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General: EN EL TEMPLO DE MAGDALENA EN VENECIA ESTA LA CLAVE DEL TRIANGULO DE LAS BERMUDAS
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11 DE SEPTIEMBRE O SEPTIEMBRE 11
11/9 O 9/11
Sapientia Aedificavit Sibi Domum. Es decir, "la sabiduría ha edificado aquí su casa". Resulta curioso que la misma frase aparece en el Evangelio de María Magdalena, un texto apócrifo. Se dice que en el interior de esta iglesia y de otras muchas de Venecia está escondido el tesoro de los templarios. Pero no hay ninguna prueba de ello. Para terminar ya con esta entrada me gustaría que nos acercásemos un momento a uno de los edificios más emblemáticos de Venecia: el Palacio Ducal.
La Maddalena
Tomb of Tommaso Temanza
ISLA SAN GIORGIO (VENECIA)=GEORGE LEMAITRE
GEMATRIA EN INGLES DE SEED=33
GEMATRIA EN INGLES DE GATE=33
SARA (CE-SAREA DE FILIPO)=PARALELO 33
"¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría (sophia) y de la ciencia (gnwsiV, gnosis) de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!" (Romanos, 11: 33).
25 DE ABRIL=DIA DE SAN MARCOS
22 DE JULIO=DIA DE MARIA LA MAGDALENA
the Apple
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patagonia=911=volver al futuro
2 pinos=pinochet=911=9/11/1973
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Estimado lector que rozas una vez más la suave y policromada pluma del Tocororo:
Albert Einstein, Premio Nobel de Física, el científico más importante del siglo XX y posiblemente el segundo de toda la humanidad (el primero es Isaac Newton sin duda alguna) , visitó La Habana el 21 y 22 de diciembre de 1930. Su estancia en la capital se debió a que el Belgenland, barco en que viajaba desde la ciudad holandesa de Amberes, hizo escala en el puerto de La Habana antes de cruzar por el canal de Panamá con destino a la ciudad de San Diego, en la costa norteamericana del Pacífico. En este último lugar lo recibiría Edwin Hubble.
Hubble fue uno de los más importantes astrónomos estadounidenses del siglo XX, famoso principalmente porque en 1929 había demostrado la expansión del universo midiendo el corrimiento hacia el rojo de las galaxias distantes. Hubble es considerado el padre de la cosmología observacional aunque su influencia en astronomía y astrofísica tocó muchos otros campos.
Un poquito de Física: Cuando un tren se acerca a nosotros a gran velocidad haciendo sonar su silbato, notamos una subida en el tono de su sonido (la frecuencia aumenta) pero cuando el tren se aleja de nosotros apreciamos una bajada de ese tono (la frecuencia disminuye). Este fenómeno se conoce como Efecto Doppler y también se produce en el caso de la luz de forma que si miramos hacia una estrella que se acerca a gran velocidad percibimos su luz con un tono azulado pero si se aleja, ese tono sería rojizo. A esto se le llama corrimiento hacia el rojo.
El efecto Doppler puede usarse para medir la velocidad de los coches en la carretera utilizando ondas de radio de onda muy corta. (RADAR).
El propio Einstein, quien creía en un principio en un universo estático, introdujo de forma artificial un término extra a sus ecuaciones, denominado constante cosmológica, para evitar el fenómeno de la expansión. Tras los resultados publicados por Hubble, Einstein se retractó y retiró este término, al que llamó “el mayor error de mi carrera“. Einstein hizo entonces un famoso viaje a Monte Wilson en 1931 para agradecer a Hubble que hubiera sentado las bases de la cosmología moderna.
La alegría de los científicos cubanos de conocer y dialogar con el más notable de los físicos de todo el mundo era tan grande como la preocupación que tenían por la tensa situación social y política que vivía Cuba. Eran tiempos en que el General Gerardo Machado, apoyado por las fuerzas represivas y el apadrinamiento del gobierno yanqui, había prorrogado su mandato presidencial convirtiéndolo en una cruel dictadura. El descontento popular crecía y los estudiantes y revolucionarios se organizaban para enfrentar valientemente a aquel odioso y sangriento régimen. Hacía pocas semanas que en una protesta popular contra el gobierno las balas de la policía habían asesinado a Rafael Trejo, uno de los líderes universitarios más queridos y para colmo, la Universidad acababa de ser clausurada por decreto presidencial.
Los dirigentes de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y de la Sociedad Geográfica de Cuba trataron de hacer todo lo posible para disimular aquella realidad y darle el tratamiento que correspondía a tan distinguida y singular personalidad. A las ocho de la mañana del día 21 abordaron el barco para darle la bienvenida. También había decenas de periodistas.
Einstein agradeció el saludo de los académicos, dijo algunas palabras a los reporteros y posó para los fotógrafos y camarógrafos cubanos y extranjeros.
Aunque era el mes de diciembre Einstein sudaba mucho y constantemente colocaba sus manos sobre los ojos, a modo de visera, para protegerse de la intensa claridad del sol. Los anfitriones le propusieron un programa que comenzaba con una visita oficial al secretario de Estado de Cuba para luego continuar a la Academia de Ciencias, donde recibiría el homenaje de los científicos cubanos. Seguidamente saludaría a la comunidad hebrea residente en la capital y terminaría la jornada matutina almorzando en el hotel Plaza. Él lo aceptó todo con su acostumbrada cortesía y sencillez, pero pidió que antes lo llevaran a algún lugar donde pudiera comprar un sombrero que resguardara su cabeza y sus ojos de aquel intenso sol.
Sus anfitriones eligieron “El Encanto”, la más famosa tienda de ropas de la ciudad, considerada una de las mejores de América Latina. Previamente el Ingeniero Millás había llamado a José Solís, gerente del establecimiento, para prevenirle de la visita y de su intención. Solís recibió al sabio en la entrada del comercio e inmediatamente lo llevó al departamento de sombreros. En aquellos tiempos estaba de moda usarlos y el comerciante buscó en sus almacenes el mejor que tenía: un sombrero de Panamá.
A Einstein le gustó mucho porque era muy cómodo y justo de su medida. Pensó que era fabricado en la isla, pero le llamó la atención oír que era de Panamá y quiso que le aclararan esa duda. Solís le dijo que el sombrero no estaba hecho ni en Cuba, ni en Panamá, sino en Ecuador, en una región llamada Jipijapa donde abunda una palma del mismo nombre cuyas hojas tienen unas características muy especiales y cuyos aborígenes heredan, por generaciones, la habilidad de trenzar y darle forma y tamaño a cada sombrero que requiere de dos a tres meses de intenso trabajo para hacerlo.
Y continuó Solís: este sombrero usted podrá estrujarlo, aplastarlo o pisotearlo y siempre volverá a adquirir su elegante aspecto original. Así es este genuino sombrero de Jipijapa. En cuanto a su otro nombre, se lo pusieron los ingenieros y jefes de obras norteamericanos cuando construían el canal de Panamá a principios del siglo XX. Ellos no sólo lo usaban por su comodidad, frescura, y elegancia, sino también porque al ser tan exclusivo y caro se diferenciaba de las raídas gorras o sucios sombreros que usaban los peones o trabajadores corrientes. Así se reconocía de inmediato, como si fuera la gorra entorchada de un general, la autoridad de los mandamases extranjeros que preferían decir que sus sombreros eran de Panamá a darle crédito a aquella humilde región ecuatoriana que los producía.
Cuando Theodore Roosevelt visitó el canal usó dicho sombrero, lo que aumentó su popularidad. Entre la lista de sus propietarios más famosos se encuentran el primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, el actor estadounidense Humphrey Bogart y el cantante Frank Sinatra.
La ciudad ecuatoriana de Cuenca es el productor principal; sin embargo, el cantón de Montecristi tiene la reputación de producir los sombreros de calidad más fina. Según la tradición, los sombreros de Jipijapa se realizan a partir de las hojas trenzadas de la Carludovica palmata.
Einstein escuchó con atención esos relatos e insistió en pagar por el sombrero. Solís, hombre agradable y convincente, le dijo que era un obsequio de la tienda. Ante la insistencia de Einstein, Solís le expresó entonces que sería un honor para “El Encanto” el tener de recuerdo un retrato suyo hecho en el taller de fotografía de su comercio. El científico lo complació a pesar del poco tiempo disponible.
Gonzalo Lobo era uno de los mejores retratistas de La Habana y firmaba sus fotografías con el pomposo nombre de Van Dyck. Su estudio formaba parte de la gran variedad de departamentos que tenia la tienda para complacer a la exigente burguesía cubana. El fotógrafo con su desenvoltura habitual colocó al sabio delante de un fondo negro para resaltar las canas que cubrían la desordenada cabeza del sabio y captó su expresión característica con la mirada bondadosa e inteligente que caracterizaba su rostro. Así fue la primera visita que realizó el científico en La Habana, acompañado por su esposa Hedwig y sus cicerones cubanos.
Luciendo su fresco sombrero de Jipijapa fue a la Secretaria de Estado y después, escoltado por un ejército de periodistas, asistió al homenaje que le ofrecieron los miembros de la Academia de Ciencias. Saludó a la colonia hebrea de La Habana y concurrió al almuerzo que le brindaron los científicos en el hotel Plaza. Por la tarde se interesó por ver la naturaleza cubana y efectuaron un recorrido en dos autos por la zonas rurales de Santiago de las Vegas, donde pudo admirar las palmas reales y el verdor de la campiña criolla, el recién inaugurado aeropuerto de Rancho Boyeros, la Escuela de aviación Curtis, el embellecido pueblo de Boyeros con su flamante Escuela Técnica Industrial, el Asilo para enfermos mentales de Mazorra y los hermosos jardines del acueducto de Vento. Luego recorrieron el exclusivo reparto de Miramar y las lujosas Sociedades del Havana Yatch Club y el Country Club. No hubo paradas, solo un rápido vistazo por todos aquellos lugares porque a las cinco de la tarde estaba señalada una recepción en la Sociedad Cubana de Ingenieros.
La comitiva no llegó a la hora señalada sino mucho más tarde. Estaban agotados y a Einstein le esperaba, como en la mañana, saludos, abrazos, discursos, brindis y una interminable fila de caza autógrafos. En medio de aquella agobiante aglomeración de invitados y curiosos, de oír palabras cuyo idioma desconocía y de sonreír a todos, se escabulló finalmente hasta el auto donde lo aguardaba su esposa. Prácticamente huyeron para refugiarse en el camarote de su barco. Pero también allí le esperaba una invitación especial que el gobierno le hacía para que descansara en el recién construido Hotel Nacional, el mejor hotel del Caribe. Agradeció el ofrecimiento, pero rehusó aceptarlo.
Al día siguiente, temprano, el director del Observatorio Nacional, ingeniero Millás y su esposa fueron a buscarlo al trasatlántico y como sabían que no le gustaba el protocolo, ni los halagos, le propusieron ir a donde él quisiera. Einstein agradeció la idea y pidió ver los lugares más pobres de la ciudad. Y Millás lo llevó a los solares de la Habana Vieja y los repartos de “Llega y Pon” y “Pan con Timba” nombres que le resultaron muy ocurrentes y simpáticos porque reflejaban el humor de aquellos infortunados, en su mayoría negros.
También conoció el Mercado Único con sus puestos de pescado, frutas y carne fresca, y escuchó a los pregoneros con sus alegres ofertas. Ello le dio una visión real de cómo vivían la mayoría de los cubanos. A su regreso, el barco ya estaba listo para continuar su viaje. Lo esperaba el viejo Solís para regalarle una elegante ampliación del retrato captado por Lobo y también estaban las autoridades, académicos, periodistas y otras personalidades para despedirlo. El barco partió a la una en punto de la tarde y mientras se alejaba, en la cubierta, el sencillo sabio decía adiós a sus amigos habaneros agitando su sombrero de jipijapa.
Al atardecer de ese mismo día, en la vidriera principal de “El Encanto” en la calle Galiano, el decorador dio los retoques finales a una elegante escenografía para homenajear a Einstein. Se apreciaba una gigantesca ampliación del retrato que le había hecho Gonzalo Lobo acompañada de una docena de fotos del reportero grafico Rafael Pegudo que mostraban varios momentos de la visita del científico a la capital. En un rótulo cuidadosamente dibujado se destacaba una frase que Einstein había dicho a la prensa a su llegada a La Habana: “La Ciencia une a los hombres y evita las guerras”
https://almejeiras.wordpress.com/2013/04/23/einstein-estuvo-en-cuba/ |
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Estimado lector que rozas una vez más la suave y policromada pluma del Tocororo:
Albert Einstein, Premio Nobel de Física, el científico más importante del siglo XX y posiblemente el segundo de toda la humanidad (el primero es Isaac Newton sin duda alguna) , visitó La Habana el 21 y 22 de diciembre de 1930. Su estancia en la capital se debió a que el Belgenland, barco en que viajaba desde la ciudad holandesa de Amberes, hizo escala en el puerto de La Habana antes de cruzar por el canal de Panamá con destino a la ciudad de San Diego, en la costa norteamericana del Pacífico. En este último lugar lo recibiría Edwin Hubble.
Hubble fue uno de los más importantes astrónomos estadounidenses del siglo XX, famoso principalmente porque en 1929 había demostrado la expansión del universo midiendo el corrimiento hacia el rojo de las galaxias distantes. Hubble es considerado el padre de la cosmología observacional aunque su influencia en astronomía y astrofísica tocó muchos otros campos.
Un poquito de Física: Cuando un tren se acerca a nosotros a gran velocidad haciendo sonar su silbato, notamos una subida en el tono de su sonido (la frecuencia aumenta) pero cuando el tren se aleja de nosotros apreciamos una bajada de ese tono (la frecuencia disminuye). Este fenómeno se conoce como Efecto Doppler y también se produce en el caso de la luz de forma que si miramos hacia una estrella que se acerca a gran velocidad percibimos su luz con un tono azulado pero si se aleja, ese tono sería rojizo. A esto se le llama corrimiento hacia el rojo.
El efecto Doppler puede usarse para medir la velocidad de los coches en la carretera utilizando ondas de radio de onda muy corta. (RADAR).
El propio Einstein, quien creía en un principio en un universo estático, introdujo de forma artificial un término extra a sus ecuaciones, denominado constante cosmológica, para evitar el fenómeno de la expansión. Tras los resultados publicados por Hubble, Einstein se retractó y retiró este término, al que llamó “el mayor error de mi carrera“. Einstein hizo entonces un famoso viaje a Monte Wilson en 1931 para agradecer a Hubble que hubiera sentado las bases de la cosmología moderna.
La alegría de los científicos cubanos de conocer y dialogar con el más notable de los físicos de todo el mundo era tan grande como la preocupación que tenían por la tensa situación social y política que vivía Cuba. Eran tiempos en que el General Gerardo Machado, apoyado por las fuerzas represivas y el apadrinamiento del gobierno yanqui, había prorrogado su mandato presidencial convirtiéndolo en una cruel dictadura. El descontento popular crecía y los estudiantes y revolucionarios se organizaban para enfrentar valientemente a aquel odioso y sangriento régimen. Hacía pocas semanas que en una protesta popular contra el gobierno las balas de la policía habían asesinado a Rafael Trejo, uno de los líderes universitarios más queridos y para colmo, la Universidad acababa de ser clausurada por decreto presidencial.
Los dirigentes de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y de la Sociedad Geográfica de Cuba trataron de hacer todo lo posible para disimular aquella realidad y darle el tratamiento que correspondía a tan distinguida y singular personalidad. A las ocho de la mañana del día 21 abordaron el barco para darle la bienvenida. También había decenas de periodistas.
Einstein agradeció el saludo de los académicos, dijo algunas palabras a los reporteros y posó para los fotógrafos y camarógrafos cubanos y extranjeros.
Aunque era el mes de diciembre Einstein sudaba mucho y constantemente colocaba sus manos sobre los ojos, a modo de visera, para protegerse de la intensa claridad del sol. Los anfitriones le propusieron un programa que comenzaba con una visita oficial al secretario de Estado de Cuba para luego continuar a la Academia de Ciencias, donde recibiría el homenaje de los científicos cubanos. Seguidamente saludaría a la comunidad hebrea residente en la capital y terminaría la jornada matutina almorzando en el hotel Plaza. Él lo aceptó todo con su acostumbrada cortesía y sencillez, pero pidió que antes lo llevaran a algún lugar donde pudiera comprar un sombrero que resguardara su cabeza y sus ojos de aquel intenso sol.
Sus anfitriones eligieron “El Encanto”, la más famosa tienda de ropas de la ciudad, considerada una de las mejores de América Latina. Previamente el Ingeniero Millás había llamado a José Solís, gerente del establecimiento, para prevenirle de la visita y de su intención. Solís recibió al sabio en la entrada del comercio e inmediatamente lo llevó al departamento de sombreros. En aquellos tiempos estaba de moda usarlos y el comerciante buscó en sus almacenes el mejor que tenía: un sombrero de Panamá.
A Einstein le gustó mucho porque era muy cómodo y justo de su medida. Pensó que era fabricado en la isla, pero le llamó la atención oír que era de Panamá y quiso que le aclararan esa duda. Solís le dijo que el sombrero no estaba hecho ni en Cuba, ni en Panamá, sino en Ecuador, en una región llamada Jipijapa donde abunda una palma del mismo nombre cuyas hojas tienen unas características muy especiales y cuyos aborígenes heredan, por generaciones, la habilidad de trenzar y darle forma y tamaño a cada sombrero que requiere de dos a tres meses de intenso trabajo para hacerlo.
Y continuó Solís: este sombrero usted podrá estrujarlo, aplastarlo o pisotearlo y siempre volverá a adquirir su elegante aspecto original. Así es este genuino sombrero de Jipijapa. En cuanto a su otro nombre, se lo pusieron los ingenieros y jefes de obras norteamericanos cuando construían el canal de Panamá a principios del siglo XX. Ellos no sólo lo usaban por su comodidad, frescura, y elegancia, sino también porque al ser tan exclusivo y caro se diferenciaba de las raídas gorras o sucios sombreros que usaban los peones o trabajadores corrientes. Así se reconocía de inmediato, como si fuera la gorra entorchada de un general, la autoridad de los mandamases extranjeros que preferían decir que sus sombreros eran de Panamá a darle crédito a aquella humilde región ecuatoriana que los producía.
Cuando Theodore Roosevelt visitó el canal usó dicho sombrero, lo que aumentó su popularidad. Entre la lista de sus propietarios más famosos se encuentran el primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, el actor estadounidense Humphrey Bogart y el cantante Frank Sinatra.
La ciudad ecuatoriana de Cuenca es el productor principal; sin embargo, el cantón de Montecristi tiene la reputación de producir los sombreros de calidad más fina. Según la tradición, los sombreros de Jipijapa se realizan a partir de las hojas trenzadas de la Carludovica palmata.
Einstein escuchó con atención esos relatos e insistió en pagar por el sombrero. Solís, hombre agradable y convincente, le dijo que era un obsequio de la tienda. Ante la insistencia de Einstein, Solís le expresó entonces que sería un honor para “El Encanto” el tener de recuerdo un retrato suyo hecho en el taller de fotografía de su comercio. El científico lo complació a pesar del poco tiempo disponible.
Gonzalo Lobo era uno de los mejores retratistas de La Habana y firmaba sus fotografías con el pomposo nombre de Van Dyck. Su estudio formaba parte de la gran variedad de departamentos que tenia la tienda para complacer a la exigente burguesía cubana. El fotógrafo con su desenvoltura habitual colocó al sabio delante de un fondo negro para resaltar las canas que cubrían la desordenada cabeza del sabio y captó su expresión característica con la mirada bondadosa e inteligente que caracterizaba su rostro. Así fue la primera visita que realizó el científico en La Habana, acompañado por su esposa Hedwig y sus cicerones cubanos.
Luciendo su fresco sombrero de Jipijapa fue a la Secretaria de Estado y después, escoltado por un ejército de periodistas, asistió al homenaje que le ofrecieron los miembros de la Academia de Ciencias. Saludó a la colonia hebrea de La Habana y concurrió al almuerzo que le brindaron los científicos en el hotel Plaza. Por la tarde se interesó por ver la naturaleza cubana y efectuaron un recorrido en dos autos por la zonas rurales de Santiago de las Vegas, donde pudo admirar las palmas reales y el verdor de la campiña criolla, el recién inaugurado aeropuerto de Rancho Boyeros, la Escuela de aviación Curtis, el embellecido pueblo de Boyeros con su flamante Escuela Técnica Industrial, el Asilo para enfermos mentales de Mazorra y los hermosos jardines del acueducto de Vento. Luego recorrieron el exclusivo reparto de Miramar y las lujosas Sociedades del Havana Yatch Club y el Country Club. No hubo paradas, solo un rápido vistazo por todos aquellos lugares porque a las cinco de la tarde estaba señalada una recepción en la Sociedad Cubana de Ingenieros.
La comitiva no llegó a la hora señalada sino mucho más tarde. Estaban agotados y a Einstein le esperaba, como en la mañana, saludos, abrazos, discursos, brindis y una interminable fila de caza autógrafos. En medio de aquella agobiante aglomeración de invitados y curiosos, de oír palabras cuyo idioma desconocía y de sonreír a todos, se escabulló finalmente hasta el auto donde lo aguardaba su esposa. Prácticamente huyeron para refugiarse en el camarote de su barco. Pero también allí le esperaba una invitación especial que el gobierno le hacía para que descansara en el recién construido Hotel Nacional, el mejor hotel del Caribe. Agradeció el ofrecimiento, pero rehusó aceptarlo.
Al día siguiente, temprano, el director del Observatorio Nacional, ingeniero Millás y su esposa fueron a buscarlo al trasatlántico y como sabían que no le gustaba el protocolo, ni los halagos, le propusieron ir a donde él quisiera. Einstein agradeció la idea y pidió ver los lugares más pobres de la ciudad. Y Millás lo llevó a los solares de la Habana Vieja y los repartos de “Llega y Pon” y “Pan con Timba” nombres que le resultaron muy ocurrentes y simpáticos porque reflejaban el humor de aquellos infortunados, en su mayoría negros.
También conoció el Mercado Único con sus puestos de pescado, frutas y carne fresca, y escuchó a los pregoneros con sus alegres ofertas. Ello le dio una visión real de cómo vivían la mayoría de los cubanos. A su regreso, el barco ya estaba listo para continuar su viaje. Lo esperaba el viejo Solís para regalarle una elegante ampliación del retrato captado por Lobo y también estaban las autoridades, académicos, periodistas y otras personalidades para despedirlo. El barco partió a la una en punto de la tarde y mientras se alejaba, en la cubierta, el sencillo sabio decía adiós a sus amigos habaneros agitando su sombrero de jipijapa.
Al atardecer de ese mismo día, en la vidriera principal de “El Encanto” en la calle Galiano, el decorador dio los retoques finales a una elegante escenografía para homenajear a Einstein. Se apreciaba una gigantesca ampliación del retrato que le había hecho Gonzalo Lobo acompañada de una docena de fotos del reportero grafico Rafael Pegudo que mostraban varios momentos de la visita del científico a la capital. En un rótulo cuidadosamente dibujado se destacaba una frase que Einstein había dicho a la prensa a su llegada a La Habana: “La Ciencia une a los hombres y evita las guerras”
https://almejeiras.wordpress.com/2013/04/23/einstein-estuvo-en-cuba/
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¿Qué es el Día Fuera del Tiempo y por qué podría cambiar tu vida?
Según el calendario maya, el 25 de julio es un día fuera del tiempo. ¿Qué significa esto?
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El 26 de julio en el calendario Gregoriano coincide con la celebración del Año Nuevo Maya, que se extiende hasta el día 24 de julio del siguiente año. Pero, ¿qué sucede con el 25 de julio? Este es el llamado "Día fuera del Tiempo".
Para ellos, el tiempo de la tierra está en sintonía con las frecuencias del universo. Por eso, un año dura lo que para nosotros serían 13 meses de 28 días; exactamente el tiempo que tarda la tierra en dar un giro completo al Sol, de acuerdo a los ciclos lunares (por eso un año en el calendario maya equivale a 13 lunas completas). Pero, si cuentas bien, verás que 13 meses de 28 días dan un resultado de 364, dejando uno como "el día perdido".
[También puede interesarte leer: Un estudio arqueológico sin precedentes que revela porqué colapso la civilización Maya]
Ese día, el Sol se sincroniza con la estrella más brillante del cielo (Sirio) y empieza una revolución solar de la tierra. Sirio representa la intuición, el sol secreto; por eso, ese día todas las energías del año se reúnen. Para los mayas esto era muy especial, y por eso lo consideraban un momento óptimo para preparar el alma, purificar el espíritu, reflexionar y meditar antes de comenzar un nuevo ciclo. Justamente por los rituales de limpieza y sanación con la Madre Tierra, el Día Fuera del Tiempo también se conoce como "día verde".
Tres círculos que representan el arte, la ciencia y la espiritualidad dentro de otro más grande que simboliza a la cultura, conforman el emblema de la fecha, que es la bandera de la paz. En este día, además, se hace la plegaria a las siete direcciones en sentido contrario a las manecillas del reloj.
1. ESTE. Desde la Casa Este de la Luz, que la sabiduría se abra en aurora sobre nosotros para que veamos las cosas con claridad.
2. NORTE. Desde la Casa Norte de la Noche, que la sabiduría madure entre nosotros para que conozcamos todo desde adentro.
3. OESTE. Desde la Casa Oeste de la Transformación, que la sabiduría se transforme en acción correcta para que hagamos lo que haya que hacerse.
4. SUR. Desde la Casa Sur del Sol Eterno, que la acción correcta nos de la cosecha para que disfrutemos los frutos del ser planetario.
5. CIELO. Desde la Casa Superior del Paraíso, donde se reúne la gente de las estrellas y los antepasados, que sus bendiciones lleguen hasta nosotros ahora.
6. TIERRA. Desde la Casa Inferior de la Tierra, que el latido del corazón cristal del planeta, nos bendiga con sus armonías para que acabemos con las guerras.
7. CORAZÓN. Desde la Fuente Central de la Galaxia, que está en todas partes y al mismo tiempo, que todo se reconozca como luz de amor mutuo.
Hay muchos que sostienen que el calendario Gregoriano, que usamos por imposición del Papa Gregorio XIII, no está en sincronía con el tiempo del Universo, ya que contamos que la Tierra da la vuelta al sol por 365 días, y cada cuatro años sumamos un día más. Eso da lugar a un desajuste que incide, según algunos creen, en nuestra percepción del entorno y la realidad en sí. Si tomáramos un calendario como el maya, posiblemente podríamos empezar a percibir las sincronicidades que nos suceden con mayor claridad.
Hoy, ese día es un momento para celebrar la vida, el amor, la paz, el perdón, el arte (de hecho su filosofía es "el tiempo es arte"); para recordar que todo en el Universo está perfectamente conectado, y que aún estamos a tiempo de tomar un rumbo diferente en nuestra forma de vida.
https://www.bioguia.com/tendencias/que-es-el-dia-fuera-de-tiempo-y-por-que-podria-cambiar-tu-vida_29281068.html |
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Las Pirámides del Triangulo de las Bermudas. ¿La antigua civilización Atlante es Divisada Bajo las Bahamas?
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Piramides de Cuba |
Parece ser que un nuevo set de pirámides ha sido descubierto bajo las turbulentas y misteriosas aguas del triangulo de las bermudas. En medio de la Florida y cuba se han encontrado pirámides y estructuras que sugieren un pasado desconocido para el ser humano. Las mismas fueron encontradas por el Dr. Meyer Verlag con ayuda de un sonar, a una profundidad de 2000 metros. La pirámide parece tener de base unos 300 metros por 200 de alto, aunque esta ultima distancia podría variar por la acumulación de sedimento marino alrededor de la estructura. El material de construcción es indeterminado, mas es transparente, traslúcido y liso, lo cual sugeriría que fuese alguna clase de cristal. En su tope, posee dos hoyos que causan un extraño fenómeno de presión acuática que podría llegar a ser la causa de las misteriosas pérdidas y desapariciones de barcos y aviones. Si esto fuese así, estas pirámides serían mas antiguas que las del antiguo Egipto, alcanzando una antigüedad aproximada de 12000 a 8000 AP, debido a que en ese momento la plataforma continental no se encontraba inundada.Las estructuras piramidales y de plataforma no son poco comunes en el planeta. Ya antes se han visto casos como las plataformas de yonaguni en japón o las estructuras sumergidas alrededor de las islas de pascua. Estos silenciosos monumentos son la prueba final de que la historia del ser humano en la tierra se remonta mas allá de lo que la imaginación alcanza a pensar. Todo esto es muy bonito, hasta que te empiezas a preguntar "¿y yo porqué le creo a este tipo?". Pues para evitar esos problemas, y para que puedas conmprobar tu mismo la existencia de las mismas, te pongo los pantallazos de Google Earth donde TODO EL TIEMPO han estado las pirámides, con su correspondientes coordenadas: Las coordenadas exactas son: 32°29'49.82"N 72°39'55.75"O
http://ovnicalderachile.blogspot.com/2012/05/las-piramides-del-triangulo-de-las.html |
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https://social.vcoins.com/twih/arch-constantine-july-25-315/
El Arco de Constantino. 25 de julio de 315.
El Arco de Constantino se erigió para conmemorar la victoria de Constantino I sobre Majencio en el Puente Milvio que tuvo lugar el 28 de octubre de 312.
La Batalla tomó su nombre del Puente Milvio , una ruta importante sobre el Tíber . Constantino ganó la batalla y emprendió el camino que lo llevó a terminar con la Tetrarquía y convertirse en el único gobernante del Imperio Romano . Maxentius se ahogó en el Tíber durante la batalla; su cuerpo fue luego sacado del río y decapitado, su cabeza desfiló por las calles de Roma al día siguiente de la batalla.
Según cronistas como Eusebio de Cesarea y Lactancio , la batalla marcó el comienzo de la conversión de Constantino al cristianismo . Eusebio de Cesarea cuenta que Constantino y sus soldados tuvieron una visión enviada por el Dios cristiano . Esto se interpretó como una promesa de victoria si el signo de Chi-Rho , las dos primeras letras del nombre de Cristo en griego , se pintaba en los escudos de los soldados. El Arco de Constantino, erigido en celebración de la victoria, ciertamente atribuye el éxito de Constantino a la intervención divina ; Sin embargo, el monumento no muestra ningún simbolismo abiertamente cristiano .
Aunque está dedicado a Constantino, gran parte del material decorativo incorporó trabajos anteriores de la época de los emperadores Trajano , Adriano y Marco Aurelio , y por lo tanto es un collage . El último de los arcos triunfales existentes en Roma, también es el único que hace un uso extensivo de la espolia , reutilizando varios relieves importantes de los monumentos imperiales del siglo II , que dan un llamativo y famoso contraste estilístico con la escultura recién creada para el arco .
Cualesquiera que sean las fallas de Maxentius, su reputación en Roma estuvo influenciada por sus contribuciones a la construcción pública . En el momento de su acceso al trono en 306, Roma se estaba volviendo cada vez más irrelevante para el gobierno del imperio, la mayoría de los emperadores eligieron vivir en otros lugares y se centraron en defender los frágiles límites , donde con frecuencia fundaron nuevas ciudades. Este factor contribuyó a su capacidad para tomar el poder. Por el contrario, Maxentius se concentró en restaurar la capital , siendo su epíteto conservator urbis suae (preservador de su ciudad). Así, Constantino fue percibido, entre otras cosas, como el deponente de uno de los mayores benefactores de la ciudad y necesitaba adquirir legitimidad. Mucha controversia ha rodeado el mecenazgo de las obras públicas de este período. El filósofo alemán Walter Benjamin observó que la historia se ve a través de los ojos del vencedor , y Constantino y sus biógrafos no fueron una excepción. Emitiendo una damnatio memoriae , se dispuso a borrar sistemáticamente la memoria de Majencio. En consecuencia, sigue existiendo una incertidumbre considerable con respecto al patrocinio de los edificios públicos de principios del siglo IV, incluido el Arco de Constantino, que originalmente pudo haber sido un Arco de Majencio .
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