La Filosofía Masónica
La definición real de la filosofía masónica es la siguiente: Ciencia que estudia todo por sus causas supremas, por medio de la Luz de la Consciencia y la Razón. La filosofía masónica debe entenderse como una Ciencia, esto quiere decir: es un conocimiento certero de las cosas por sus causas. Causa desde el punto de vista masónico es todo aquello que produce o determina a un ser.
El objetivo real de la filosofía masónica está determinado por todas las cosas y el Ser. El Ser no tiene limites, existe más allá de las limitaciones físicas, y es potencialmente perfectible. Mientras la filosofía masónica tiene un carácter completamente universal y va hacia lo verdaderamente importante, que son las cosas internas, que claramente determinan todo, las demás ciencias profanas sólo tienen objetos particulares y externos.
El objeto formal de la filosofía masónica es: las causas supremas de todas las cosas. La causa suprema es la última y definitiva explicación de la Naturaleza Universal. Las ciencias profanas estudian los efectos próximos. Por lo tanto, la filosofía masónica no se confunde con las ciencias profanas, ni con su totalidad. Estudia las mismas cosas que las ciencias profanas; pero desde una perspectiva de un plano superior.
El método de la filosofía masónica es racional, esto es, utiliza la experiencia. Nunca la fe ciega. Nuestra filosofía masónica lo estudia absolutamente todo de manera ecléctica. Se entiende que existen varios tipos o niveles de conocimiento: empíricos, filosóficos, científicos, deístas, teístas, ateístas esotéricos etc. Según que se capten en la experiencia humana, se refieren a efectos y causas, otras en la fe, para la masonería solamente son niveles distintos, dentro de conocimiento del mismo objeto, pero vistos desde diferentes puntos de vista. Nunca deben contraponerse, sino complementarse, y auxiliarse.
Entendiéndose con todo esto que la verdad para la masonería, esta más allá de lo que nos muestra la ciencia profana y la fe religiosa.
La masonería se define comúnmente como una institución filantrópica y progresista, pero también como una institución filosófica. ¿Qué significa eso? Es esta difícil cuestión de definir a la Masonería , es que es necesario abordarlo con vigor, claridad y talento.
¿Podemos hablar de una filosofía propia y exclusiva de la Masonería ? La pregunta no es sencilla de responder . No en el sentido en ningún caso de que se entienda por filosofía una disciplina, por no decir una determinada profesión, con sus códigos, sus propios conceptos, sus referentes, sus saberes y sus monumentos de referencia y deferencia. Nacida en el siglo de los filósofos por excelencia, la Masonería ciertamente nunca ha dejado de dialogar con ellos, pero al mismo tiempo nunca ha dejado de diferenciarse de ellos - por su objeto, por su método y por su modo característico de tensión hacia lo que uno u otro lado pretende: hacerse de la Verdad.
Semejanzas y diferencias, el camino iniciático masónico se cruza regularmente con los caminos de los filósofos académicos. Se pueden dar muchas conjeturas , donde nos encontramos con Descartes, Pascal, Spinoza o Leibnitz, y muchos otros. Pero el camino iniciático masónico mismo cava su propio surco, aquel por el cual la Razón sabe hacer lugar central al mito, a las palabras a los gestos, a las certezas al Misterio. En esto el camino iniciático masónico no es sólo un camino paralelo e inspirado por el de los filósofos; es como tal un camino original abierto en la Filosofía misma. Y es que la filosofía masónica es esotérica y la filosofía de los académicos es exotérica
La espiritualidad no puede reducirse a lo netamente racional profano .
Si no se puede tratar de hacer lugar para lo irracional, lo espiritual no puede reducirse a lo racional. ¿Debe concebirse la filosofía sólo en el centro de la razón o más bien en su periferia? Asimismo, para, la filosofía de la Masonería debe convocarse tanto al poeta como al pensador racional, tanto a lo imaginario como a lo real, debemos considerar tanto a Dante y Einstein como a Freud y Nietzsche, así como a Dios y al Demonio. Si el Maestro Hiram Abiff ha muerto, la urgencia no es sólo teórica, es existencial y no debemos dejar de verlo cara a cara, como los pastores de la Arcadia de Nicolás Poussin reunidos en torno a una tumba, que comenta con brillante agudeza quien ha pasado por la aventura masónica.
La muerte, el velo, el secreto, la luz, la revelación, la transmisión, el juramento son así reexaminados bajo la óptica masónica . Son hitos peligrosos, pero ayudan a avanzar, si no desvirtuamos su significado. ¿No somos ante todo viajeros “recorriendo todos los lugares del mito en busca de la tumba del mejor de los maestros masones ? » Es posible que Hiram Abiff el Maestre de Obras del Templo de Salomón jamás haya existido , como tampoco haya existido ni el Rey Salomón , ni el Templo dedicado a Dios en Jerusalén, pero eso a la Masonería no le importa, lo que le importa al masón es la historia y su contendido esotérico.
Recoger lo disperso es primero amarlo
Lo podemos ver: bajo la égida de un diálogo necesario entre la Razón y la Revelación Divina, el libro de la Ley o Santa Biblia pone el listón muy alto. El tema no es “mundano”. Es elevado, es espiritual. En consecuencia, entendemos que el verdadero masón no teme y denuncia la desviación de la filosofía masónica cuando se da, y acaba por considerar que su primer deber sería el de comprometerse con mejorar el mundo. En este punto, ¿debemos ser tan categóricos? Podemos hacernos la pregunta.
¿Por qué nuestro camino en la logia no podía extenderse y profundizarse fuera en el mundo profano ? a esta pregunta el Masón teme que al hacerlo nos estemos desvirtuando el sentido masónico de guardar el Secreto Masónico, el egregor se diluya , ya que el misterio masónico es solo para los elegidos, y que den muestras de ser merecedores .
Como podemos ver, el Tema Filosofía Académica Vs Filosofía Masónica ofrece material para el debate y la discusión. Nada es peor que un camino iniciático masónico que sería de conformidad o conformismo. No puede haber filosofía de iniciación masónica sin voluntad de riesgo. No es pues de extrañar que, contra toda postura dogmática de la filosofía académica , en Logia este el tema de ¿Qué fue primero la consciencia o la materia? Y la respuesta a esto, esté en el centro de uno de los últimos datos surgidos del entendimiento de qué es un verdadero masón , ya que el verdadero masón es el que apenas y se da cuenta que está formándose en él “La Verdadera Consciencia”.
Alcoseri