El Masónico Proceso Iniciático #5
Existe una enorme diferencia entre informarte sobre Masonería , a formarte como verdadero masón ; así vemos a millones de personas en todo el mundo buscando información acerca de la Masonería ya en libros, revistas o por internet , y otros tratándose de formarse masones dentro de las Logias Masónicas
Por tanto, el vínculo entre Masonería y Masón se establece por el trabajo masónico captado en Logia y manifestado en la Vida de todos los días , caracterizado por un “régimen de interiorización ”. En este nivel, es la frontera entre lo captado vivencialmente en Logias y lo cotidiano, solamente puede existir, ya que tal límite supone la constitución previa de un masón perfectamente formado , es decir, un personaje masónico tal cual, capaz de operar tanto en el plano secular como en el plano dentro de logias .
El verdadero masón es un personaje potencial que siempre está en la posibilidad de encarnar los ideales masónicos en circunstancias diversas de la Vida. No hay diferencia en la naturaleza de un iniciado en los misterios solares de hace milenios a un masón del presente. Ambos tienen la capacidad constitutiva de sí mismos como personajes iniciados , de poder llevar al plano concreto del mundo los ideales iniciáticos .
Para comprender plenamente cómo se lleva a cabo el proceso iniciático en Masonería , es necesario distinguir el caso de la narrativa oral y el de la narrativa escrita en las liturgias . La afinidad del relato iniciático con la oralidad surge de la capacidad de captación del masón. En el régimen de la oralidad, la gran metalepsis del iniciado con la Masonería, se da de una manera muy especial, al igual que en el teatro que entre el actor y el personaje se desarrolla en el escenario. La metalepsis (del griego μετάληψις, 'participación') es una figura retórica que consiste en expresar una acción mediante otra relacionada metonímicamente con ella. Por ejemplo, la exhortación Recuerda el juramento que me hiciste significa en realidad Cúmplelo.
La metalepsis, en el mundo de la retórica Masónica, también es entendida como la ruptura de la lógica con el mundo profano. Por ejemplo, cuando se pregunta la hora qué es y se responde una hora alegórica y no la del tiempo del mundo profano o secular. Todo para salir del Mundo Profano y entrar en esa otra dimensión superior de la Masonería.
Los masones ante de estos grandes relatos iniciáticos que son las epopeyas del mítico héroe solar , se sumergen en un proceso iniciático que los despierta a otros niveles superiores de la consciencia objetiva. La narración épica de las liturgias masónicas se entremezcla con el ambiente del Templo Masónico, siempre a puertas cerradas , con un guardián a la puerta armado siempre con una espada, palabras claves, símbolos esotéricos, con aromas de inciensos , esta atmosfera activa al masón a un mundo realmente mágico . En una situación de auténtica magia ritualística , como hemos experimentado , la narración iniciática de las liturgias pueden enunciarse en el contexto muy específico de una proceso ritualizado : el masón se coloca entonces en una condición de receptor favorable a una emisión de una energía egregórica que lo envuelve y lo penetra (sube alegóricamente al monte Sinaí , sube al monte análogo , escala la escala de Jacob , se eleva por encima del mundo…). El impacto de la Tenida o Asamblea Masónica está entonces directamente relacionado con este condicionamiento perceptivo del masón que está dentro de la Trama Masónica.
En lo fundamental, la estructura iniciática de la Masonería en nada difiere de la de cualquier otra organización esotérica y tradicional del pasado . Su división en tres grados aprendiz, compañero y maestro conforma un esquema perteneciente a toda vía iniciática regular, constituyendo una síntesis del proceso mismo del Conocimiento y su realización efectiva.
Igualmente, este ternario iniciático es análogo a los tres planos o niveles de la manifestación cósmica: Cuerpo , Alma , Espíritu, según la terminología del hermetismo. El Cuerpo, el Alma y el Espíritu universal se corresponden así con los grados de aprendiz, compañero y maestro, respectivamente. De ahí que la realización iniciática reproduzca etapa por etapa el proceso mismo de formación del cosmos o del orden universal, motivo por el cual, y en razón de la analogía existente entre el macrocosmos y el microcosmos, dicho ternario es también el de la constitución del ser humano considerado en toda su integridad.
Utilizando el simbolismo geométrico, los tres mundos (y los tres grados iniciáticos) se representan como otros tantos círculos concéntricos, en donde, naturalmente, el más periférico y exterior se correspondería con el plano corpóreo, el intermedio con el anímico o psicológico, y el más interior con el espiritual. El punto que tácita o explícitamente está representado en el centro de este último círculo simbolizaría al Ser o Unidad primordial, que en lenguaje masónico no es otro que el Gran Arquitecto del Universo (idéntico al "motor inmóvil" aristotélico), que aunque en sí mismo no manifestado como el punto, que en realidad no existe en el espacio es no obstante el principio a partir de cuya emanación o expansión se genera toda la manifestación, que depende enteramente de él en todo lo que ella tiene de realidad.
En este sentido la transmisión de la influencia espiritual recibida por la iniciación masónica es análoga a la acción del Fiat Lux emanado del Verbo divino "en el Principio", dando lugar al orden cósmico. Y así como ese orden fue "sacado del caos" por la acción de la Palabra luminosa y espermática, el hombre es rescatado del mundo profano, o de las "tinieblas exteriores", por la luminiscencia clarificadora que se genera en su conciencia gracias al poder creador de la influencia espiritual o "iluminación" iniciática, lo que acontece en el corazón, es decir en el centro mismo de su ser. -
En Logia, el Venerable Maestro es quien se encarga de iluminar a los masones presentes, y aceptar la irrupción de lo maravilloso, como la manifestación más directa de la experiencia iniciática. En la narración de la liturgia hay una afinidad muy estrecha entre lo maravilloso y lo iniciático. Lo maravilloso es la forma que toma la narrativa iniciática cuando se libera de cualquier preocupación por su destinatario. El Venerable Maestro en Logia es el responsable de mantener el contacto de los Masones con la Gran Luz. El flujo narrativo se ramifica inmediatamente al interior , en el espacio de la personal , donde siempre son posibles los encuentros más increíbles. El espacio iniciático, donde lo maravilloso es el modo normal de narración litúrgica , que nutre al pueblo masónico, hereda la veta de su voz, la longitud y calidad de sus silencios, el brillo del tiempo sagrado, de la vibración de un momento sublimado . A partir de entonces, la historia se deshace de estas cuestiones espaciales, se deja sola y se embarca en la aventura de los encuentros desenfrenados. El Masón ya cautivo del talentoso Venerable Maestro no tiene más remedio que aferrarse a la figura que lo llevará de un encuentro a otro con la Gran Luz.
Alcoseri