En el blog de Carpinterías para CTE queremos dar a conocer a arquitectos, ingenieros, constructores y gente afín a este mundo las virtudes del buen hacer. Para ello y en busca de la excelencia, queremos acercar al público el Código Técnico de la Edificación.
Presentamos Ferias, damos a conocer el PVC kömmerling, hablamos de los grandes maestros y damos consejos para mejorar profesionalmente.
Pero un buen arquitecto debe de estar entre dos mundos. Por un lado es un técnico, comprometido y entendido del buen hacer en su profesión. Del otro lado, es un artista, un humanista que debe dar soluciones siempre mejores y que sean capaces de cautivar el alma.
Hoy queremos centrarnos en esta nueva faceta que en cierta medida la burbuja inmobiliaria ha hecho que se le diera la espalda. Para ello no hay nada más apasionante que volver la vista atrás en busca del arte y de la magia que nos proporciona el Número Áureo. Un número que encontramos en la naturaleza, el espacio, las cosas cotidianas y por supuesto en el Arte y en la Arquitectura.
El numero Áureo, La Divina Proporción, Phi, Numero de Oro, existen innumerables nombres y escritos sobre este numero que se conoce desde la antigüedad. Según Euclides, uno de los primeros sabios en estudiarlo: ““Se dice que una línea recta está dividida entre el extremo y su proporcional cuando la línea entera es al segmento mayor como el mayor es al menor.” Aunque como hemos comentado, su aplicación es infinita, queremos centrarnos en ejemplos arquitectónicos que llevan el sello de este número fantástico.
Uno de los primeros ejemplos que encontramos son Las Pirámides de Egipto. El número áureo aparece hasta tres veces en las relaciones numéricas entre los distintos elementos de la pirámide.
Otro ejemplo de lo que es capaz de diseñar y construir el ser humano es El Partenón de Atenas. Rectángulos, diagonales, relaciones, hay muchas representaciones del número mágico en esta maravilla del mundo antiguo.
Obras mas recientes como la Catedral de Notre Damme en París consiguen su armonía utilizando el numero Phi.
También en París, la Torre Eiffel tiene proporciones Áureas en todo su desarrollo.
Le Corbusier no se limito a aplicar en sus proyectos este número. Quiso ir más allá y al estudiarlo profundamente desarrollo un nuevo sistema de medida más humano que todos conocemos como El Modulor.
Aunque podemos encontrarlo en muchos edificios y construcciones, también podemos verlo en muchas cosas que conocemos, sin importar la escala:
Una galaxia, la relación entre planetas, una caracola, un girasol, en La Gioconda o Mona Lisa, un iPod, un paquete de tabaco…
Lo que no hay duda es que guarda una relación intrínseca con lo que entendemos como belleza por lo que es esencial para cualquiera de las Bellas Artes que conocemos y la Arquitectura nunca puede ser una excepción.