Representación de una diosa, probablemente de Ištar/Inanna, en el Museo Británico. Otra posible diosa sería Ereškigal. Sin embargo, no está completamente clara la asociación.
Reconstrucción de la Puerta de Ištar, la cuarta puerta a la ciudad interior de Babilonia.
Ištar o Ishtar era la diosa babilónica del amor y la guerra, de la vida, de la fertilidad, y patrona de otros temas menores. Se asociaba principalmente con la sexualidad: su culto implicaba la prostitución sagrada; la ciudad sagrada Uruk se llamaba la "ciudad de las cortesanas sagradas", y ella misma fue la "cortesana de los dioses". Ištar tenía muchos amantes; sin embargo, como señala Guirand:
"¡Ay de aquel a quien había honrado Ištar, la diosa caprichosa trataba cruelmente a sus amantes de paso, y los infelices desgraciados suelen pagar un alto precio por los favores amontonados en ellos. Los animales, esclavizados por el amor, perdían su vigor nativo: cayeron en las trampas colocadas por los hombres o fueron domesticados por ellos. '¡Tú has amado el león, poderosos en fortaleza', dice el héroe Gilgameš a Ištar, 'y has cavado pozos para él siete y siete! Has amado el corcel, orgulloso en la batalla, y le has destinado el cabestro, el aguijón y el látigo'".
Incluso para los dioses el amor de Ištar fue fatal. En su juventud la diosa había amado a Tammuz, dios de la cosecha, y si hemos de creer a Gilgameš este amor causó la muerte de Tammuz.
Se asocia en otras regiones con diosas como Inanna en Sumeria, Anahit en la antigua Armenia (Urartu), Astarté (Asera) en Canaán, Fenicia y en las religiones abrahámicas. Ištar, Inanna, y estas diosas representan el arquetipo de la diosa madre.
En Sumeria era conocida como Inanna (siendo dos diosas distintas, que representan lo mismo) y posteriormente en Babilonia, y en su zona de influencia cultural en todo Oriente Medio recibe los títulos honoríficos de Reina del Cielo y Señora de la Tierra.
Para Joseph Campbell Ištar/Inanna, que amamanta al dios Tammuz, es la misma diosa que Afrodita y que la diosa egipcia Isis, que alimenta a Horus.[1]
Posición en el Panteón[editar]
Estrella de ocho puntas, símbolo de Inanna/Ištar
Estrella de ocho puntas en el Museo del Louvre.
Hija de Sin, dios de la Luna, y Nannar, la Luna. Hermana menor de Ereškigal y hermana gemela de Šamaš, en sumerio Utu, dios del Sol. Compañera de Tammuz, en sumerio Dumuzi.
Su número asociado en el panteón de la mitología mesopotámica es el 15.
Características[editar]
Como primer arquetipo psicológico de la dinámica femenina en la historia, y en contraposición a su hermana Ereškigal o a Ki, la diosa de la tierra, Ištar no se puede considerar dentro del grupo de las diosas madre, puesto que su relación con los humanos es más como inspiración para la acción vital que como refugio.[2] Con este carácter, Isthar aparece dentro de la épica del Gilgameš.
Se asocia al planeta Venus, estrella de la mañana y del anochecer. Su símbolo es una estrella de ocho puntas. En su honor, los astrónomos han llamado Ishtar Terra a un continente de Venus. Su animal asociado es el león.
Representación de Ištar/Inanna en una vasija en el Museo del Louvre.
Ishtar era hija de Sin (dios lunar) o de Anu. En carácter de hija de aquél, era la dama bélica; como descendiente de éste, el exponente del amor, la licenciosidad y la intemperancia y la violencia caprichosa hasta el extremo.
Bajo el aspecto guerrero se le rendía culto en Agade y en Sippar, con el nombre de Anunit. También tiene un carácter astral, ya que personifica a varios astros: a Venus, al Sol, la Luna, y a las estrellas reunidas en constelaciones. De ahí deriva la palabra estelar: todo el firmamento lleno de estrellas, proveniente de su nombre.
Ishtar estaba asociada al planeta Venus como estrella de la mañana, y en las fronteras de Babilonia se la representa mediante una estrella de ocho puntas. También se la representa de pie, completamente desnuda, con las manos encima del vientre, o sosteniéndose los senos, o blandiendo un arco sobre un carro tirado por siete leones.
En su aspecto de divinidad amorosa, Isthar es la protectora de las prostitutas y de los amoríos extramaritales, que por cierto no tenían connotación especial en Babilonia, ya que el matrimonio era un contrato solemne que perpetuaba la familia como sostén del Estado y como generadora de riquezas, pero en el que no se hablaba de amor o de fidelidad amorosa.
Ištar no es una diosa del matrimonio, ni es una diosa madre. El matrimonio sagrado o la sacra hierogamia, que se representaba todos los años en el templo babilónico, no tiene un implicación moral ni es modelo de matrimonios terrestres, es un rito de fertilidad altamente estilizado con tonos litúrgicos.
En Sumeria, Inanna es una diosa importante, pero a partir del rey Sargón I de Arcad.
También en la Biblia, en el libro del profeta Jeremías, se le nombra en el capitulo 44 refiriéndose a ella como La Reina del Cielo. Jeremías hace la denuncia de que no se debe adorar a dioses falsos.
Ištar, señora del firmamento, poderosa diosa del amor y de la guerra. Su primer esposo fue su hermano Tammuz. Al morir Tammuz, Ištar descendió a los infiernos para arrancarle a su hermana, la terrible Ereškigal, el poder sobre la vida y la muerte.
Después de darle instrucciones a su sirviente Papsukal, de ir a rescatarla si no regresaba, Ištar descendió a la tierra, de las tinieblas Irkalla. Comenzó valiente y desafiante, gritando al portero que abriera la puerta antes de que la echase abajo. Pero en cada una de las siete puertas se le iba despojando de una de sus prendas, y con ellas se iba despojando de su poder, hasta que llegó desnuda e indefensa ante Ereškigal, que la mató y colgó su cuerpo en un clavo.
Con su muerte, todo el mundo comenzó a languidecer. Pero el fiel Papsukal llegó hasta los dioses y les pidió que creasen un ser capaz de entrar en el mundo de los muertos y resucitase a Ištar con la comida y el agua de la vida. Así es como Ištar volvió a la vida, pero tenía que pagar el precio: durante seis meses al año, Tammuz debe vivir en el mundo de los muertos. Mientras está allí, Isthar ha de lamentar su pérdida; en primavera, vuelve a salir y todos se llenan de gozo.
Esta leyenda es también otra versión para el origen de la llamada "Danza de los siete velos", la cual cuenta que el amor de Ištar por Tammuz era tan grande que decidió también ir al reino de Ereškigal. Con pasión y determinación, cruzó los siete vestíbulos del submundo, y en cada uno de ellos era despojada de una de sus pertenencias: un velo o una joya. En esta historia el velo representa lo oculto, las cosas que nosotros ocultamos de los otros y de nosotros mismos. Al dejar el velo, Isthar revela sus verdades, y entonces consigue reunirse con su amor.
Existe documentación muy importante referida a la descripción de la constelación de Virgo, que tiene su origen en la antigua cultura asirio-babilónica.
Esta constelación siempre ha sido femenina y ha estado especialmente asociada con la tensión existente entre fertilidad y pureza. Los babilonios asociaban esta constelación con la diosa Ishtar, también conocida bajo el nombre de Ashtoreth o Astarté. La última es la precursora de Eostre, la diosa sajona de la fertilidad y de la primavera, cuya festividad era celebrada en el momento del año en que Virgo empieza a ser muy visible en el cielo.
Etimologías y nombres relacionados[editar]
Existen otros nombres relacionados aparentemente al término "estrella"[cita requerida]. Así tenemos: Astarté del fenicio, Ištar del babilonio, Itziar del vasco, Ixchel del maya, Esther del hebreo, Stára del persa, Astaroth del hebreo, Isis/Ast del egipcio .
Referencias[editar]
- ↑ Campbell, Joseph. The Masks of God: Occidental Mythology. New York: Penguin, 1976.
- ↑ Dr. Bernard S. Butler, PhD.
https://es.wikipedia.org/wiki/Ishtar