El hecho es que por poner un ejemplo cuando el artista Jean Fouquet, siendo un famoso pintor de tantas obras maestras del siglo XV, pintó una obra alusiva al Templo de Salomón , conservada hoy en la Biblioteca Nacional de Francia, y que representa este monumento para nosotros los masones icónico. Dado que es el Templo de Salomón en Jerusalén, que constantemente esta imagen se muestra en forma de un espléndido Templo imponente y extravagante, no faltan en las Catedrales Góticas representaciones en piedra de este género. En la pintura de Jean Fouquet aparecen a su alrededor los albañiles del Templo, vestidos como los constructores de Notre-Dame, y el rey Salomón y también Hiram aparecen cuando inspeccionan el sitio con los atuendos de reyes europeos. Hoy en Enero de 2020 podríamos, influenciados por los descubrimientos aprendidos de la arqueología moderna, sonreír, pero eso sería un poco incorrecto recordemos que Fouquet, y con él todos los artistas de esa época pensarían que era correcto su trabajo, ya estaban profundamente convencidos, y sin duda justificadamente orgullosos, de haber rendido un apego a la realidad y pensarían que representarían fielmente el sitio de construcción del Templo como lo describe la Biblia. , en cada detalle. Al igual todos los constructores de las Catedrales Góticas se inspirarían en lo que dice la Biblia , para construir sus imponentes Catedrales.

Para Fouquet, como para todos los hombres de su tiempo, lo principal, en el sentido más eminente de la palabra , era comprender y hacer sensible la realidad de este Templo, al mismo tiempo inmaterial y, sin embargo, muy tangible, y siempre presente para nosotros desde siempre, porque en ese momento, yo diría, para ellos el tiempo no contaba, lo que contaba era la idea.

Para el masón que hoy vive en el año 2020 la imagen del Templo dedicado al Dios Jehová es un eterno arquetipo, es el de un monumento construido a la Gloria del Altísimo Gran Arquitecto de este Universo, iluminado por su Presencia en el Lugar Santísimo, y siendo el Templo de Jerusalén, uno de los edificios sagrados más majestuosos de todos los tiempos, ha dado rienda libre a la imaginación de cada francmasón que exista . Ahora, los Templos Masónicos, con sus columnas triunfales que se elevaban hacia el cielo, mientras que en el Ara Sagrada irradia la custodia de la Presencia Real de Dios, es hoy, a los ojos de cada masón que sienta la certeza de que Dios está presente en cada Tenida o Sesión Masónica, así cada Logia sería la réplica perfecta, la imagen exacta del primer Templo dedicado a Dios el Gran Arquitecto del Universo, hasta el punto de que ningún masón podría siquiera imaginar que la apariencia del Templo del Rey Salomón podría ser diferente a la de su Templo Masónico donde sesiona regularmente. Sí El Templo de Salomón, para Jean Fouquet y todos sus contemporáneos, es una catedral gótica, y existe entre los dos edificios, sin diferencias sustanciales, ninguna digna de mención, y aún más para ser representado.

Es claro que Jesucristo hablaba en estos versículos de la Biblia de lo mismo que hoy los masones del presente siglo XXI pensamos, que no es tanto el templo físico, sino la idea de un templo inmaterial, que si bien en Masonería es alegóricamente simbólico , es muy real en el espíritu de la Idea .

ALCOSERI