Perú es un país mágico, con una gran historia, con una geografía llena de contrastes y con unas gentes amables y llenas de fuerza. Era el destino de mi primer viaje de cooperación. Decidí hacer cooperación porque me parecía una muy buena manera de conocer otra realidad desde el el meollo del asunto, de intentar ayudar y de, al fin y al cabo, tener una experiencia inolvidable. Todo ello lo cumplió con creces.

Viajé en grupo con la ONG Solidaridad Internacional. Éramos un grupo de 10 personas. Viajar en grupo también es una buena manera de conocerte a tí mismo. Recomiendo la experiencia. Salimos del aeropuerto de Sevilla un 4 de julio. Primer destino Madrid y de allí a Lima. El viaje es largo pero cuando se hace con tanta ilusión no parece nada. Desde Lima cogimos otro avión hasta Cusco. Pero aquí ocurrió el primer contratiempo del viaje. Nuestras maletas se habían perdido.

Como habíamos cambiado de compañía aérea no habían cambiado nuestras maletas y
nos habían asesorado mal en el aeropuerto de Sevilla, donde nos dijeron que no nos teníamos que preocupar de ellas.

Algo más de 20 horas después llegamos a nuestro destino: Cusco, el ombligo del mundo.

¿Por qué "ombligo del mundo"? Cusco significa en Quechua, ombligo. Cusco era la capital del Imperio Inca y para ellos Cusco era el ombligo de la vida. Cusco es una ciudad de casi 400.000 habitantes dividida en varios distritos.

Nuestra casa durante un mes estaba en el distrito de San Jerónimo. Nos íbamos a quedar en una granja de la ONG contraparte con la que nuestra ONG de España trabaja, se trata de Guaman Poma de Ayala. San Jerónimo es un barrio humilde, algunas calles no están asfaltadas pero es que allí tiene que haber un mínimo de casas en la calle para que se llegue a asfaltar. La Plaza de Armas de San Jerónimo es muy bonita y allí puedes encontrar multitud de cibercafés y desde allí puedes coger la Chasca para ir al centro.

Antes de comenzar a hablar más concretamente, diré que Cusco me marcó no sólo por ser una ciudad espléndida en cuanto a arquitectura y gastronomía también por las personas, por su forma de ser, por el ambiente que se vivía en el centro y el contraste entre el centro y los distritos del extrarradio. En el distrito de San Jerónimo el color marrón era el predominante, el marrón de las calles, de las montañas que les rodean, hay mucho polvo. Muchas de las casas están a medio terminar y muchas calles sin asfaltar.

Algo que no olvidaré es lo que acabamos llamando "arbol de Navidad". Por la noche, desde la Plaza de Armas puedes ver las colinas que rodean Cusco donde hay casas construidas (en muy malas condiciones), las luces de estas casas esparcidas por la colina hacen que parezca un arbol lleno de pequeñas lucecitas.

"Mal de altura"

Algo que hay que tener muy en cuenta cuando viajas a Cusco es la altura. El "soroche" es muy común. Es el llamado "mal de altura".

Cusco está a más de 3.000 metros de altura y eso afecta mucho al organismo. Un remedio natural perfecto, además del Ibuprofeno, es la coca. El mascar coca es algo histórico en Perú. Hay infusiones=mates de coca. Te vendrán bien para contrarrestar el "soroche" y facilitar la digestión que también se hace pesada por la altura. Normalmente, el efecto se te pasa en unos días pero depende de laspersonas.

Nosotros notamos el "mal de altura" muy pronto y durante varios días tuve dolores de cabeza y sensación de mareo pero se me pasó pronto. Peor fue tener que estar 4 días sin maletas. aunque estaban a poco más de un hora en avión tardaron 4 días en llegar. Yo no había sido precavida y tuve que recurrir a mis compañeras para la ropa.

Cusco fue nuestro cuartel general y desde allí nos movimos a otros lugares del Valle.

Nuestro día a día, según cada uno, consistía en levantarnos al amanecer, desayunar e ir a la ONG, cerca del centro por lo que teníamos que coger la Chasca. Estar en la ONG era tener una puerta abierta a la realidad del Perú. Como estaba muy cerca del centro, cuando acabábamos nuestras tareas, normalmente, íbamos al centro.

El centro de Cusco

El centro de Cusco es precioso. No hay que olvidar que es Patrimonio de la Humanidad. La Plaza de Armas es digna de contemplar. Te puedes sentar en uno de los bancos que hay que pasar el rato viendo a los viandantes y los edificios que la conforman. Desde allí podrás ir a los barrios más importantes, emblemáticos y tradicionales de Cusco: San Blas, Santa Ana, San Cristóbal y San Pedro. También hay calles que no debes dejar de visitar como es la calle Hatun Rumiyoq donde puedes ver la roca de los doce ángulos.

También te recomiendo que visites la plaza donde está el Monasterio, de allí parte la calle 7 culebras. La esquina que de la calle 7 culebras y la plaza podrás ver grabadas en la piedra varias culebras… siete a un lado y otras siete al otro.

Un amigo peruano me lo enseñó, contó las culebras que daban a la cara de la plaza y dijo: “y al volver la esquina continúa la fantasía”.

Higiene

Excepto los comercios más en el centro, el resto son bastante sucios. La higiene es muy básica y si sales un poco de los lugares turísticos tendrás que dejar de ser escrupuloso.
Te recomiendo que lleves líquido para limpiar las manos en seco.

Si te ponen una cerveza limpia la boquilla y el vaso con un papel antes de beber. Aunque en casi todos los lugares que fui te ponían el papel con el vaso para que lo hicieras.

Seguridad

Cusco es, en general, seguro. Pero, como en todos sitios, usa el sentido común y no te confíes.

La moneda y los precios
La moneda de Perú son los nuevos Soles. Al cambio (en Europa) es 1 euro=4 soles. 
El país es muy barato y puedes llegar a comer un menú completo por algo más de un euro. Si te mueves por lugares no muy turísticos te ahorrarás mucho dinero y podrás comer y adquirir cosas más auténticas.
El regateo funciona mucho, no te cortes en regatear.

El transporte

Las Chascas son los transportes urbanos. Se trata de furgonetas que han burdamente han adaptado como microbuses pero aunque les pongan algunos asientos no dejan de ser lo que son, furgonetas. Hay diversas líneas con sus paradas pero esto es lo único regulado que tiene. Su aforo lo marca el espacio, así que lo normal es que estés casi aplastado. Una persona conduce y otra está junto a la puerta corredera de atrás para regular las entradas y salidas, cobrar y cantar las paradas. Cuando llega una parada la grita y dice: sube, sube, baja, baja. Es muy peculiar. No es un transporte muy confortable pero sí barato.

Los taxis no son mucho más confortables. Normalmente, son pequeños coches bastante básicos. Esto es un problema teniendo en cuenta que las calzadas de Cusco son muy deficientes. De hecho, los accidentes de tráfico son frecuentes. La conducción es muy temeraria. Los peatones no respetan los pasos regulados para cruzar las calles y algunos semáforos parecen que no existen. Todo es cuestión de fe y confianza en la pericia del conductor. Los taxis no son caros (Perú es un país muy barato) pero tienes que tener mucho cuidado porque algunos son ilegales. Tienes que fijarte que tengan licencia. En diferencia a la Chasca, el precio del taxi es negociable, bueno, en Perú todo es negociable, funciona mucho el regateo. Antes de montarte en el taxi, pregúntale el precio al taxi y regatea un poco, normalmente siempre te bajan varios soles.

Comida y bebida en Cusco

La granja de San Jerónimo era un lugar muy confortable pero lo mejor, sin duda, fue la gente que se ocupaba de nuestro bienestar durante esos días. Entre ellos, Marta, la cocinera. Siempre disponible con una sonrisa. Con ella pudimos conocer y disfrutar de la verdadera comida peruana. La patata y la sopa eran básicas. Los desayunos se basaban en pan, no el pan como nosotros lo conocemos, es una especie de pan de pita pero dulce. También mantequilla, mermelada... la leche era en polvo. Algunos días teníamos aguacate. No nos resistimos a comprar lonchas de pavo.

La comida y la cena siempre empezaba con una sopa. Creo que en todos los días que estuvimos allí se repitió la sopa. Normalmente era con quinua. Estaban riquísimas y eso teniendo en cuenta que a mi no me gusta mucho la sopa. La dieta era básica: arroz, sopa. patatas, verduras y carne.

Llegamos a comer Cui. Se trata de un conejillo de indias que tiene una pinta de rata importante. La verdad, es que la imagen no es lo mejor pero había que probarlo. Normalmente se cocina a la brasa, acompañado de muchos tipos de patatas (en Perú existen más de 300 tipos de patatas). Normalmente, se sirve entero pero a nosotros tuvieron la delicadeza de cortárnoslo. El sabor es muy sabroso y te recomiendo que lo pruebes. Está riquísimo.

No todos los días comíamos en la granja de San Jerónimo, muchas veces comíamos fuera y así pudimos probar el ceviche, anticucho, chicharrones, el pisco souer (me encantó!), la chica (no tanto... jiji!) y algunos guisos muy sabrosos.

La comida de Perú es muy sabrosa pero tiene un problema: provoca muchos gases! Así que te recomiendo que tomes infusiones para evitarlos o tomes algún medicamento para lo mismo.

Con respecto a las bebidas ya he comentado el pisco souer. Está elaborado a base de pisco (un aguardiente típico de Perú) y clara de huevo. Aunque tiene mucho alcohol es muy suave al gusto. La cerveza es muy rica, si te gusta la cerveza disfrutarás mucho con la cerveza peruana. A mi, la que más me gustaba era la Cusqueña. No hay que dejar de destacar la bebida nacional: la Inka Cola. Su color amarillo fluorescente llama la atención. Su sabor es muy dulzón pero me encantó. Sobre todo después de saber que Perú era el único país donde otro refresco se vendía más que la Coca-cola, así que la multinacional decidió comprar la Inka Cola y no perder esos beneficios.

Mercados

Todo Cusco está repleto de pequeños comercios donde puedes comprar de casi de todo. Son pocos los supermercados que hay. Pero cada barrio tiene su mercado. Los mercados son un buen lugar para pasearte simplemente por curiosidad. Por ver los alimentos que usan. La parte de las verduras se caracteriza por sus colores como el de la carne y el pescado por su olor. Me sorprendió la higienización del lugar, o mejor dicho, la poca higienización. Las carnes y los pescados están al aire libre y sólo le salva de las moscas y los insectos el trapo de la dependienta.

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