Tabernáculo de las luces
Según relata Ghazali, existen tres tipos de oscuridad:
La primera categoría de gente a quienes la luz está velada son
los mihida, los ateos, que no creen en Dios ni en la eterni-
dad y que eligen la vida externa de las cosas a la vida inter-
na del espíritu.
Unos creen que el origen del mundo es la Naturaleza; pero ella no posee conocimiento ni consciencia de sí misma. Otros estan centrados en sí mismos y viven de manera oscura, siempre agi- tados y violentos. Son como huracanes movidos por la pasión (hava) y por el ego (nafa). De ellos dice el Profeta
(hawa) y por el ego (nafs). De ellos dice el Profeta: "La pa sión es el mas detestable de los ídolos adorados sobre la The rra". En este segundo grupo los hay que defienden la realiza- ción de los deseos como objetivo de la vida: placeres, comida, sexo y apariencia. El objeto de su búsqueda es el placer y tam biến toda su fé. Los hay también que aman la victoria, el ata que, la conquista; y los que persiguen la riqueza y la prospe ridad a todo trapo, acumulando bienes, propiedades, rebaños... llenos de avidez. la palabra del Profeta les dice: "Desgracian dos esclavos del dinero". Otros, un poco más elevados creen en el prestigio y la reputación, en tener un gran número de dis
pulos y deslumbrar a los espectadores. Otros aûn dicen 14 114- ha illallah en sus labios, pero estan arrastrados por el te mor, la envidia o el fanatismo,
Ea la segunda categoría está la luz velada por una mezcla de joscuridad, y en ella se ha traspasado la fase en la que uno só io se interesa por sí mismo. En ella hay tres grupos: El primero está compuesto por aquellos cuya oscuridad viene de los sentidos. Estos desean alcanzar y conocer a su Señor a tra ves de la adoración de Idolos, su ceguera les impide traspasar el mundo sensible y se han fabricado estatuas de oro o marfil may bellas y las llaman dioses. Están velados por la luz de la
gloria y de la belleza. También están aquellos que no tienen ni comunidad ni religio- nes ni ley, y creen que su Señor debe ser la más bella de las cosas. Si ven a un caballo, roca, árbol o mujer muy bellos se postrarán ante él diciendo: "He aquí nuestro Señor". Están ce- gados por la luz de la belleza natural. Otros declaran que su Señor está dotado de esencia luminosa,
de forma esplendida, de poder terrible, y lo identifican al fuogo, están velados por la luz de la potencia y del esplendor Aún existen las que afirman que si dominamos el fuego este no conviene como divinidad, es necesario algo más elevado y mis libre. Adoran a Sirio, a Júpiter.... y son mestros en astrolo
gfa; están cogados por la luz de la elevación y del dominio. Hay quienes añaden que solo el sol merece ser adorado y nun los mis avanzados que reconocen que el sol sólo es un astro en tre muchos y adoran su esencia, la luz universal. +
En el segundo grupo están los que son velados por una luz moz- clada con la oscuridad de la imaginación. Ellos han traspasado el nivel de in percepción de los sentidos y afirman la existen cia de alguna cosa más allá de las realidades sensibles. Fero como no han podido traspasar el nivel imaginativo, adoran a un "Dios sentado en un trono..." en el extremo de un sinfin de va riantes. Están los que niegan la corporeidad de Dios y todos sus atributos, pero siguen situîndolo por encima del hombre. Estas gentes no han traspasado la relación con el espacio.
En tercer lugar están los que son velados por las luces divi- nas mezcladas con analogfas intelectuales, malas y tenebrosas. Adoran a un Dios que "oye, ve, habia, sabe, quiere, vive y es potente". Ya no lo sitúan en el espacio pero le conceden atributos humanos y lo magnifican hasta hacer de estos atributos signos de divinidad. Algunos dicen que habla como nosotros, otros de corazón a corazón, pero siempre lo hace a imagen del
La tercera categoría son los que están velados por las luces puras. Unos han evitado definir a Dios a partir de los Atributos, pre
firiendo hacerlo por su relación con las criaturas. Es Moisés contestando al Faraón: "El Señor de los Dioses es el que por Su santidad y trascendencia tiene Atributos que escapan a los significados literales; y es el que pone en movimiento a los cielos, los cuida y administra". También los hay de concepción más elevada que creen que un Angel gufa cada uno de los innume rables mundos y velos, y asi el Señor era "el que pone en movi miento el Cuerpo celeste más alejado que es el que engloba to- das las esferas en una gran unidad". Otros aún afirman que es un Angel el que hace mover los mundos
y que el Señor de los Mundos vigila y es obedecido por él. El Señor es el que pone el Todo en movimiento por su mando, no di rectamente.
Pero hay una cuarta categoría de personas, los alwanthin, los que llegan al final, más allá del señor de los mundos; mis allá de los angeles y las luces divinas, hasta el Ser Puro, sin atributos, que todo lo inunda, en el Cual todo existe. ها gloria de su rostro reune lo interior y lo exterior y está exento de todas las cosideraciones que producen los tres velos Pero aún hay diferentes grupos dentro de esta realización: Algunos han llegado al punto donde todo lo anterior a Su Pre- sencia se ha disuelto, pero ellos siguen siendo el sujeto de la visión. Otros han ido más lejos y se han desvanecido, han sido consumidos y han desaparecido, no tienen ya conciencia de sí mismos son los santos entre los santos, sólo queda to divi no. Son aquellos para los que "Toda cosa es perecible salvo Su Rostro".
Aún hay aquellos que han atravesado todos los velos progresiva ente como se dice de Abraham, el amigo de Dios, y otros, que han ido directamente a esta santidad y trascendencia, como Muh ammed, el bienamado de Dios.
Al-Ghazali.