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General: Masonología Comprender cómo la Masonería ha dado forma
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 06/12/2020 02:17 |
Masonología
Comprender cómo la Masonería ha dado forma a las sociedades en los últimos 300 años, especializarse en Masonería es una gran oportunidad para aprender sobre el impacto de cómo las ideas políticas liberales masónicas han influido en nuestra vida diaria. Pero esto requiere de una habilidad dedicada, ¿cuáles son las mejores formas para estudiar masonería , y que estas habilidades aprendidas se apliquen en el mundo de todos los días? Por ejemplo, ¿qué trayectorias políticas se puede emprender con una especialización en Masonería y dónde es probable que tenga más éxito?
Debemos entender que las Logias Masónicas , con verdaderos laboratorios sociopolíticos, en donde se analiza la problemática mundial , y se concluyen en ideas concretas que servirán para el bien de la humanidad, y que nosotros los masones nos las arreglamos para proyectarlas al mundo laico.
Dado que la mayoría de los masones somos apasionados por una o más ideas culturales, una carrera masónica es una excelente manera de aplicar los conocimientos teóricos de manera práctica. Al asumir un papel como masón activo en tareas profanas o laicas, ya sean políticas, sociales, culturales , incluso religiosas, podrá ayudar a incrementar el acervo cultural del masón y aprender más sobre Masonería y su impacto en la sociedad.
A lo largo del tiempo , observamos a muchos No Masones , tratando temas masónicos , algunos escribiendo Libros y dando conferencias , otros haciendo videos en YouTube, a estos les llamamos masonólogos; siempre resultan desatinados en sus conclusiones , porque es evidente , no se puede saber de Masonería sin ser masón, y haber pasado por la cátedra masónica en logia al menos 10 años. No estoy muy bien enterado pero he escuchado que en algunas Universidades Chilenas y Belgas dan como materia de estudio a la Masonología-
La Masonología otra carrera profesional común para los estudiantes de religión y la política. Desde impartirla a estudiantes de bachillerato hasta postgrado , podrá traducirse a conocimiento de historia y estudios globales en una carrera docente que puede abarcar una variedad de materias y niveles de grado. También puede optar por obtener un título avanzado para enseñarse en una Maestría Universitaria, y así entender muchas cosas acontecidas en los últimos 300 años.
Muchos podrían afirmar que el neologismo “Masonología” no es el más adecuado para denominar está relativamente nueva disciplina científica perteneciente al campo de las Ciencias Sociales y Humanas. Sin embargo conviene acotar de alguna manera el campo de su competencia epistemológica para poder ajustar su aparato teórico – incluyendo la definición de su objeto de estudios – pues si bien a primera vista dicho objeto sería obviamente “la Masonería” y su impacto político , los límites del mismo son, muchas veces, sumamente difusos y pueden inducir a error a muchas personas, incluidos no pocos estudiosos del tema, ya que quienes los impartirían no son masones , y los masones por juramento de guardar silencio no enseñarían de Masonería en una Universidad; y se limitarían a invitar a iniciarse a los jóvenes universitarios.
Como ejemplo sencillo y claro podemos citar las reiteradas confusiones que, en ciertos medios y en ciertos investigadores, aún con formación académica, suelen producirse entre los conceptos de “Masonería” y asociarlo con una “Secta, una Religión o un Partido Político’’ . Se puede rastrear con relativa facilidad cuál es el origen de este error tan típico, pero otros casos no son tan fáciles de dilucidar. En efecto, si tomamos, por ejemplo, las tan conocidas categorías de “Masonería Operativa ” y “Masonería Especulativa” observamos que, muy a menudo, son utilizadas como sinónimos aún en estudios especializados debidos a la autoría de investigadores del tema. Sin embargo, un análisis conceptual más profundo nos mostrará las diferencias que existían entre los miembros Operativos y los miembros Aceptados en las Logias de antaño y las diferencias entre estos últimos y los miembros Especulativos a los cuales, tal vez, sería más apropiado denominar “ Modernos”.
Por otra parte, aunque parezca superfluo y excesivo, el propio concepto de “Masonería” exige un análisis y una definición (operacional) que no siempre se observa en los estudios e investigaciones especializados en los cuales se da por sentado que dicho concepto es unívoco y que todos los interesados, legos y colegas, coinciden en su significado. Nada más lejos de la realidad. Muchas veces se ha confundido grupos e instituciones de las más diversas cualidades con Logias u Obediencias Masónicas solamente por mantener una actitud liberal ante ciertos temas, por ser laicistas o por poseer cualquier otro rasgo distintivo que, a libre juicio del autor, es razón suficiente para calificarlas de “masónicas”. Tal es el caso del Rotary Club, de la Cruz Roja, los Boys-Scouts o de tal o cual partido político liberal o laicista. Es perfectamente posible admitir que ciertas que ciertas asimilaciones, tales como “Liberalismo” y “Masonería” por ejemplo, sean correctas en determinadas épocas y países lo cual no significa que dichas relaciones sean universales y permanentes en su validez. Sin embargo, esto es lo que ha ocurrido y ocurre aún en ciertos estudios. La hipótesis anterior implicaría que la Masonería de los siglos XV y XVI, por ejemplo, sería liberal y laicista lo cual constituye un flagrante anacronismo ¿Será entonces que la Masonería a estudiar tuvo su origen el 24 de Junio de 1717 en Londres, con la fundación de la Gran Logia de Inglaterra? Esto cerraría bastante la brecha cronológica “Masonería-Laicismo” antes aludida pero dejaría fuera del objeto de estudio, por razones de tiempo, a la Masonería Operativa en bloque y a buena parte de la Masonería Aceptada. Todo esto nos reconduce a la necesidad de definir claramente los límites conceptuales del objeto a estudiar.
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A modo de ejemplo, podríamos considerar que el objeto de estudios – “la Masonería” antes aludida – podría ser acotado por otras dos categorías que lo delimiten y además estudien ciertas agrupaciones que, sin ser estrictamente masónicas, se asemejan exteriormente provocando diversas confusiones tanto a los investigadores como al público en general. En efecto, considerar que existen agrupaciones “para-masónicas” y “pseudo-masónicas” amplía considerablemente el panorama objetivo de los estudios y permite deslindar ciertos grupos sociales (como los fundados por masones, con un elevado número de miembros masones o desarrollando tareas afines filantrópicas, sociales, caritativas, etc.) los cuales, por definición, están excluidos del objeto de estudio y constituyen las antedichas agrupaciones “para-masónicas” las cuales carecen de toda cualidad masónica. Por su parte, las agrupaciones “pseudo-masónicas” serían todas aquellas que, de algún modo, imitan a la Masonería sobre todo en sus aspectos rituales y en la utilización del simbolismo. Resulta suficientemente claro que estas agrupaciones “para-masónicas” son la resultante de la actividad de cenáculo ocultistas que, por lo general, imitan ciertas formas masónicas de organización y de enseñanza aplicándolas, por lo general, a la difusión de las más variadas “doctrinas secretas” y restantes exotismos neoespiritualistas. Esta cuestión de la existencia de grupos “para” y “pseudo” masónicos no es una cuestión menor y restringida cuyos ejemplos se limitan a nuestro tiempo; recordemos, por ejemplo, la existencia de los Iluminados de Baviera, fundados por Adan Weishaupt, alumno del colegio jesuita de Ingolstadt, quienes fueran largamente confundidos con la Masonería sobre todo por suscriptores de la “teoría conspirativa” de la historia tales como los abates Barruel y Lefranc y que constituye uno de los ejemplos más claros de grupos “pseudomasónicos” creados a imitación de la auténtica masonería.
Todas las observaciones anteriores apuntan a señalar la importancia de definir con exactitud los límites del objeto de estudio. Esta cuestión reviste una importancia – no menor – pues toda vez que este requisito, propio del método científico, no es tenido en cuenta o fue incorrectamente aplicado, los resultados de los estudios o investigaciones en cuestión estarán inevitablemente viciados por el hecho de haber aplicado categorías improcedentes las cuales, por ser tales, recogen o analizan datos incongruentes con el objeto de estudio.
Estas reservas no se aplican únicamente al concepto de “Masonería” sino que también ocurre en muchos otros casos como, por ejemplo, con el término “logia” el cual, a su vez, ha sido utilizado antojadizamente para designar cualquier grupo más o menos discreto que, a juicio del autor, desee ocultar en todo o en parte los fines que se propone obtener. Por supuesto que este término se ha aplicado, principalmente, al terreno político donde además hemos visto acuñar el neologismo “logista” (valga la consonancia ...) para designar al supuesto miembro de alguna supuesta “logia”. ...
A modo de reflexión sobre esta cuestión específica, diremos que, en definitiva, el hecho de contar con mayor o menor cantidad de miembros masones en sus filas no confiere la cualidad masónica a un grupo social cualquiera y menos aún el simple hecho de manifestar tal o cual tendencia filosófica, social o política supuestamente considerada como “masónica”, reservando únicamente para el ritual iniciático la capacidad de conferir dicha cualidad.
La cuestión metodológica, por su complejidad, merece también detenidas consideraciones. En términos generales, la Masonología científica, de hecho, utiliza ampliamente los métodos y las técnicas de investigación comunes a las ciencias sociales ya establecidas y con un “status” epistemológico definido y no es incorrecto que así lo haga. Sin embargo, a medida que su sistema teórico – conceptual se enriquece y desarrolla, necesaria y paralelamente deberá crear instrumentos de recolección, de ordenamiento y análisis de datos apropiados para su campo de estudios. Evidentemente, la primera etapa metodológica - la actual - corresponde a la adaptación de los métodos de otras ciencias sociales (sociología, historia, filosofía, economía, psicología, etc.) para aplicarlos al estudio del objeto. Por esta causa, estos estudios no serán sino una sociología, una historia, una filosofía, etc. de la Masonería. Pero forzosamente, en un futuro que esperamos no muy lejano, deberán diseñarse métodos propios y específicos para los estudios masónicos con sus categorías, escalas y sistemas clasificatorios particulares. Resulta sencillo comprender como los métodos de la ciencia histórica pueden aplicarse, por ejemplo, al estudio de la influencia masónica en la lucha por la libertad de prensa o por la institución de registros civiles en ciertos países y en determinadas épocas pero no lo resultará tanto diseñar una encuesta dirigida a los miembros de logias masónicas para recabar opiniones sobre cuáles deben ser las relaciones entre una Gran Logia y un Supremo Consejo del Grado 33... Los métodos empíricos ofrecen algunos inconvenientes para su aplicación debido a las peculiares características del fenómeno masónico, el cual no es de fácil acceso para encuestas y entrevistas debido a la proverbial discreción que rodea al mismo. Sin embargo, nunca debe olvidarse que la ciencia – toda ciencia que se precie de tal – puede y debe dar respuesta a las necesidades de conocimiento teórico en todas las áreas relevantes para el ser humano y consecuentemente mejorar los instrumentos de investigación existentes o bien crear nuevos donde los ya probados se han revelado como ineficaces. El naciente campo de la Masonología científica aguarda los desarrollos teóricos indispensables que nos ahorren “los titubeos del empirismo”, como decía Alec Mellor, al mismo tiempo que permitan y promuevan la creación de métodos y técnicas de investigación novedosos y apropiados.
Los estudios masónicos han logrado un “status” académico propio e inobjetable en muchas universidades y centros de investigación europeos y americanos. Sin embargo, en muchos países, este desarrollo todavía dista mucho de ser una realidad, muchas veces por prejuicios ocasionados por pasados enfrentamientos y por enconos de antaño. Tal vez sea interesante señalar que tales prejuicios y enconos provienen, quizás, con mayor intensidad del campo político que del religioso contrariamente a lo que podría suponerse.
El conocimiento vulgar apela a la comparación, legítima en su nivel, como medio de aproximación al fenómeno masónico y la emplea utilizando como términos de comparación a otros fenómenos ya conocidos los cuales, inevitablemente, han sido o bien un partido político o bien la Iglesia. Como resultado de este procedimiento (válido, lo repetimos, para el conocimiento popular pero inválido como conocimiento científico) se ha asimilado a la Masonería a un gigantesco partido político internacional operando aquí y allá según intereses y prioridades desconocidas para el gran público o bien como una Iglesia o contra-Iglesia “oculta” ejerciendo una mística maléfica con el objetivo siniestro de dominar al mundo. Demás está decir que estas concepciones no son ajenas a la “teoría conspirativa de la historia” según la cual todos los acontecimientos nefastos que han ocurrido, ocurren y ocurrirán, en el mundo obedecen a un solo y único poder mundial maléfico. Si por algo se distingue la mentalidad antedicha es por su tenacidad para no reconocer hechos que contravengan lo que es considerado una “verdad” tan obvia que no necesita demostración alguna. Así, los que consideran a la Masonería como un supra-partido político internacional, siempre encontrarán una explicación adecuada cuando se los enfrente con hechos como que, por ejemplo, los participantes del “Boston Tea Party” y los principales líderes de las trece colonias que encabezaron la revolución norteamericana eran masones que fueron enfrentados y reprimidos sangrientamente por ejércitos de “casacas rojas” comandados ... también por masones pertenecientes a las Logias militares del Imperio inglés; o que la revolución militar chilena que derrocó al masón Salvador Allende estaba comandada por el masón Augusto Pinochet... Por su parte, aquellos que se consideran como hábiles en el conocimiento de la cuestión masónica y estiman que la Masonería constituye una suerte de “Iglesia” opuesta a la Católica les resultará muy difícil – por no decir imposible – aceptar que la Masonería no posee una conducción única a nivel mundial, una suerte de “Papa” de la Masonería; de este modo, el concepto de Potencia u Obediencia masónica difícilmente encajará en la estructura de sus “conocimientos” o sus prejuicios. Otra confusión muy común en la que caerán es la referida a un Rito y a una Obediencia pues sus jurisdicciones a veces y otras veces no. Además, es necesario reconocer que ciertos conceptos varían y sufren modificaciones; así, se consideraba que una Gran Logia era una Obediencia o Potencia masónica que practicaba únicamente un Rito Masónico (p.ej.: el Escocés Antiguo y Aceptado) y un Gran Oriente era una Obediencia que practicaba, en su seno, varios Ritos diferentes ( Escocés Antiguo y Aceptado, Moderno y Escocés Rectificado) pero, últimamente han surgido Grandes Logias que incluyen varios Ritos diferentes en su seno. En estas cuestiones y en muchas otras más los aportes científicos son invalorables pues ayudan a clarificar concepciones erradas que distorsionan la correcta apreciación de un fenómeno particular que ayuda a comprender muchos aspectos de la historia, la cultura y la sociedadactuales.
La masonología sería por tanto la disciplina de reflexión que estudia la masonería con los métodos cientificos de la investigación académica.
La masonología puede definirse como la ciencia del hecho masónico, que considera no solo en su dimensión histórica , sino también en la literatura , en la filosofía y en la sociología . También los estudios, pero en menor medida, de su política , jurídica , psicológica , económica, heráldica , numismática , filatelia , musicológico , social y cultural antropología , así como la historia del arte y sus dimensiones . Por otro lado, sus aspectos etiológicos, psicoanalíticos o etnopsiquiátricos permanecen relativamente inexplorados.
Historiografía
Los primeros documentos masónicos no distinguían los hechos históricos de las leyendas. La Masonería histórica aparece sólo en la primera mitad del siglo XIX, en Alemania , en el momento de la escuela histórico-crítico de Tubinga. Este nuevo espíritu se extendió luego a Inglaterra a finales de siglo, alrededor de la logia de de los cuatro coronados .
En Francia, fue un investigador que no pertenecía a la masonería, René Le Forestier, quien llevó a cabo la primera investigación importante, pero no fue hasta la década de 1950 cuando historiadores como Pierre Chevallier realmente comenzaron a salir de un enfoque puramente fáctico y vincular las evoluciones de la masonería con las de los países donde se practica, en particular con los de la sociabilidad . En la actualidad, es la masonería del siglo XVIII, que es el más estudiada y la más conocida.
El auge de la Masonnología se enfrentó durante mucho tiempo, especialmente en México, al hecho de que sus estudios eran una apuesta de poder político entre opositores y partidarios de la Masonería. Estos dos campos opuestos llegaron a veces, aunque con objetivos opuestos, a conclusiones idénticas pero erróneas. Nos encontramos con un ejemplo bien definido a lo largo del siglo XX a la leyenda tan comúnmente aceptado que la masonería había organizado de forma encubierta a la Revolución Mexicana.
La masonología también se enfrenta a la imponente masa de producción interna, compuesta principalmente por obras personales que revelan la imaginación y la variedad de concepciones individuales de los masones pero que rara vez muestran un gran rigor epistemológico. Su estudio también se complica por debates internos dentro de las obediencias masónicas, como el de la regularidad masónica , que no se puede abordar de la misma manera dependiendo de si se las considera desde una perspectiva doctrinal o con los métodos únicos de las ciencias humanas.
En Bélgica existe desde 1983 una cátedra universitaria de masonología, la Cátedra Théodore Verhaegen , cuya sede se encuentra en la Universidad Libre de Bruselas . De renombre internacional, reúne periódicamente a especialistas en el tema sobre un tema determinado en una conferencia cuyas actas se publican en Le pavé mosaic , una revisión de los estudios masónicos publicados por Dervy.
Creada por Hervé Hasquin , bajo la égida del Gran Oriente de Bélgica , esta cátedra original de masonnología fue dirigida por Luc Nefontaine , gran conocedor y autor de libros sobre la masonería, comenzando con su tesis doctoral en el ' ULB , que fue publicado, sobre Historiografía , Fenomenología y Hermenéutica de los Símbolos Masónicos.
En Francia
La revista francesa tradicional renacentista de investigación masónica, fundada por René Guilly (alias René Desaguliers) y actualmente dirigida por Roger Dachez y Pierre Mollier , se colocó en la cima de las publicaciones masónicas actuales, incluida la anglosajona, en una conferencia en 2007de la Cornerstone Society por Acaster, miembro del Coronati Quartet . También fue citado como el más importante según la revista Freemasonry Today en octubre 2007.
Algunas iniciativas locales han dado lugar a la creación de una asociación de masonología, por ejemplo, "Les Amis Provençaux de Renaissance Traditionnelle" , que está estudiando la revista de cuarenta años del mismo nombre.
El Instituto Masónico de Francia (FMI), también presidido por Roger Dachez , tiene como misión conocer mejor el patrimonio cultural de la masonería y estudia Masonología. Está dirigido por un comité científico formado por académicos e historiadores.
La logia de estudio e investigación William Preston de la Logia Nacional Francesa da una excelente idea de la investigación masónica actual, particularmente a nivel histórico, y los cuadernos de Villard de Honnecourt de la Gran Logia Nacional Francesa son siempre una referencia.
El Instituto de Estudios e Investigaciones Masónicas (IDERM), dentro del Gran Oriente de Francia , que publica Crónica de la Historia Masónica , también ha estado trabajando durante muchos años en el conocimiento de la masonería. Sin embargo, los especialistas franceses e ingleses de las religiones que no tienen relaciones oficiales con el GODF siguen de cerca el trabajo del IDERM. El trabajo del instituto es transmitido a las provincias por IDERM Septentrion, en Lille. La revista de estudio La Chaîne d'union completa la difusión de la obra de masonología del Gran Oriente de Francia.
La Logia de investigación “Jean Scot Erigène” de la Gran Logia de Francia , que rinde homenaje al filósofo irlandés Jean Scot Erigène , publica los Cahiers Jean Scot Erigène .
La masonología también sabe ser humorística con la serie “Crimes et loges” inaugurada en 2007 en la editorial JC Lattès por Alain Bauer y Roger Dachez . The Mysteries of Channel Row presenta una increíble investigación en Londres en 1717 sobre el enigma de los orígenes de la masonería.
En el Reino Unido
El trabajo del Coronati Quartet Lodge de la Gran Logia Unida de Inglaterra es un referente de reputación internacional.
La sociedad Cornerstone se estableció en 1999 para promover la comprensión del significado y el propósito de la masonería.
En Suiza
El 28 de septiembre de 1985, fue creado en Berna por iniciativa de Jean Bénédict el Grupo de Investigación Alpina esencialmente dedicado a la investigación en los campos del simbolismo, rituales, filosofía, historia, literatura y arte de la masonería. Fue reconocido oficialmente por la Swiss Grand Lodge Alpina en 2002.
En México la tradición de la Masonología comenzó con el escritor francmasón Vicente Riva Palacio nacido 16 de octubre de 1832 en la ciudad de México , que escribió “México a Través de los Siglos” y que presenta un estudio del Desarrollo en México de la Masonería y El Papel de la Masonería en la Política .
Alcoseri
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