Charlas con un diablo
Hace mucho tiempo, después de haber expulsado
a Adán y Eva del paraíso celestial, Dios el Gran Arquitecto pensó en no dejar
sin techo y casa a la pareja de Adán y
Eva, en el Jardín del Edén no era necesario tener casa o techo donde
resguardarse, ya que ahí, en el Paraíso el clima era perfecto y la lluvia no
mojaba, el viento no arrasaba, y las bestias no atacaban , ni las alimañas eran
ponzoñosas ; pero la Tierra era un lugar hostil , y así, envió a la Tierra, uno
de sus ayudantes, a “El Gran Maestro Albañil”.
Una vez en la Tierra, este Arcángel
Maestro Albañil llamado Naggar y se
reunió con Adán para instruirlo en el arte de la Construcción. Así, comenzaron
Naggar y Adán comenzaron a construir una
Casa, la llamarón la Casa de la
Fraternidad , y tomó la Casa forma y realidad, para habitarla luego todos los que llegaran a la posteridad
, así por milenios , y pensaron sería esa Casa el punto de reunión que une a la humanidad, todo en un proyecto común, el de encontrar los
valores ahí resguardos por milenios y milenos. Y de los futuros humanos dependería de ellos aprender el trabajo de la
construcción, basándose siempre en el prototipo de esa primera Casa habitable.
Para levantar un Casa y poderla
habitar , había cuatro requerimientos : perseverancia, inteligencia, valor y
desinterés. El uso de estos requisitos permitió crear viviendas, cada vez más y más sofisticadas.
Hoy en día sabemos que los tiempos no
son invariables y que estamos sujetos a la Ley de Ciclos, después de la
felicidad, el descenso a la infelicidad , y esto urgió a crear viviendas más y
mas habítales.
La humanidad sintió que ya no
necesitaba a los albañiles francos que levantaron Catedrales recordando a Adán
y a Naggar los primeros albañiles del mundo, que estos Catedrales eran ya
obsoletas no tenían ningún uso, más que
ser un museo, que su conocimiento era muy limitado y que ya era hora de que el
aprendiz fuera más allá del Maestro; tomando la hoja de trazados cada uno creyéndose capaz
de dirigir a los demás, comenzaron a crear armas de destrucción masiva, algo contrario a la Construcción. Enfrentados
a una rebelión constante , los creadores
de potentes armas instalados así en el Poder tomaron la decisión de convocar una asamblea
general, donde todos pudieran tomar la Palabra, todo con el fin de poner algo
de Paz ya que los unos se destruían a los otros.
¡Lo que se dijo fue hecho! El día de la reunión se dio, hubo personas
alocadas llamando a la guerra ¡y también algarabía y griterío! Pero pronto el
Hermano Mayor puso orden a la reunión.
En la reunión un magnate de las armas propuso hacer bloques de
naciones, unas enfrentadas a otras; pero que hubiera un lugar donde dialogar
antes de las guerras para que estas no
terminaran con los habitantes del planeta y con ello el negocio de las armas de
destrucción.
Otro poderoso hombre, un científico abocado
al arte de la destrucción hizo la siguiente observación: leí todo sobre el arte
de la destrucción y del asesinato y afirmó que podía alcanzar el rango el más
sabio hombre creador de Bombas Atómicas, los demás científicos le señalaron que
él nunca se había puesto a pensar que el éxito de una poderosa arma como esas
se volvería contra él y su nación ...
Otro orador dijo que las armas deberían
ser accesible para todos, así que el que
poseyera mejores armas dominaría a los demás..
Los irreflexivos dieron mejor crear
armas toxicas, y que solo los más dignos tuvieran antídotos para estas armas bacteriológicas
...
Los más virulentos exigieron fomentara la idea en las personas de que la
Guerra y la aniquilación eran necesarias para reducir la población.
Poco después, luego de un receso, los
político analizaron la situación,
sosteniendo que la guerra era un buen negocio , pero que
se debería limitar a sólo matar de cuando en cuando a unos cuantos millones, y
que en las siguientes reuniones se
llegara a un consenso de cuantos millones de seres humanos deberían morir.
¡Así fue acordado! Y ¡Así que fue hecho desde entonces !
Siglos más tarde, un filósofo ruso
llamado Ouspensky en uno de sus ensayos concluyó sobre este asunto que: bueno mejor lean su libro se llama “Charlas con un
Diablo”, ya que no es posible resumir sus muy interesantes ideas sobre el
asunto en unas cuantas cuartillas.
Alcoseri