Misterios es obvia, debido a las sorprendentes coincidencias (similitudes) que se ha encontrado existen entre ellas. Los últimos eran una adoración religiosa secreta, y los depositarios de la religión, ciencia y arte. La Tradición ubica el origen de los Misterios en la época más remota del tiempo, y los hace contemporáneos con la organización de la sociedad. '”Pero la orden de la Francmasonería (tan antiquísimamente constituida en sus variadas formas y bajo diferentes títulos) va más allá de lo que fueron los Antiguos Misterios. Mientras ella comprende todo lo que hay de valor (en forma simbólica) en las instituciones del pasado, incluye dentro de su círculo todo lo de hoy, que es bueno y verdadero, y por eso ha llegado a ser la conservadora y la depositaria de la religión, la ciencia y el arte. "Sin hacer ninguna referencia a las formas o modalidades de la fe, provee de una serie de evidencias indirectas que operan silenciosamente para establecer los grandes principios generales de la religión; y puntualiza ese sistema triunfante que fue el objeto de todas las dispensaciones precedentes y debe concluir por ser la única religión de la raza humana, porque es la única religión en la que el plan de salvación está claramente delineado". Pierson, Tradición de la Masonería. "De edad en edad, a través de incontables generaciones estos ritos han leído sus lecciones sublimes de sabiduría y esperanza, de paz y advertencia, a los 'Hijos de la Luz'. Los Iniciados de todas las edades se han conocido con el nombre de Hijos de la Luz; y de aquellos Aspirantes que emprendieron la búsqueda de la Luz, se ha dicho que van viajando hacia el Oriente. Todo esto es significativo cuando reconocemos el hecho de que la Masonería y las otras pocas sociedades secretas genuinas, han continuado usando las mismas expresiones y urgido a sus Aspirantes a seguir en la búsqueda. Esto es cierto aún en el principio de la Nueva Era, y uno conocido como Manisis -descendiente de aquel Manassah que fuera prometido por Dios, por medio de la voz de los Profetas, de que sus hijos e hijas (progenie de las futuras generaciones) heredarían la tierra y que en tal época la tierra llegaría a ser como un cielo (puerto de paz) - ha venido a habitar entre los hombres, ha empezado su ministerio y está dirigido por el Padre de Todo en el lenguaje místico: "Yo, Oh Manisis, que soy Jehovah Adonai -el Padre de la Luz". Así, los que tenemos ojos para ver, debemos reconocer que ha llegado la hora del reajuste, y que aquellos que han obedecido la Ley y llegado a ser verdaderamente Hijos de la Luz, vendrán a lo suyo,~ -su reino-, y que, en consecuencia, -no será el humilde el que herede el reino, sino el fiel -aquellos que no sólo creyeron, sino los que obedecieron la Ley. "Estas mismas lecciones, en el mismo lenguaje, se nos leen hoy a nosotros. Pero, ¿vemos en ellas lo que ellos vieron? ¿Nos impresionan como los impresionaron a ellos? ¿0 pasan ellas ante nuestros ojos como un panorama de alguna tierra desconocida, que no tiene deslinde que nos diga cuál es o dónde está, o nos dé alguna noción inteligible con respecto a ella? Aceptando el símbolo, ¿hemos perdido su sentido? Nuestros rituales serán de poco valor para nosotros, si este es el caso. Es nuestro deber, entonces, hacer de la Francmasonería un objeto de profundo estudio. Debemos consultar el pasado. "Debemos detenernos ante el sarcófago del asesinado Osiris, en Egipto; entrar a las cavernas de Frigia y entrar en comunión con el Cabiri; penetrar al ‘Collegia Fabrorum' de la antigua Roma, y trabajar en el Místico Círculo de Sidón. En una palabra, debemos seguir nuestras pesquisas hasta que encontremos el pensamiento - espíritu-, aquella ley que había en las mentes de los que crearon la institución y fundaron nuestros Misterios. Entonces sabremos precisamente lo que significan. Veremos en ellos una gran serie de dramas morales y filosóficos, altamente elocuentes e instructivos, brillando con ideas sublimes, como los cielos brillan de estrellas. Y finalmente, descubriremos que nuestro ritual abarca todas las posibles circunstancias del hombre - moral, espiritual y social-, y tiene un significado elevado como el cielo, ancho como el universo, y profundo como la eternidad". Sickels, Ahiman Rezon. "Si buscamos el origen y el primer principio de la filosofía Masónica, debemos retroceder hasta las edades de la remota antigüedad, donde encontraremos este principio en el seno de asociaciones congéneres, donde se conservaba y enseñaba la misma filosofía. Pero si confundimos el ceremonial de la Masonería con su filosofía, y vemos el origen de la institución moldeada en la forma externa de hoy, difícilmente podremos ver más allá del comienzo del siglo dieciocho, y seguramente ni aún tan lejos. "Las dos doctrinas: la unidad de Dios y la inmortalidad del Alma, constituyen la filosofía de la Francmasonería. Cuando deseamos definirla sucintamente, decimos que es un antiguo sistema filosófico que enseña estos dos dogmas". Mackey, El Simbolismo de la Masonería. "La Ley fundamental de la Masonería requiere sólo una creencia en el Supremo Arquitecto del Universo y en una vida futura, en tanto que dice con peculiar tolerancia, que en todas las otras materias de creencia religiosa, se espera que los Masones sean de aquella religión en que todos los hombres están de acuerdo, guardándose para sí mismos sus opiniones particulares. Bajo el amparo de esta sabia disposición, los Cristianos y los Judíos, los Mahometanos y los Brahmanes, pueden unirse alrededor de nuestro altar común y la Masonería, por consiguiente, llega a ser universal, tanto en la teoría como en la práctica. En verdad, la Masonería es indudablemente una institución religiosa: su religión es de esa especie universal en que todos los hombres están de acuerdo y que, trasmitida a través de una larga sucesión de años, desde los remotos tiempos del sacerdocio que primero la enseñó, encierra los grandes principios de la existencia de Dios y de la Inmortalidad del Alma -principios que, por su peculiar lenguaje simbólico, ha conservado desde su fundación, y aún continúa enseñando en la misma forma hermosa. Más allá de esto, por su fe religiosa, no debemos y no podemos ir". Mackey, Jurisprudencia Masónica. "La Francmasonería no pretende inmiscuirse en las opiniones religiosas de sus miembros. Pide sólo una declaración de esa fe simple y universal, en la que los hombres de todas las naciones y sectas están de acuerdo -la creencia en un Dios y en Su dirección divina. Más allá de esto, en otros puntos o ideas sectarias, no se aventura y deja las mentes de sus discípulos completamente libres de influencia. Esta es la única exigencia religiosa que se requiere del candidato, pero es exigida con absoluta estrictez. Entonces, la religión de la Masonería es puro teísmo, en el que sus diferentes miembros engranan sus propias ideas peculiares; pero no se les permite introducirlas a la Logia, o enlazar sus verdades o falsedades con las verdades (fundamentales) de la Masonería." Mackey, Léxico Masónico. “Cada Masón -dice la antigua Carta de 1722 - "está obligado por su calidad de tal; a obedecer la ley moral". Pues bien, esta ley moral no debe considerarse como limitada al Decálogo de Moisés, dentro de cuyo estrecho confín estos escritores eclesiásticos la restringen técnicamente, sino que es más bien una alusión a lo que se llama Lex Naturae, o la ley de la naturaleza. Esta ley de la naturaleza, hace tiempo la definió un escritor conocedor de estas materias, como que es "La voluntad de Dios relativa a las acciones humanas, basada en las diferencias morales de las cosas y, porque se puede descubrir con la luz natural, obliga a toda la humanidad". Grove, Sistema de Filosofía Moral- Alcoseri |
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