El Evangelio de Juan es similar a una predicación dada en voz alta (o "kerygma"). Se distingue claramente de los evangelios sinópticos por la importancia particular que se le da al conocimiento y luz , destacando el significado de las palabras y de la vida de Jesús.

Desde su prólogo, este Evangelio pone a Dios, la Palabra (o logos ), la vida y la luz:

En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios.

Él estaba al principio en Dios.

Todo fue hecho por él, y sin él no se hizo nada de lo que existe.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres,

Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron.

Notaremos el significado universal de estos versículos.

Pero, entendamos que esto de los rituales solsticiales y sus misterios , se remontan a miles de años antes de que la Biblia fuera Escrita , y lo que hoy retoma la Masonería está más refinado y actualizado , gracias al avance de la tecnología y de los descubrimientos astronómicos, por tanto del entendimiento de los movimientos de rotación y traslación de la Tierra que gira alrededor del Sol, y esto en la psique de nosotros los masones es significativo, gracias al entendimiento de lo que sucede. Pero la Masonería no desdeña para nada las ideas Astrológicas y esotéricas de estos acontecimientos astronómicos, y también sobre sus efectos en el inconsciente colectivo de la humanidad.

El significado oculto de los solsticios.

En los ritos paganos, la celebración del solsticio de invierno (llamado janos) consistía en apelar a las fuerzas sagradas y mágicas para hacer exitosa la transición del año viejo al nuevo.

Sinónimo de abandono y muerte, el solsticio de invierno, sin embargo, presagia un renacimiento : es una puerta que se abre a un mundo nuevo, una nueva vida, una nueva oportunidad.

Por el contrario, el solsticio de verano es una puerta que se cierra : la vida está en su apogeo, pero se anuncia su declive. Quizás sea señal de que la luz, aunque triunfante por fuera, ya no se entiende por dentro.

Los antiguos griegos hablaban de "puerta de los hombres" y "puerta de los dioses" . Si se puede considerar a Juan el Bautista como el guardián de la puerta de los hombres, Juan el Evangelista ("el que no muere") es él mismo el guardián de la puerta de los dioses.

Entre los romanos, Jano era el guardián de las puertas del solsticio. Está representado con una doble cara: el rostro de un anciano vuelto hacia el pasado, que recuerda a Juan el Bautista,el rostro de un joven vuelto hacia el futuro, que recuerda a Juan Evangelista.

Con el advenimiento del cristianismo, Janus simplemente se convirtió en los Juanes .

A nivel del esoterismo Masónico , el solsticio de invierno marca la capacidad de la Naturaleza y del Hombre para emitir energía regenerativa. Esta regeneración se realiza aprovechando las fuerzas internas , siendo el entorno externo hostil. Por tanto, simboliza la presencia y el florecimiento de una luz interior . El solsticio de invierno para la Masonería es un momento de apertura , de iniciar algo para alcanzar exitosamente la meta propuesta. Debemos entender que es un momento especial , tanto para masones como para no masones.

Usted que me hace el favor de leerme , seguro por más insensible que sea en estos tiempos independientemente si los llama navideños , solsticiales de invierno , o de otra forma según sus creencias , sentirá una influencia positiva , incluso en medio de esta pandemia de este año 2020. Yo recuerdo esos eventos solsticiales masónicos en la Gran Logia del estado de Nuevo León México, con cuanta alegría brindábamos gritando ¡Fuego!...

La apertura de la puerta interna :

Y de hecho, la puerta de los dioses solo puede ser interior, ya que toca la consciencia . Jesús el Cristo dijo: Yo soy la puerta, si alguno entra por mí, se salvará. (Juan 10, 9)

La dualidad solsticial:

Los dos solsticios ofrecen una representación de la dualidad , pero una dualidad que se expresa en su dimensión cíclica y dinámica. Los dos solsticios no son opuestos sino complementarios: en realidad juegan el mismo papel y se pueden poner en correspondencia.

La fase de declive (entre el solsticio de verano y el solsticio de invierno) refleja un borrado gradual de la luz externa, signo de la atenuación de la materia y del ego . Corresponde a un aumento de la luz interior, posible gracias al trabajo masónico sobre uno mismo y al esfuerzo de comprensión. Aquí tenemos una especie de aspiración de la luz exterior para hacerla interior,

El solsticio de invierno marca la culminación del trabajo Masónico: se abandona el cuerpo (es la muerte física), se termina el trabajo interior; el Espíritu finalmente puede manifestarse en toda su grandeza.

La fase de ascensión que sigue (entre el solsticio de invierno y el solsticio de verano) anuncia una reintegración del Espíritu en la materia: es un regreso al mundo, una nueva Alianza fundada esta vez en la armonía y Amor -Es el crecimiento, el desarrollo del nuevo ser.

El solsticio de verano marca la cima del ser. Entonces solo puede declinar y morir, para permitir el futuro nacimiento de un ser aún mejor.

Así, el ciclo solsticial muestra una serie de purificaciones sucesivas que, como las transmutaciones alquímicas , forman parte de una lógica de progreso . Cada declive trae consigo una nueva oportunidad. Cada fase de crecimiento anuncia un declive inminente y, por tanto, un renacimiento futuro.

El mismo Libro de la Ley lo dice: Nadie puede ver el Reino de Dios a menos que no nazca de nuevo. Juan 3, 3

En el siglo IV, los romanos fijaron la fecha del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, para que correspondiera al nacimiento del Sol Invictus (el Sol invicto ), es decir, el día siguiente al final de las Saturnalia (gran fiesta que tradicionalmente se realiza desde 17 al 23 de diciembre).

Esta fecha también corresponde al nacimiento de la divinidad solar Mitra.

El simbolismo masónico en el solsticio de invierno es obvio: Hiram Abiff representa el sol nuevo que sale sobre el mundo: “el sol de justicia” (Antiguo Testamento, Malaquías 4, 2).

Hiram Abiff une en sí las cualidades del Espíritu y de la materia, en toda su perfección: simboliza al nuevo hombre.

Solsticio de invierno en la masonería.

En la masonería, el solsticio de invierno es la ocasión para una comida festiva ("ágapes"), al igual que el solsticio de verano.

Los dos santos Juan son en efecto los patrones de las obediencias tradicionales masónicas , que se encuentran además en las llamadas logias “de San Juan”.

Note además que en las logias masónicas, la Biblia el Volumen de la Sagrada Ley está abierto al prólogo del Evangelio de Juan, abriendo de par en par el simbolismo de la luz y la elevación iniciática.

Es evidente paralelismo entre los solsticios y la duración simbólica de la obra en la logia, “ desde el mediodía hasta la medianoche ”.

Por motivos que los antiguos masones indudablemente consideraron iniciáticos, aquellos que hicieron una crónica de la vida y actos de Hiram Abiff encontraron aconsejable de metamorfosearlo en una deidad solar. El Hiram Abiff histórico fue olvidado; casi todos los incidentes salientes registrados en las Santas Escrituras Bíblicas tienen sus correlaciones en los movimientos, fases, o funciones de los cuerpos celestes. Entre otras alegorías tomadas prestadas por la Biblia de la antigüedad pagana egipcia es la historia del Sol de iniciación, un Hiram Solar, con exactitud al presentarse al Templo Cósmico , vestido de pies a cabeza en el blanco intachable y lleva en Sus herramientas el que muere pero renace de nuevo Dios, simbólico del equinoccio de vernal.

Esta hermosa deidad solar es un compuesto de Apolo, Osiris, Orfeo, Mitras, y Baco, ya que Él tiene ciertas características en común con cada una de estas deidades paganas. Los filósofos de Grecia y Egipto dividieron la vida del sol durante el año en cuatro partes; por lo tanto ellos simbolizaron al Hombre Solar por cuatro figuras diferentes.

Cuando Él nació en el solsticio de invierno, el Sol Dios fue simbolizado como un niño dependiente que en alguna manera misteriosa había logrado evitar los Poderes de la Oscuridad que procura destruirlo mientras Él estaba todavía en la cuna del invierno. El sol, siendo débil en esta temporada del año, no tenía ningunos rayos de oro ,pero la supervivencia de la luz por la oscuridad de invierno fue simbolizada por un a lo que solo embelleció la cabeza del hombre constructor Celeste.

Cuando el nacimiento del sol ocurrió en el Capricornio, a menudo era representado como amamantado por una cabra. En el equinoccio de vernal, el sol había crecido para ser una inteligencia creadora. Su herramientas de oro colgó en emblemático Delta en sus hombros y su luz, cuando dijo, ampliado a todas las partes del infinidad. En el solsticio de verano, el sol se hizo un hombre fuerte, pesadamente barbudo, quién, en la principal de la madurez, simbolizó el hecho que la Naturaleza en este período del año es la más fuerte y la más fecunda. En el equinoccio otoñal, el sol fue imaginado como un hombre anciano, que anda arrastrando los pies junto como hacia atrás y blanqueó cerraduras en el olvido de la oscuridad de invierno. Así, doce meses fueron adjudicados al sol como la longitud de su vida. D

urante este período esto rodeó los doce signos del Zodíaco en un marzo triunfal magnífico. Cuando la caída vino, esto entró, como Samson, en la casa de Delilah (Virgo), donde sus rayos fueron cortados y esto perdió su fuerza.

En la Masonería , los meses de invierno crueles son simbolizados por tres asesinos Jubelas Jubelon y Jubelam que procuraron destruir a Dios de Luz y Verdad. Resultar el sol fue aclamado con la alegría; el tiempo de su salida fue visto como un período para ser puesto aparte para pena e infelicidad. Este orbe glorioso, radiante del día, la luz verdadera "que alumbra cada hombre quien viene en el mundo," el benefactor supremo, que levantó todas las cosas de los muertos, que alimentaron las multitudes hambrientas, a quién calma la tempestad, a quién después de que morir se elevó otra vez y restauró todas las cosas a la vida - este Espíritu Supremo de humanitarismo y filantropía es conocido a la Cristiandad como Cristo, el Redentor de mundos, el Único Procreado del Padre, la Palabra hecha la Carne, y la Esperanza de Gloria. Hiram por lo tanto es una velada alegoría del Cristo que destruiría y lo edificaría nuevamente.

Los masones al ritualizar en estas fiestas solsticiales , serian a modo de calibrarse con el cosmos , de cargar sus acumuladores con estas finas y potentes energías cósmicas , de comenzar proyectos esotéricos y de potenciar los trabajos propios de Logias y ahora de Foros Masónicos de Internet.

Alcoseri